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A sus 37 años, dentro de un mes enfrenta al Maromerito Páez

Margarito regresará al boxeo bajo la sombra de una trampa

Me duelen las acusaciones porque siempre he sido un boxeador limpio, dice

 
Periódico La Jornada
Miércoles 27 de enero de 2016, p. a14

Ya lo presentía pero se reveló una noche de 2015. Antonio Margarito veía una pelea por televisión después de cuatro años de un retiro que pensó sería definitivo. Sintió de pronto un impulso que atormenta casi a todos los boxeadores jubilados. Es un deseo irreprimible de volver a enfundarse unos guantes, de comprobar que a pesar del tiempo aún pueden ser derrotadas varias de las nuevas figuras que se consolidaron en la ausencia.

Era como una cosquillita, algo que me empujó a seguir aunque pensaba que ya lo habías dejado para siempre, cuenta Margarito a sus 37 años de edad y a sólo un mes de regresar al boxeo para enfrentar a Jorge Maromerito Páez, 10 años menor.

“Al ver a esos peleadores me dije: ‘yo puedo ganarles’. Me siento bien físicamente y estoy seguro de que soy mejor que muchos que ahora son populares.”

Con esa mirada crítica vio en noviembre pasado cómo Saúl Álvarez venció de manera muy apretada a un ex rival suyo, el puertorriqueño Miguel Cotto. Y el deseo de volver se volvió impaciencia.

“Puedo ganarle al Canelo. Él ha noqueado, pero sólo a peleadores de bajo nivel”, dijo con la seguridad que le da la comparación de las actuaciones que ambos tuvieron ante Cotto.

Margarito deberá sobreponerse a los que suponen que ya es grande para volver de la inactividad. También tendrá que comprobar que la lesión que le dejó Manny Pacquiao –una fractura del hueso orbital del ojo derecho– no afectará su salud ni su rendimiento.

El mayor rival a vencer será la sombra de una trampa que se destapó minutos antes de que subiera a pelear contra Shane Mosley en enero de 2009, en Los Ángeles.

Esa noche los oficiales encargados de revisar el vendaje de los puños de los peleadores ordenaron cambiar el de Margarito, con la sospecha de que estaba impregnado en una sustancia –se habló de yeso– que lo hacía más duros y más letal. El escándalo derivó en la suspensión de un año para Margarito y el descrédito mundial.

Cotto también lo acusó de que la derrota por nocauts que había sufrido podía explicarse por el posible uso de ese vendaje sospechoso. Incluso tildó de criminal a Margarito

Sin embargo, Margarito sostiene que la investigación que abrió la Comisión Atlética de California nunca pudo determinar qué clase de sustancia tenía el vendaje.

Me duele esa acusación porque nunca hice trampa. La gente se cree estas acusaciones, pero yo siempre he sido un boxeador limpio, sostuvo Margarito.