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El proyecto incluye cuatro recintos culturales ubicados en esa capital

Refugiada siria guía a exiliados de su país e Irak por el Museo de Arte Islámico de Berlín

Tienen que empezar desde abajo para hallar un lugar en la sociedad alemana, afirma su director

Cuando uno lo ha perdido todo, no debería perder también su identidad cultural

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Recorrido por el Museo de Arte Islámico, recinto ubicado en el complejo cultural Museo Pérgamo, en Berlín. Con la fachada de Mshatta –antiguo palacio de invierno construido por un califa del siglo VIII, en lo que hoy es Jordania–, de fondo, la joven arquitecta siria Zoya Masoud explica a los visitantes la riqueza de los vestigios musulmanesFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Sábado 19 de diciembre de 2015, p. 7

Berlín.

Aunque es el lenguaje primario de los artefactos, el árabe es un idioma que hablan pocos visitantes al Museo de Arte Islámico de Berlín.

Ese recinto es uno de cuatro, en la capital alemana, que entrena a refugiados de Siria e Irak para actuar de guías de otros que han venido en busca de refugio de la guerra y las adversidades.

Tienen que empezar bien desde abajo para hallar un lugar en la sociedad alemana, afirmó el director del museo, Stefan Weber, al explicar por qué su institución decidió participar en el proyecto. Cuando uno lo ha perdido todo, no debería perder también su identidad cultural.

La visita a su colección, que forma parte del mundialmente famoso museo de Pérgamo, pone énfasis en los siglos de intercambio cultural entre el islam, el cristianismo y el judaísmo cuando florecía el flujo de ideas de filosofía y ciencia entre el Oriente Medio y Europa.

A veces esas culturas se combinaban en un solo sitio, como Qasr Mshatta, el palacio de invierno construido por un califa del siglo VIII en lo que hoy es Jordania.

Aunque gran parte del complejo está en ruinas, parte de su notable fachada se exhibe en Berlín, como regalo de un sultán otomano a un káiser alemán hace 120 años.

Primer periodo islámico

El pasado miércoles, una docena de refugiados escuchaban atentamente a su guía, una joven arquitecta siria, quien les explicaba cómo los diseños intrincados de la fachada ilustran el rango de influencias artísticas y culturales presentes durante el primer periodo islámico.

Me emocioné con sus reacciones, comentó Zoya Masoud después de terminar de guiar a los visitantes.

Muchos espectadores manifestaron sorpresa por la riqueza de los artefactos musulmanes en exhibición, mientras otros se congratularon con las formas familiares de las inscripciones en la alfarería ya fueran signos o escritura árabe.

La idea de que estén reuniéndose con su propia cultura aquí en Berlín es muy satisfactoria, comentó.

Masoud, quien vino a Alemania hace cuatro años, trabaja para el Proyecto de Archivo sobre la Herencia Siria, que busca documentar los tesoros históricos de ese país en momentos que son objeto de destrucción por la guerra y el saqueo.