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México se ha convertido en una gran manufacturera, afirma Raúl Rojas González

Soy desarrollador de tecnología, pero no un fanático de ella

Reconocido con el Premio Nacional de Ciencias y Artes 2015, subrayó que el país necesita mayor investigación privada

A pesar de crear robots y vehículos autónomos, no usa celular, dijo

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Raúl Rojas González es egresado del Instituto Politécnico Nacional y fue reconocido en la rama de tecnología, innovación y diseño. Arriba, durante la entrevista con La JornadaFoto Francisco Olvera
 
Periódico La Jornada
Sábado 19 de diciembre de 2015, p. 2

Crear tecnología es la vida del físico matemático Raúl Rojas González, de 60 años. Ha elaborado robots que ganan campeonatos mundiales de futbol y vehículos autónomos que circulan desde 2007 en las calles de Berlín. Hasta se construyó una casa inteligente, en la que las luces, la calefacción y la estufa funcionan con sistemas controlados mediante Internet. Pero no usa teléfono celular. Soy un desarrollador de tecnología, pero no un fanático de ella, afirma el ganador del Premio Nacional de Ciencias y Artes 2015 en la rama de tecnología, innovación y diseño.

Rojas, nombrado en marzo Profesor del Año en Alemania, donde reside y trabaja, es egresado del Instituo Politécnico Nacional (IPN) y consideró en entrevista que nuestro país se ha convertido en una gran manufacturera y que esto no cambiará hasta que el sector privado se involucre e invierta en la investigación y la innovación. Y si bien trabaja para que la tecnología nos facilite la vida, advierte de los riesgos aparejados a su uso.

Einstein, Newton y Faraday, la inspiración

Nació en 1955 en la colonia Doctores, en la ciudad de México. La primaria la cursó en la escuela Benito Juárez, de la colonia Roma. Ahí, cuenta, empezó su interés por las matemáticas. Me atraía todo lo que tenía que ver con ciencias. La gran ventaja que tuve es que mi hermano, tres años mayor, llevaba libros de secundaria, que eran más interesantes y avanzados, y me gustaba leerlos.

En el trabajo de Albert Einstein, Isaac Newton o Michael Faraday encontró inspiración. En su juventud lo impresionaron profesores como los matemáticos Samuel Gitler, Carlos Ímaz Jahnke, o el físico Harold V. McIntosh, todos ellos del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav).

De esa época también recuerda que la ciudad era calmada y que no tenía problemas de tráfico. Las del centro eran colonias idílicas, pero todo eso se acabó. Y piensa en los congestionamientos, donde los capitalinos pasamos los días, cuando habla de su proyecto más conocido: coches que no necesitan chofer. Mediante la aplicación de software moderno y tecnología de sensores, ha encabezado el desarrollo de vehículos que en el futuro agilizarán las tareas cotidianas y mejorarán la seguridad vial. Va a pasar, los autos circularán sin pilotos, pero aún estamos a unos 30 o 40 años de que eso suceda, considera.

El profesor de la Universidad Libre de Berlín, donde encabeza un laboratorio de inteligencia artificial, piensa que con vehículos autónomos, el tránsito citadino podría reducirse drásticamente. Si una máquina nos recogiera como hace un taxi y en el trayecto subiera a otros cuatro pasajeros y nos fuera dejando a todos donde necesitamos, para movernos sólo requeriríamos una fracción de los vehículos que hoy circulan en el la ciudad de México.

Cree que uno de los grandes problemas que dificultan el desarrollo de la innovación tecnológica en México es que somos un país manufacturero. Los dólares entran por exportación de manufacturas: autos, computadoras, pantallas de televisión. Pero no son empresas mexicanas, sino internacionales. Eso no está mal, si quieren venir y exportar, está bien. Pero lo que no hay en México es investigación privada. Esto es una diferencia muy grande con Alemania. Allá empresas como Volkswagen o Siemens tienen grandes centros de investigación y eso aquí prácticamente no existe.

Preparación muy completa

Lo que más le gusta de haber recibido el Premio Nacional de Ciencias es que, dice, es un reconocimiento al Instituto Politécnico Nacional. He dado clases en muchos lugares (universidades de Berlín, Halle, Viena y Estados Unidos) y me sigue sorprendiendo que la preparación que tuve en la Escuela Superior de Física y Matemáticas fue realmente muy completa. Gente que ha estudiado en el Politécnico tiene las bases teóricas para integrarse a los posgrados en cualquier parte del mundo.

Recuerda que en la ceremonia en la que recibió de manos del presidente Enrique Peña Nieto el reconocimiento se mencionó que la meta del sexenio es llegar a invertir el uno por ciento del PIB en ciencia y tecnología. “Otros países destinan dos por ciento o más en investigación. Alemania –país del que Rojas también tiene la nacionalidad– invierte 2.5 por ciento, pero la mayoría viene del sector privado. El gobierno debe invertir más, pero nunca podría suplir lo que debe proporcionar la industria”.

El celular no lo usa, porque por su trabajo pasa horas y horas frente a la computadora y si tuviera uno, ya no tendría vida. Lo he visto con mis estudiantes, que se han vuelto adictos a la computadora o los videojuegos. Esto se está convirtiendo en un problema. Internet es fabuloso, pero hay que tener cuidado.