En su último día en territorio zapoteco, la undécima caravana centroamericana Una madre nunca se cansa de buscar recorrió calles y avenidas de Ciudad Ixtepec, Oaxaca, donde sus integrantes realizaron un acto en las vías del ferrocarril como muestra de esperanza y fe, y exigieron al gobierno que entregue vivos a sus hijos, porque, aseguran, México ahora es el camino de la muerte.

Desde el sábado por la madrugada, las mujeres llegaron al Albergue Hermanos en el Camino, donde este domingo compartieron una merienda con el sacerdote Alejandro Solalinde Guerra, fundador del centro de ayuda, y con defensores de derechos humanos, quienes las acompañaron en el trayecto.

Partieron del refugio portando fotografías de sus familiares y banderas de Honduras, El Salvador, Guatemala y Nicaragua, sus lugares de origen, con la esperanza de encontrar a sus hijos.

En las vías el ferrocarril recibieron un mensaje del sacerdote Julio Hernández, cantaron alabanzas y soltaron globos amarillos que flotaron en el cielo como señal de esperanza de que algún día hallarán a sus seres queridos.

Exigimos al gobierno de México no discriminar y tampoco estigmatizar a los migrantes; es una exigencia que hacemos año con año que visitamos territorio mexicano. Buscamos a nuestros hijos y nos alegramos cuando una de nosotras se rencuentra con su ser querido; somos una sola, somos madres, puntualizaron.

Solalinde Guerra expresó que la caravana es “un golpe a la conciencia de los mexicanos y otro más al hígado del gobierno, porque desgraciadamente en México desaparecen a los migrantes.

Esta lucha, es una obra de las mujeres, quienes hace 11 años comenzaron a buscar a sus hijos e hijas; algunas tienen más de 20 años sin saber de sus familiares, y no se han cansado de buscarlos. Es una gran esperanza lo que hace esta caravana, sostuvo.

Es el caso de Jorge y Mabro Orlando Funes, quienes desaparecieron hace 28 y 13 años respectivamente. Su madre, Clementina Murcio González, hondureña, los ha buscado en cuatro ocasiones en la caravana. Es una mujer que aprendió a vivir con una luz de esperanza de que algún día sabré de ellos; no sé si vivos o muertos, pero los volveré a ver afirma.

Las 39 integrantes se dirigieron a Chiapas, donde fueron recibidas en Arriaga con una celebración religiosa y un festival cultural, informó Marta Sánchez Soler, organizadora del recorrido desde hace 11 años.

Dijo que el grupo fue recibido en las instalaciones de la casa del migrante Hogar de la Misericordia que dirige Carlos Bartolo Solís, quien convocó al alcalde Alejandro Patrininos Fernández y a autoridades estatales.