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El Estado Islámico reivindicó el ataque contra feudo de Hezbolá

Duelo nacional en Líbano por doble atentado que dejó más de 41 muertos
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Adraa Taleb y su primo Haidar Mustafá, de tres años, quien resultó herido por los bombazos del viernes en la ciudad de Beirut. Los padres del niño fallecieron, reportaron autoridades médicasFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Domingo 15 de noviembre de 2015, p. 27

Beirut.

Líbano observará una jornada de duelo nacional después de un doble atentado que el viernes pasado causó al menos 41 muertos en un feudo del Hezbolá chiíta en el sur de Beirut, reivindicado por el grupo yihadista sunita Estado Islámico (EI).

Las dos organizaciones se hacen la guerra en la vecina Siria, desgarrada por un conflicto cada vez más complejo, el cual ha cobrado la vida de más de 250 mil personas desde 2011.

El ataque del jueves en la periferia sur de la capital libanesa, que ha dejado cerca de 200 heridos, es el más sangriento contra un bastión del movimiento chiíta desde que en 2013 comenzó su apoyo militar en Siria al régimen de Bashar al Asad, y uno de los más mortíferos en Líbano desde el final de la guerra civil.

Según un reciente balance provisional de la Cruz Roja libanesa, el atentado causó 41 muertos y 181 heridos. El ministro de Salud, Wael Abu Faur, mencionó que hubo más de 200 lesionados, muchos de ellos en estado crítico.

A última hora de la tarde, dos hombres a pie hicieron estallar sucesivamente sus cinturones explosivos frente a un centro comercial del barrio Burj al Barajne. El ejército dijo haber encontrado muerto a un tercer terrorista, quien no pudo detonar su bomba. Un fotógrafo de Afp vio cuerpos ensangrentados en medio de tiendas y coches destruidos. Varios socorristas y civiles trasladaban a las víctimas que seguían vivas.

Tenemos decenas de heridos y siguen llegando más, indicó un médico del hospital Bahman, en Haret Hreil, barrio chiíta vecino. El Estado Islámico reivindicó el atentado en un comunicado difundido por Internet, que mencionó dos ataques y un solo atacante.

“Soldados del califato lograron hacer estallar una motocicleta-bomba estacionada contra un grupo de rafidas”, término peyorativo para designar a los chiítas, y cuando apóstatas corrieron al lugar uno de los caballeros del martirio detonó su cinturón explosivo en medio del grupo, indicó el Estado Islámico.

La reivindicación no pudo ser corroborada, pero el texto corresponde al formato habitual del grupo extremista, que no mencionó el conflicto de Siria en su comunicado.

Acababa de llegar a la calle cuando se produjo la explosión. Yo transporté a tres mujeres y uno de mis amigos muertos en los ataques, dijo Zein al Abdin Jadam a una televisora local. Cuando la segunda explosión tuvo lugar, creí que era el fin del mundo, narró otro testigo, quien no quiso dar su nombre. El primer ministro libanés, Tamam Salam, anunció el día de luto nacional. En el extranjero, el presidente francés, François Hollande, expresó su espanto e indignación por lo que calificó de acto abyecto.

La Casa Blanca condenó los dos ataques terroristas horribles, y el secretario general de la Organización de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, instó a los libaneses a seguir trabajando para preservar la seguridad y estabilidad del país.

Entre julio de 2013 y febrero de 2014 hubo nueve atentados contra feudos de Hezbolá o en regiones fieles al movimiento, la mayoría de ellos reivindicados por grupos yihadistas que actuaban en represalia por la decisión de Hezbolá de mandar a miles de combatientes en apoyo de Asad.

Hace menos de un mes el líder de Hezbolá, Hasan Nasralá, volvió a defender su implicación en Siria, que tildó de batalla esencial y decisiva. Sin la perseverancia en el terreno frente a Daesh y sus aliados, ¿qué sería hoy de la región en Irak, Siria y Líbano, declaró, empleando el acrónimo en árabe del EI, el cual ocupa ya la mitad del territorio sirio.

El líder del movimiento chiíta reconoció que el combate en Siria puede ser largo, pero recalcó que es necesario para proteger la región. Según el más reciente balance del Observatorio Sirio de los Derechos Humanos, 971 miembros del Hezbolá fallecieron en Siria.