Montreal.

La Agencia Mundial Antidopaje (AMA) anunció ayer la suspensión inmediata de la acreditación del laboratorio antidopaje de Moscú, primera consecuencia de las recomendaciones presentadas el lunes por una comisión de investigación independiente por el escándalo de corrupción y consumo de sustancias prohibidas que sacude al atletismo ruso.

Por otro lado, el Kremlin rechazó las duras acusaciones contra sus atletas, al considerarlas carentes de fundamento, mientras los jefes del deporte y de la Agencia Antidopaje de Rusia sugirieron que el escándalo internacional tiene todos los visos de ser un ataque político.

La suspensión prohíbe al Centro Antidopaje de Moscú gestionar las actividades relacionadas con la Agencia Mundial Antidopaje, incluyendo el análisis de muestras de orina y sangre. Dicho centro dispondrá de 21 días para presentar un recurso en el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS), explicó la AMA en un comunicado.

Un comité disciplinario se constituirá rápidamente para tratar el caso. Durante este tiempo todas las muestras conservadas por el Centro Antidopaje de Moscú serán transportadas de manera segura, rápida y con un seguimiento garantizado para su conservación a otro laboratorio acreditado por la AMA, continuó.

En respuesta, el vocero del gobierno ruso, Dimitry Peskov, comentó que las acusaciones que sitúan a Rusia como cómplice y encubridor de casos de dopaje en atletismo parecen infundadas: Mientras no haya pruebas es difícil considerar las acusaciones.

El servicio interno de inteligencia de este país, FSB, fue acusado de vigilar el laboratorio olímpico de dopaje, cuando ya está bajo presión por el Mundial de 2018 a causa de los escándalos que persiguen a la FIFA.

Por su parte, el Comité Olímpico Internacional suspendió a Lamine Diack de su puesto como miembro honorario de la Federación Internacional de Atletismo y anunció que está listo para quitar las medallas a cualquier atleta ruso que sea hallado culpable de dopaje.

La FIFA declaró que nada indica que el futbol esté implicado por las acusaciones de dopaje y de corrupción sobre Rusia, país anfitrión del Mundial de 2018, y su Federación de Atletismo.