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Apuñaladas, golpeadas o quemadas, al menos 70 mujeres han sido asesinadas este año

Exigen miles en Madrid que se ponga fin a violencia de género

Demandan al gobierno de Mariano Rajoy acciones concretas contra el terrorismo machista

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Según organizadores, más de 200 mil personas participaron en la movilizaciónFoto Ap
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Con numerosas pancartas que rechazaban las agresiones contra las mujeres, integrantes de unos 400 colectivos feministas, políticos y habitantes de diversas zonas de España recorrieron las calles de la capital. Además, criticaron los recortes presupuestales a los programas socialesFoto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 8 de noviembre de 2015, p. 23

Madrid.

Bajo lemas como Son asesinos, no son locos, Basta ya de terrorismo patriarcal, No son muertas, son asesinadas, No quiero tu piropo, quiero tu respeto y No es un arrebato, es asesinato, decenas de miles marcharon ayer por el centro histórico de Madrid para exigir ni una muerta más por la violencia de género, uno de los lastres sociales que más indignación y repulsa provocan en el país.

Sólo en lo que va del año han fallecido de forma violenta 70 mujeres, y desde 2007 el número asciende a 547.

Apuñaladas, golpeadas e incluso quemadas por hombres que a menudo se suicidan después de cometer el asesinato, cada víctima fue portada de toda la prensa en una España especialmente sensibilizada por este fenómeno social, que afecta a países de los cinco continentes.

Según un informe de Naciones Unidas publicado este año, 35 por ciento de mujeres del mundo han sufrido violencia física o sexual de su pareja, o sexual de un tercero.

Todos los partidos políticos apoyaron la movilización, que reunió en esta capital a 400 colectivos feministas y dirigentes políticos de todas las regiones de España, como el candidato del Partido Socialista Obrero Español, Pedro Sánchez; la subsecretaria del Partido Popular, Andrea Levy; el líder de Podemos, Pablo Iglesias; el dirigente de Izquierda Unida, Alberto Garzón, y las alcaldesas de Madrid y Barcelona, Manuel Carmena y Ada Colau, quienes decidieron respaldar la movilización de forma discreta, ante la proximidad de las elecciones generales, para no ser acusados de electoralismo y de aprovechar un asunto tan grave como este.

Con lazos morados –color del movimiento contra la violencia de género– y numerosas pancartas en contra de las agresiones verbales y físicas contra la mujer, la multitudinaria movilización recorrió Madrid con un objetivo: acabar de una vez por todas con el machismo ancestral en la sociedad española, que en ocasiones deriva en violencia y muerte.

De acuerdo con los organizadores de la protesta nacional, más de 200 mil personas se congregaron en las calles de la capital, con el objetivo de concientizar tanto a la sociedad como a los dirigentes políticos de que para luchar contra una visión machista hay que hacerlo desde la base de la educación y el respeto.

En el discurso final de la protesta, consensuado por todas los colectivos que participaron, se advirtió que desde 1995, cuando se iniciaron los datos estadísticos, han muerto a manos de sus parejas, esposos o de la violencia machista mil 378 mujeres.

Los colectivos contra la violencia de género advirtieron que en años recientes hemos padecido los recortes sistemáticos en los recursos públicos generales, en los derechos sexuales y reproductivos, recortes para la interrupción voluntaria del embarazo de las menores y en los recursos contra la violencia machista. La cultura patriarcal nos culpa sin que la sociedad, los medios masivos y los poderes públicos se enfrenten a los mitos misóginos y antifeministas.

Asimismo denunciaron que el machismo alimenta nuestra desvalorización, la cosificación de nuestros cuerpos y la falta de respeto a nuestras decisiones. Igualmente, estas agresiones son inseparables de las que sufren las personas que no responden a la masculinidad hegemónica.

Los colectivos reclamaron acciones concretas al gobierno del conservador Mariano Rajoy y a quien resulte electo en las urnas en los comicios generales del próximo 20 de diciembre, para que el terrorismo machista sea considerado cuestión de Estado, que todas las instancias de gobierno se comprometan realmente en la prevención y erradicación de las violencias machistas, así como en la asistencia y reparación a todas las mujeres en situación de violencia, pues –añadieron– la mitad de la humanidad tiene que seguir viviendo, no podemos permitir ni un asesinato más.

La manifestación, que culminó en la sede del Ministerio de Sanidad, organismo público que gestiona y regula las políticas públicas contra la violencia machista, congregó a mujeres y colectivos de todo el país, que viajaron ex profeso desde las islas Canarias, Andalucía, Asturias, el País Vasco, Castilla y León, Galicia y Valencia, entre otras regiones.

Durante la lectura del manifiesto, Ángela González, cuyo ex marido asesinó a la hija de ambos en un régimen de visitas sin supervisión, señaló que no podemos permitir ni un asesinato más, queremos a nuestros hijos vivos, nosotras nos queremos vivas. ¡Basta ya!