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Economía Moral

Producción discontinua, omitida en la crítica de la economía política de Marx

¿Está presente la responsabilidad por la vida humana en el capitalismo?

E

n mis diálogos con varios autores, pero sobre todo con Meghnad Desai, Luis Arizmendi (diálogos reales) y con Karl Marx y Karl Kautsky (diálogos imaginarios) sobre la teoría de la persistencia y la pobreza campesina, he descubierto que: 1) con frecuencia los análisis económicos dejan a un lado la variable población; y 2) una omisión en la obra de Marx sobre los procesos de trabajo discontinuos. En el diálogo que sostuve con Meghnad Desai1 durante el proceso de su escritura del Prólogo al libro Pobreza y persistencia del campesinado en el siglo XXI que, en inglés publicará Zed Books en 2016 en Londres, y del cual los editores somos Susan A. Mann y yo, surgió el tema de la población y de la responsabilidad por la vida humana. Desai sostiene que mi idea de incorporar una ecuación adicional en el Esquema de Reproducción Simple (ERS) de Marx para garantizar el mínimo de consumo para la reproducción de la fuerza de trabajo y sus familias, es una condición normativa que el capitalismo no tiene que respetar puesto que es un modo de producción y no una organización caritativa y que, aunque la fuerza de trabajo es un insumo esencial, no es responsabilidad del sistema. Desai añade que esto es válido aunque las leyes de pobres y el Estado de Bienestar muestran que algo se ha hecho por los pobres. Mi desacuerdo lo he expresado así:

“Las obras de E.P. Thompson y de James C. Scott, así como de muchos de sus seguidores, reflejan el hecho ineludible de que la vida humana no puede dejarse a merced del mercado. Ninguna sociedad ha aceptado que el mercado decida sobre la vida y la muerte de las personas. La fuerza de trabajo no es una mercancía común y corriente, cuyo valor y grado de ocupación pueda ser decidido inconsecuentemente por las fuerzas del mercado. El elemento moral entra inevitablemente. El alza del precio del pan puede equilibrar la oferta y demanda de pan, pero no resuelve el hambre de la gente. Toda ciencia económica que se respete, toda economía política, tiene que ser también economía moral. Otra reflexión a la que conducen sus obras es a considerar que las responsabilidades morales por la vida de la gente son un hecho presente en la mayoría de las sociedades. Que lo que debemos considerar una anomalía son los periodos y lugares donde tal responsabilidad se ha diluido. Los Estados del Bienestar no serían una anormalidad del capitalismo, cuando éste enfrentaba el reto del socialismo, sino una forma diferente de responder a algo que casi todas las sociedades hacen. Incluso las respuestas menos solidarias, más duras con los pobres, como las leyes de pobres en Inglaterra, reflejaban esta responsabilidad moral” (Ingreso ciudadano universal y economía moral. Una propuesta para México, en Enrique Valencia, Coordinador, Perspectivas del Universalismo en México, ITESO, UdeG, 2010, p.190).

La legislación fabril inglesa de 1833 a 1864 (analizada por Marx en detalle en la sección 6 del capítulo VIII del Libro Primero de El capital, pp. 335-359 de la edición de Siglo XXI editores) muestra que para la clase capitalista en su conjunto, representada por el Estado, hay una responsabilidad moral que cumplir. Naturalmente, detrás de ella hay también un interés propio: si la mortalidad aumenta, la fuerza de trabajo escaseará, subirán los salarios y bajará la tasa de ganancia. La responsabilidad por la vida humana (o su ausencia) también está implícita en el debate con Luis Arizmendi (LA) sobre el mismo tema: mi propuesta de añadir una ecuación al ERS de Marx. LA señala que si bien con este planteamiento dirijo la mirada hacia una problemática genuina, no se resuelve el problema poniendo en cuestión los fundamentos de la Teoría Crítica del Valor para redefinirla”. Rechaza mi sugerencia de añadir una ecuación, que tendría carácter normativo pero que positivamente sería inválida: no correspondería con la realidad capitalista. Funda su desacuerdo al rechazar mi premisa de: que el valor de la fuerza de trabajo debe ser invariablemente equivalente al necesario para satisfacer las necesidades y garantizar la reproducción de la fuerza de trabajo, ignorando la violencia inevitable que contiene y despliega la mercantilización de la fuerza subjetiva laboral. Por tanto, la violación sistemática del valor de la fuerza de trabajo que conlleva el salario estacional, concepto acuñado por LA como variante del salario por tiempo que aborda Marx en el capítulo XVIII del mismo Libro Primero, es vista por LA como realidad cotidiana del capitalismo. Mi expresión que relaciona esta realidad con la vida humana es: El valor de la fuerza de trabajo (estacional) no permitirá la reproducción de la fuerza de trabajo durante todo el año. Los jornaleros que sembraron habrán muerto cuando llegue la cosecha. La violación sistemática de la Ley del Valor llevaría a esto, o como dice Desai: El ejército industrial de reserva marcha con los estómagos vacíos.

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Meghnad Desai, autor del Prólogo del libro Pobreza y persistencia campesinas en el siglo XXI

De estas dos discusiones derivé una percepción que me pareció reveladora. Lo que dicen Desai y Arizmendi (siguiendo éste fielmente a Marx) es que la posibilidad de esta forma de explotación (estacional), en la cual la vida del trabajador aparentemente no importa, sólo es posible en la práctica porque sólo una parte de la agricultura es capitalista. En mi teoría de la persistencia y pobreza del campesinado había llegado a la conclusión que el capitalismo puro, es decir que operara directamente toda la actividad agrícola, sería imposible a menos que pagara salarios a los trabajadores por todo el año aunque sólo utilizara su fuerza de trabajo estacionalmente, y reflejara el costo adicional en el precio de sus mercancías (Esto es lo que expresaría la ecuación adicional). El jornalero que sembró la parcela del capitalista y que sólo recibió salarios por las semanas trabajadas, llega vivo varios meses después a levantar la cosecha, porque es propietario o poseedor de una parcela que le provee de alimentos para mantenerse vivo. De otra manera, los trabajadores y sus familias morirían y el crecimiento poblacional requerido por la acumulación capitalista no ocurriría. La observación empírica que confirma que la ley del valor no se cumple en el trabajo del jornalero estacional se lleva a cabo en contextos con fuerte presencia de la producción campesina o de oferta de fuerza de trabajo migratoria (de origen campesino). Toda teoría del capitalismo debería incluir su simbiosis con el campesinado. Como teoría positiva o como teoría crítica, la de Marx tiene aquí una omisión importante. El ERS (Capítulo XX del Libro Segundo de El capital) como esquema positivo debe reformularse. Un primer cambio, suponiendo que toda la producción de medios de producción es capitalista y de proceso continuo, sería sustituir los dos sectores capitalistas que Marx incluye por tres sectores capitalistas y uno no capitalista: I) medios de producción (capitalista); II) medios de consumo de proceso continuo (capitalista); III) medios de consumo de proceso discontinuo (capitalista); y IV) medios de consumo no capitalista. Volveré a esta propuesta de integración entre el capitalismo realmente existente con la producción campesina/ agricultura familiar y a la variable población.

1Profesor emérito (jubilado) de la London School of Economics, miembro de la Cámara de los Lores por el partido laborista. En sus obras combina el análisis marxista, que domina y sobre lo cual ha publicado varios libros, y la economía convencional, campo en el cual es, entre otras cosas, econometrista.

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