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El enemigo de la clase se monta en La Capilla, hasta el 30 de octubre

Aborda puesta en escena la incertidumbre de la juventud
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La obra refleja que los jóvenes no saben de qué agarrarse ante los cambios que viven, explica la dramaturga, quien también es maestra de secundariaFoto José Antonio López
 
Periódico La Jornada
Viernes 23 de octubre de 2015, p. 7

La rabia, la violencia, la rebeldía, la indolencia y el reclamo de la juventud suben al escenario convertido en un salón de clases con las bancas y vidrios destruidos, abandonados, sin futuro. ¿Qué onda con los jóvenes, con esa incertidumbre que se vive con más intensidad a esa edad?, pregunta Patricia Martínez Pedreguera, directora del montaje teatral El enemigo de la clase.

Ahora, ¿a qué se agarran del mundo los chavos?, pregunta en entrevista minutos antes de la función en el teatro La Capilla, donde cada viernes un grupo de alumnos espera la llegada de un maestro que les enseñe algo, que les haga sentir una razón para estar vivos.

Martínez Pedreguera, de 22 años de edad, opina que con este bombardeo que reciben de la tecnología, las redes sociales y la globalización se viven muchos cambios, y ante eso están flotando sin saber de qué agarrarse; la obra refleja eso. Los chavos están abandonados en un salón de clases, sin certezas.

Se trata de una adaptación a la obra del dramaturgo británico Nigel Williams. En la versión de Tania Vázquez y Patricia Martínez, los personajes son mexicanos y todo es culpa de los nacos, no de los negros, como en el texto original, ambientado en el Londres de los años 70 del siglo pasado.

La idea es reflejar a la sociedad mexicana, donde predomina el clasismo, al mismo tiempo que la miseria. Los personajes de la obra están dentro de un círculo vicioso y no se dan cuenta de que están ejerciendo dinámicas muy violentas y creen que no es culpa de ellos.

El título de la obra, expresa, detona muchas cuestiones, por ejemplo, ¿quién es el enemigo de la educación en México?, ¿qué nos impide avanzar?, ¿qué nos hace violentos entre nosotros?

Fuenteovejuna, de Lope de Vega, es un antecedente del montaje de Patricia Martínez, quien también da clases de secundaria.

El clásico del Siglo de Oro español se adaptó al ámbito escolar para hablar de la violencia entre chavos. Todo el pueblo son los alumnos de un colegio y el comendador, también escolar, quien juega con el poder y jode a todos.

En este, su segundo montaje, el vocabulario pleno de palabras altisonantes hace fluir la violencia y la frustración mediante nueve actores en escena, la mayoría recién egresados del Colegio de Literatura Dramática y Teatro de la Universidad Nacional Autónoma de México, al igual que Martínez Pedreguera, y así hacen su entrada al ámbito profesional.

La invitación expresa a la obra es para jóvenes, estudiantes de secundaria y preparatoria, padres y maestros, con la propuesta de después debatir la obra en conjunto.

El trabajo del maestro es contener, pero dejan olvidados a los muchachos, porque no pueden con ellos. Hay tantos alumnos que no se puede dar atención a todos. Ese es el problema presente en la educación en México, y en el mundo. Somos tantos, ¿cómo les damos atención?

La apertura es incluso para acercarse a la compañía La Voz de las Cosas, para llevar grupos y conversar con la directora teatral y los actores, o hasta llevar la obra fuera del teatro. En taquilla se ofrece una promoción de dos por uno a maestros y estudiantes que presenten credencial.

El enemigo de la clase estará en temporada hasta el 30 de octubre, con funciones los viernes a las 17 horas, en el teatro La Capilla (Madrid 13, casi esquina Centenario, colonia Del Carmen, Coyoacán).