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La magna exposición abre este jueves con unas 500 obras

La Vanguardia rusa... llega al Palacio de Bellas Artes

Por primera vez en México, piezas de este movimiento que marcó la pauta del arte moderno del siglo XX: Rafael Tovar y de Teresa

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Salomé con la cabeza de San Juan El Bautista, uno de los dibujos de Eisenstein realizados en México en 1931 en hojas del hotel Imperial, de Paseo de la Reforma. La imagen de la derecha corresponde a la obra La manzana y la serpiente, del mismo autorFoto Mónica Mateos-Vega
 
Periódico La Jornada
Jueves 22 de octubre de 2015, p. 5

La estética rusa invade el Palacio de Bellas Artes. Pinturas, maquetas, bocetos de vestuarios, filmes, carteles, fotografías, libros, dibujos, collages, cerámicas, esculturas, instalaciones, lo mejor de más de 100 artistas de la llamada vanguardia rusa que floreció entre 1890 y 1930, con alrededor de 500 obras, conforman la magna exposición que se abre este jueves en el máximo recinto cultural del país.

Se trata de la primera vez que el público mexicano podrá apreciar la visión única de un movimiento que marcó la pauta del arte moderno del siglo XX, señaló el presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), Rafael Tovar y de Teresa.

Destacan los dibujos eróticos del cineasta Serguéi Eisenstein (1898-1948), realizados en México en 1931, algunos hechos en hojas del hotel Imperial, de Paseo de la Reforma, en donde plasmó fantasías explícitas que contienen actos de necrofilia, homosexualidad, escenas orgiásticas, asociaciones del subconsciente con la muerte y el sexo, el horror y el éxtasis, la pasión y la religión, explican los organizadores de la muestra.

Pero también están en la exposición Vanguardia rusa. El vértigo del futuro luminosas acuarelas de Vasili Kandinski (1866-1944), como el jinete San Jorge de 1914 y sus aves exóticas, en la frontera de lo figurativo y la abstracción, así como una amplia colección de obras de Kazimir Malévich (1878-1935), considerado el creador del suprematismo ruso, enfocado en formas geométricas fundamentales (en particular, el cuadrado y el círculo).

De este último autor se pueden contrastar, sobre todo, sus pinturas figurativas, un conjunto de retratos en los se puede apreciar el suprematismo, la corporalidad lumínica, el volumen, trazos y colores que dividen el cuerpo. Un gesto de heroicidad y resistencia frente al embate político de su tiempo, la forma que el pintor tuvo de decir, podrán doblarme pero no me vencieron, señaló Sergio Raúl Arroyo, quien tuvo a su cargo el concepto curatorial de la muestra.

Vladimir Tatlin, Alexandr Ródchenko, Natalia Goncharova, Olga Rozánova y Varvara Stepánova son otros de los creadores de uno de los momentos más brillantes de la historia del arte. La exposición se distribuye por todas las salas y pisos del Palacio de Bellas Artes, dividida en 10 núcleos: el primero se centra en proyectos arquitectónicos y abre con la maqueta del Monumento a la Tercera Internacional, pieza de Tarlin.

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Últimas indicaciones del director se titula esta obra de Serguéi Eisenstein, que forma parte de la exposiciónFoto Mónica Mateos-Vega

El diseño es el segundo núcleo donde se aprecian piezas de porcelana que tenían el objetivo de ser utilitarias además de tener un valor estético. Sigue la obra gráfica, sobre todo con carteles propagandísticos de campañas sociales, luego la pintura y la instalación en donde conviven obras del cubofuturismo, constructivismo, rayonismo y suprematismo, géneros que desplazaron las ideas preconcebidas de la pintura, mientras que los materiales para la creación de instalaciones se diversificaron: metal con madera o yeso, cuero o alambre, cualquiera podía formar parte del arte.

El quinto núcleo está dedicado al cine, por supuesto con una selección de los imprescindibles montajes de Eisenstein. En la sexta sección está la música y la experimentación sonora de la vanguardia rusa, en 14 audios de autores como Chaikovski, Stravinski, Mosólov o Prokófiev.

El séptimo núcleo lo conforman las artes escénicas, con la presencia de bocetos de escenografías y vestuario que hicieron Tatlin, Malévich, Alexandra Exter y Liubov Popova. No falta la muestra de la influencia que la vanguardia rusa tuvo en la literatura y la edición, lo que se aprecia en el octavo apartado.

El noveno núcleo corresponde a la fotografía, en donde destaca el fotomontaje como género. El último espacio, que cierra con broche de oro el recorrido, es el dedicado a los dibujos eróticos de Eisenstein, de una sarcástica tan insinuante y ruda, que no puede menos que exclamarse ¿este es el hombre que hizo Potemkin? Dibujos de un movimiento maravilloso, de plástica dominante, muestran tan ínfimo concepto del hombre que arrojan al desengaño, a una furiosa antipatía social, como lo reseñó en 1931 Agustín Aragón Leiva en La Gaceta Literaria de Madrid, de acuerdo con el dato que recoge el crítico de arte Olivier Debroise en su texto Una incomunicable felicidad: los dibujos eróticos de Serguéi Eisentein.

Las piezas provienes de 27 colecciones internacionales, entre ellos de museos tan prestigioso como el Hermitage y el Centro Pompidou, de París.

La exposición continuará abierta hasta el 31 de enero de 2016, de martes a domingo, de 10 a 18 horas. La entrada es gratuita los domingos para estudiantes, maestros, mayores de 60 años, menores de 13, personas con discapacidad y pensionados.