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He conocido la universidad como académico, investigador y funcionario, resalta

En la UNAM, vanguardia académica con compromiso social, plantea Sergio Alcocer

El aspirante a rector descarta cobrar cuotas; el financiamiento de la enseñanza, obligación del Estado

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Sergio Alcocer asegura tener preparación y capacidad para llegar a la rectoría de la UNAMFoto Yazmín Ortega
 
Periódico La Jornada
Viernes 2 de octubre de 2015, p. 41

El ingeniero Sergio Alcocer Martínez de Castro asegura tener la preparación y capacidad para llegar a la rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Su experiencia, resalta, la ha adquirido sobre todo en su labor de casi cinco lustros como académico, investigador y funcionario universitario, pero también la enriqueció al colaborar más de tres años como titular de dos subsecretarías de Estado.

En entrevista con La Jornada, el ex director del Instituto de Ingeniería (II) precisa que justo esa experiencia es la que le permite tener un amplio conocimiento de la casa de estudios. Su proyecto, destaca, se basará en la renovación, la innovación y la vanguardia académica, con compromiso social.

Alcocer Martínez de Castro (ciudad de México, 7 de enero de 1963) es ingeniero civil por la Facultad de Ingeniería de la UNAM y doctor en ingeniería por la Universidad de Texas. Es presidente de la Academia de Ingeniería y consejero de la Fundación ICA. Durante la rectoría de José Narro Robles ocupó la Secretaría General y Coordinación de Innovación y Desarrollo. Es miembro nivel II del Sistema Nacional de Investigadores.

Como funcionario público ocupó dos subsecretarías: la de Planeación Energética y Desarrollo Tecnológico en la Secretaría de Energía, en el gobierno de Felipe Calderón; y la de América del Norte de la cancillería en la administración de Enrique Peña Nieto, cargo al que renunció el 27 de julio pasado, cuando anunció que por primera ocasión competiría por la rectoría.

–Tras su mensaje (el martes), muchos universitarios le dieron su apoyo. ¿Ya se siente rector?

La pregunta lo desconcierta, pero tras pensarlo unos segundos acota: Soy apenas un aspirante que acaba de anunciar su intención para contender por el cargo.

–También intentó dejar claro que no es el aspirante oficial, sino de la academia. ¿Por qué hacer esta aclaración?

–Porque soy el aspirante de la academia, porque soy un universitario con casi ya 25 años de antigüedad en la universidad que ha tenido posiciones importantes en la institución que me permiten conocerla.

–¿Tiene alguna filiación partidista o ligas con el gobierno federal?

–El único partido al que le voy es al de los Pumas los domingos.

–¿Qué tanto conoce a la UNAM?

–La conozco porque la he vivido desde diferentes ámbitos: como investigador y profesor, desde los salones de clase, en la interacción con los estudiantes; ser director del II me dio la oportunidad de sumergirme en el aspecto de la investigación, especialmente la científica. Como secretario general conocí el otro componente de la investigación: las humanidades, pude visitar todas las facultades y escuelas. Por eso que me permito decir que conozco a la universidad.

–¿Qué retos vienen para la UNAM en los próximos años?

–Ser una institución muy cercana a las necesidades del país, con un gran compromiso social; actualizar sus planes de estudio para que sean pertinentes a la realidad de México; necesitamos acercarnos mucho al bachillerato, que en los próximos 20 o 30 años deberá ser mucho más fuerte y con mayor calidad; la veo como punta de lanza en la innovación.

–¿Haber colaborado en administraciones federales es una ventaja o desventaja?

–Soy un académico que ha estado mayormente vinculado con la universidad, nueve de cada 10 años, si lo quieren ver así. Y aun estando en las dos subsecretarías donde tuve la oportunidad de servir a mi país, estuve cerca de la UNAM.

–¿Qué papel debe jugar la UNAM en ampliar la cobertura?

–Es un tema donde la UNAM ha hecho un esfuerzo muy considerable bajo el liderazgo del doctor Narro, habrá que continuarlo, sobre todo insistiendo en la educación en línea. Pero la solución en los grandes números corresponde al Estado, que debe procurar la suficiencia y la oportunidad de los recursos para atender esta demanda (...) También habrá que evaluar la conveniencia de tener alguna escuela de la UNAM –como las dos ENES creadas por Narro– en algún otro lugar de la República, donde podamos ser complementarios a los esfuerzos que las zuniversidades estatales hacen.

–¿Cuotas?

–No, el financiamiento de la educación superior es una obligación del Estado, no se debe hacer nada que recaiga en las familias. Tenemos que gestionar frente a la Secretaría de Hacienda y los diputados para que la UNAM cuente con los recursos suficientes. Es una tarea irrenunciable del rector encabezar este esfuerzo.