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La petroquímica se frenó abruptamente desde la firma del TLCAN, dicen especialistas

Industria química lleva 16 años sin crecer, mientras baja su participación en el PIB
 
Periódico La Jornada
Martes 22 de septiembre de 2015, p. 20

La industria química en México presenta diversos desafíos después de que la producción se mantiene prácticamente estancada con 16 años sin crecimiento y con una relevancia económica que disminuye, aseguró la Asociación Nacional de la Industria Química (Aniq).

Miguel Benedetto, director general de la Aniq, señaló que la participación de la industria química en el producto interno bruto (PIB) se ha reducido y después de que en 1987 representó hasta 10 por ciento del PIB ahora en 2014 disminuyó a sólo 1.8 por ciento.

Al hablar en el seminario sobre petroquímica organizado por el consorcio Braskem-Idesa, que desarrolla el Proyecto Etileno XXI, en Nanchital, Veracruz, donde se observa ya un avance de 97 por ciento, el representante de la Aniq destacó que tras años de disminución se observa un repunte en la inversión en este sector. Precisó que en 2012 era de 2 mil 33 millones de dólares; en 2013 aumentó a 4 mil 634 y en 2014 a 5 mil 654 millones de dólares .

Benedetto afirmó que pese a que México tiene una situación estratégica privilegiada, la ventaja competitiva en energéticos no se materializa. Además existe baja capacidad de refinación y la disponibilidad de materia prima para industria química es limitada. Manifestó que aunque México es un mercado atractivo para la industria química está capturado por las importaciones.

Por su parte, Enrique Aguilar Rodríguez, representante del Instituto Mexicano de Ingenieros Químicos (IMIQ), aseveró que el desarrollo de la industria petroquímica se frenó abruptamente a partir del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y desde entonces no se ha establecido un plan de largo plazo para su crecimiento.

Indicó que la balanza comercial ha sido deficitaria en las últimas dos décadas, y este déficit creciente impacta en forma importante en la economía del país.

Adicionalmente, Petróleos Mexicanos (Pemex) no ha realizado inversiones mayores en petroquímica en los últimos 25 años. Sin embargo, en la actualidad se han desarrollado con éxito tres proyectos de inversión mixta: Proyecto Etileno XXI (Braskem-Idesa); Proyecto de expansión en monómero de cloruro de vinilo en Pajaritos (Pemex-Mexichem) y Proyecto de acrilonitriloen Pajaritos (Pemex-Unigel).

Aguilar Rodríguez consideró que el gobierno puede actuar como regulador y facilitador para asegurar un crecimiento armónico en cadenas productivas de alto valor agregado. Hay condiciones estratégicas para reactivar la industria tanto en Pemex-Petroquímica como en el sector privado; los modelos de inversión mixta son los que se han consolidado en el pasado reciente y parecen ser una vía exitosa. Por ello consideró necesario solicitar al gobierno federal una definición explícita de la visión que se tiene para el desarrollo armónico de la industria petroquímica.

Es deseable contar con una definición del modelo de desarrollo a largo plazo para la industria petroquímica, pues esto generará confianza y certidumbre para nuevos proyectos, dijo.

En su oportunidad, Luis de la Calle, director general y socio fundador del despacho De la Calle, Madrazo, Mancera, señaló que el sector privado mexicano debe pedir tener una cancha pareja, pero se necesita que las empresas pequeñas y medianas puedan hacerlo. Afirmó que un factor muy importante es imponer el estado de derecho, porque las medianas y pequeñas empresas están sujetas a la extorsión pública y privada con mucha frecuencia. En México la extorsión es un mal que está muy expandido, reconoció.

Entre las conclusiones sobre los beneficios de la reforma energética a nivel nacional se habló de mayores ingresos para el Estado mexicano, el incremento en la inversión privada, crecimiento, empleos, oportunidades y competitividad de las empresas del Estado.

Entre los beneficios para el sector petroquímico sobresalen la integración de cadenas productivas, el incremento en la producción química, que pueda llegar a 3.8 por ciento del PIB, y el aumento de la proveeduría de materias primas (petróleo y gas).

Adicionalmente se esperan inversiones por 25 mil millones de dólares en 10 años.