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Luis de la Peña ofreció una conferencia tras recibir el doctorado honoris causa de la UNAM

Los colores nacen en el cerebro, que interpreta las ondas de la luz

Cientos de universitarios, profesores y alumnos se arremolinaron en el auditorio Alberto Barajas Celis de la FC para escuchar al incansable científico y renombrado humanista

 
Periódico La Jornada
Miércoles 2 de septiembre de 2015, p. 2

El maestro impartió cátedra ante un pletórico auditorio. La confusión en el horario en que empezaría la conferencia magistral no fue obstáculo para que el recinto luciera a tope. Alumnos y profesores por igual se arremolinaron y soportaron hacer una larga fila para escuchar a uno de los más entrañables académicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM): el físico Luis de la Peña.

El investigador, recientemente investido con el doctorado honoris causa –máximo galardón que concede esa casa de estudios–, compartió parte de sus conocimientos a cientos de universitarios que llenaron los dos niveles del auditorio Alberto Barajas Celis de la Facultad de Ciencias (FC).

La luz fue el punto central de una amena y didáctica charla de uno de los más prominentes científicos universitarios. Investigador emérito del Instituto de Física, ha estado ligado a la UNAM desde hace casi 50 años.

Estudioso de la física teórica, con un marcado énfasis en los fundamentos de la teoría cuántica, y admirador de Albert Einstein, De la Peña impartió la conferencia magistral ¿Cómo entender la naturaleza de la luz? como parte de las actividades académicas tras recibir el doctorado honoris causa.

Recorrido histórico

Hizo el recorrido histórico de un milenio. Habló de los avances y evolución que se han dado en el estudio de la luz y cómo se ha llegado a las teorías actuales, que la definen como un fenómeno constituido por diferentes longitudes de onda electromagnéticas.

El color del mundo no sería posible sin la luz. Los colores que vemos son los colores de la luz, es ella la que los genera; los cuerpos en sí mismos no los tienen, es la luz que se refleja en ellos la que se los da, planteó.

Hoy día se sabe que existen manifestaciones de la luz (infrarrojo y ultraviolenta) que no pueden ser percibidas por el ojo humano. El mundo no es como lo vemos, éste se nos manifiesta (de cierta forma), pero tiene muchas cosas que no vemos, pero existen, están ahí.

De la Peña planteó que los colores no existen en el mundo, por el contrario, son una fabricación cerebral. El cerebro recibe ondas electromagnéticas (que componen la luz) de diferentes longitudes. El ojo las traduce y las envía al cerebro, éste las interpreta, y es ahí donde nacen los colores.

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El físico Luis de la Peña, momentos antes de dictar la conferencia ¿Cómo entender la naturaleza de la luz?Foto Roberto García Ortiz

Acogiéndose a su experiencia de divulgador de la ciencia –es autor de varios libros, entre ellos Einstein, navegante solitario–, remarcó que el ser humano no tiene la capacidad para percibir todos los espectros de la luz, por el contrario, sólo puede ver uno muy pequeño.

Para ejemplificarlo mostró varias imágenes captadas con luz infrarroja, en las que se pudieron observar las zonas con mayor temperatura del rostro de un perro (en la primera) y cómo una bolsa de plástico negra a simple vista se vuelve transparente bajo el efecto infrarrojo, en la segunda.

Antes de la charla hubo desconcierto, porque se había anunciado que empezaría a las 15 horas –incluso en la Gaceta y en la página oficial web de la UNAM era el horario marcado–; sin embargo, la cita era a las 13. Gracias a varias estrategias, como el envío de correos electrónicos a los alumnos, se pudo saldar un poco el yerro y muchos universitarios pudieron llegar a tiempo, aunque otros se perdieron la charla.

En su recorrido milenario, De la Peña habló de varios autores (astrónomos, médicos, químicos y físicos). Comenzó con el astrónomo árabe Alhazen (965-1040 d.C.), primero en hacer análisis sobre la luz y cuya obra fue traducida y conocida en Europa 400 años después de su muerte. Concluyó con Max Planck (1858-1947), quien planteó que la luz intercambia energía con la materia; y Einstein (1879-1955), que dijo que ese intercambio de energía es discreto y no continuo.

Correspondió a la directora de la FC, Rosaura Ruiz, presentar a De la Peña, a quien describió como creador y transmisor del conocimiento, maestro por excelencia, universitario comprometido socialmente, lo que lo hace también un renombrado humanista, e investigador tenaz, disciplinado, inagotable y de profunda intuición. Es un sabio clásico que dirige sus esfuerzos a tratar de entender cómo es el mundo.