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Heinz Schaub inauguró ese recinto, que se suma a la oferta cultural en Juchitán

La Galería El Ocote es un espacio para contagiar el arte a chicos y grandes

Promovemos la lectura, la creación musical y la cooperación social y humana, dice a La Jornada

En su natal suiza, el médico pediatra vio fotografías de Graciela Iturbide y lo cautivaron

Foto
Me enamoré de Juchitán y de su cultura; entonces decidí dejar algo relevante para este pueblo, sin esperar reconocimiento, sólo con la fnalidad de contribuir, expresa Heinz Schaub a La Jornada Foto Diana Manzo
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 4 de agosto de 2015, p. 7

Juchitán, Oax.

Un encuentro con fotografías de los rostros y rastros de la cultura zapoteca de Juchitán, captados por la mexicana Graciela Iturbide, en una muestra montada en su natal Suiza, en 2009, cautivó a Heinz Schaub.

En los pasillos de una galería, Schaub se detuvo y no dejaba de contemplar esas imágenes en blanco y negro.

Admiró una mujer cargando iguanas sobre la cabeza, otras más danzando, pero sin duda lo que más lo conquistó fue la fotografía de un homosexual (muxe en zapoteco) vestido de quinceañera, detenido sobre una pared, mientras en la hamaca de la casa, su madre, una mujer de cabellos de color gris, lo observa.

Fueron esas realidades plasmadas en imágenes que el suizo reafirmó durante su primera visita a México, en 2011.

El pasado febrero, en su segunda visita, al recorrer las calles de Juchitán vio una casa en venta; no dudó, la compró y hace unos días inauguró ahí la Galería El Ocote, así como un estudio de grabación, librería y cafetería comunitaria.

En Juchitán hay pocos espacios para cultivar y promover el arte. Son: la Casa de la Cultura, el foro ecológico, el bar jardín, la galería del pintor López Tayán, Espacio G, la Galería Graciela Iturbide, ubicada en el Centro Cultural Herón Ríos, y ahora se suma la Galería El Ocote.

Un esbelto Heinz Schaub sube y baja de su casa, un espacio donde en la parte inferior aguarda una librería, con libros de escritores como Carlos Fuentes, Federico García Lorca y Bruno Traven, y fotógrafos, como Antonio Turok y Graciela Iturbide, además de juegos de mesa, y se expende café.

El amplio patio del inmueble tiene un enorme árbol de mango, que con sus brazos rudos, escamosos y llenos de hojas verdes cubre mesas y sillas para que los visitantes puedan disfrutar de la lectura.

La cocina y la gastronomía juchiteca también están presentes, pues Heinz construyó una réplica diminuta de un horno de leña, donde disfruta del pescado horneado, platillo zapoteca.

Luego de las escaleras de inmediato aparece el estudio de grabación; ahí es difícil seguir de largo, pues dentro los jóvenes disfrutan de crear música, se pasan horas grabando, algunos en su lengua materna, como los Juchirap (hacen rap en lengua indígena).

A un lado, la Galería El Ocote aloja un grupo de fotógrafos que muestran una miscelánea de vivencias plasmadas en papel.

De Chiapas a Juchitán

Heinz es médico pediatra; tiene 61 años de edad, dos hijas y es abuelo. En su país natal atiende a niños y niñas y, junto con amigas sicólogas, creó una clínica integral de atención infantil.

En sus ratos libres, Schaub visita galerías y exposiciones.

Años antes de conocer Juchitán me refugié en la selva chiapaneca. Mi intención era y ha sido compartir de cerca con la naturaleza, con el medio ambiente, con los animales, estar próximo a las materias primas y disfrutar de enormes maravillas de este planeta. Sin embargo, por algunas diferencias decidió abandonar el sitio y buscar un nuevo horizonte que hoy es Juchitán, explica a La Jornada.

En Chiapas, dentro de la selva, Heinz descubrió la palabra ocote y ahora la adopta.

El ocote arde y contagia; por eso la galería la llamé así, para que contagie el gusto por el arte a chicos y grandes. Es un espacio cultural que tiene la finalidad de mostrar el arte a través de la fotografía, la música, la pintura, el video y la literatura, señala.

Me enamoré de Juchitán y de su cultura; decidí dejar algo relevante para este pueblo; no espero reconocimiento, sólo contribuir. En este espacio hay lectura, creación musical y, sobre todo cooperación social y humana.

Lectura en mototaxi

El pasado fin de semana, Heinz Schaub promovió ritmos entre jaraneros: Los Quebrantahuesos y los Juchirap, grupos de versadores, los primeros en español y los otros en zapoteco.

Fabiola, Citlaly, Luis y Omar se conocieron por los sonidos de la jarana, se fusionaron y han recorrido muchos espacios.

Tenemos entre 17 y 27 años, Heinz nos conoció e invitó a impartir un taller. Luego nos dijo que presentáramos lo que sabemos en compañía de unos chavos llamados Juchirap y surgieron cosas interesantes, relataron.

La finalidad de los jaraneros Quebrantahuesos es la preservación del sonido y la propuesta de nuevos temas.

La noche llegó y con ella los asistentes. Los jaraneros contagiaban al público el movimiento de pies y cuerpo y los Juchirap: Carlos Lenin, Cosijopi y Antonio Guadalupe, también participaban.

Entre los proyectos de Heinz Schaub, a instancias de un colectivo de jóvenes juchitecos, se creará la lectura en mototaxi con el nombre Nómada para llegar a toda la ciudad zapoteca y contagiar a chicos y grandes el amor por los textos escritos en zapoteco y español.