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Primera mexicana que presidirá la Unión Astronómica

Silvia Torres-Peimbert tomará posesión de la IAU el día 13
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La doctora Silvia Torres-Peimbert, durante la entrevistaFoto Víctor Camacho
 
Periódico La Jornada
Lunes 3 de agosto de 2015, p. 14

La astrónoma mexicana Silvia Torres-Peimbert reflexiona por unos segundos y, tras una pausa en su fluida charla, responde: Nunca me dio por ser astronauta, pero pensándolo bien, debió haberme interesado.

Cuando la investigadora emérita del Instituto de Astronomía (IA) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) no está observando el cielo o interpretando los datos obtenidos por esa búsqueda constante en el universo, se conforma con disfrutar la naturaleza.

Me encanta la naturaleza. Es un gozo disfrutarla, ver los árboles, las nubes, los animales y las rocas, particularmente. Todo me gusta. Es parte de un gozo interior que me hace feliz.

A días de que tome posesión como presidenta de la Unión Astronómica Internacional (IAU, por sus siglas en inglés), el próximo 13 de agosto, al final de la asamblea general de ese organismo que se realizará en Honolulú, Hawai, Torres-Peimbert habla con este diario sobre esa nueva aventura.

En 96 años de existencia de la IAU, fundada en 1919, Torres-Peimbert será la primera mexicana y la segunda mujer a escala global en presidirla. La unión está conformada por unos 11 mil astrónomos de 73 naciones, cuya decisión más polémica en su historia fue haber relegado a la categoría de planeta enano a Plutón, que por décadas fue considerado el noveno planeta del sistema solar.

Estoy muy contenta, emocionada y un poco temerosa. Contenta, porque es un enorme honor. Agradezco que los colegas me hayan seleccionado. Aquí no se hace campaña, hay un comité de designación. Y estoy temerosa, porque hay responsabilidades que cumplir. No es un juego, es un trabajo que hay que desempeñar bien, con éxito.

Estudiosa de las nebulosas planetarias, fenómeno cósmico al que se refiere como la hermosa muerte de las estrellas, la investigadora del IA, primera mexicana graduada de doctora en astronomía, habla con La Jornada días antes de abordar su vuelo rumbo a Hawai.

–¿Por qué decidió ser astrónoma?

–Encontré ese camino y es maravilloso. Quizá hubiera encontrado otro y me hubiera clavado, pero me apasioné por la astronomía y de ahí no me muevo. Me gusta ser curiosa, el conocimiento e indagar. Creo que cualquier ciencia me hubiera podido conquistar, pero llegué a la astronomía y ya.

Hace tres años, cuando la investigadora mexicana fue nombrada presidenta electa de la IAU, La Jornada la buscó para conocer sus primeras opiniones. Entonces, recordó a profesores de la Facultad de Ciencias que fueron fundamentales para su formación: Arcadio Poveda, Paris Pishmish y Luis Rivera Terrazas. Pero especial huella en su vida dejó el destacado astrónomo y profesor universitario Guillermo Haro, quien fue pilar para que decenas de estudiantes salieran del país para realizar posgrados, sobre todo en universidades de Estados Unidos. La científica del IA realizó el doctorado en la Universidad de California en Berkeley, junto con el también astrónomo mexicano Manuel Peimbert, su esposo.

–¿Cuál es la importancia de la IAU?

–Es una agrupación de individuos, no de sociedades, lo cual la hace interesante, porque cada uno de los miembros se compromete y colabora a título personal para producir, llegar y respetar ciertos acuerdos. La IAU es la encargada de nombrar los astros y otros cuerpos celestes, y acreditar las unidades astronómicas. A veces nos equivocamos en las decisiones, pero lo importante es que se acepta y con ello se da el proceso de cambio.

–¿Qué puede decir que haya de nuevo en la astronomía, por ejemplo de 20 años para acá?

–Muchas cosas. Por un lado, los planetas alrededor de otras estrellas. Era algo que todo mundo imaginaba, pero no se había demostrado. En 1995 se encontró el primero y ahora, a principios de este año, eran más de 2 mil. Ello lleva a pensar que alrededor de todas las estrellas del universo puede haber sistemas planetarios, como sucede en torno al Sol. Es un resultado impresionante. La humanidad ya cuenta con un satélite que medirá la posición exacta, la distancia y las características de más de un millón de estrellas. Esto cambiará la forma en que entendemos la agrupación de la galaxia.

–Usted, además de investigadora y maestra, es divulgadora de la ciencia. ¿Qué lectura recomendaría para que alguien que no conoce de esta disciplina se acerque a ella?

–Hay una serie muy interesante, editada por el Fondo de Cultura Económica, llamada La ciencia para todos. Fue escrita por científicos mexicanos. Es un acercamiento a distintas disciplinas, y cualquiera de esos textos es muy atractivo.

–¿Le gustó la nueva versión de la serie Cosmos?

–Claro que sí, pero me gustó más la primera, la de Carl Sagan. Porque rompió géneros, fue algo maravilloso. Esa también es una opción de acercamiento a la ciencia.

Me gusta la divulgación, porque pienso que es importante entusiasmar a los jóvenes, despertar sus vocaciones y curiosidad, y así lograr que muchos más se inclinen por estas disciplinas.

–¿Siempre será maestra?

–Voy a seguir en esta actividad mientras pueda. Me gusta mucho dar clase. Me encanta. Fui profesora en la Facultad de Ciencias de la UNAM y ahora en el posgrado, un propedéutico, que es una presentación global de toda la astronomía y refrescar una serie de conceptos usando conceptos matemáticos y físicos que ya conocen los muchachos.

–¿Ve vocación en los jóvenes?

–Sí les interesa, pero creo que necesitamos interesar a más. Hay un conjunto de jóvenes talentosos, brillantes, que hoy están trabajando en nuestras universidades, pero deberíamos tener más. Es necesario crear nuevas universidades públicas y de calidad, como la UNAM o el Instituto Politécnico Nacional. Pero también necesitamos más oportunidades para los que están. Hoy formamos científicos, pero no tienen cabida en el país.