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El maravilloso y trágico arte de morir de amor es la segunda novela de la autora regiomontana

Un sentimiento como razón para existir, tema de la nueva novela de Gisela Leal
 
Periódico La Jornada
Domingo 2 de agosto de 2015, p. 6

El maravilloso y trágico arte de morir de amor es el título de la segunda novela de la joven escritora regiomontana Gisela Leal (Monterrey, 1987), en la que intenta reflejar, entre otras cuestiones, que el respeto a uno mismo, a las emociones y sentimientos, es lo que nos hace ser y hacer cualquier cosa.

De acuerdo con la autora, la novela gira en torno a las experiencias de vida que permiten consolidar cierta libertad individual; al tiempo que refleja la soledad, la intensidad, los disparates y la imposibilidad del amor que viven los protagonistas de la historia.

El club de los abandonados (2012) fue escrita por Leal a los 24 años, convirtiéndose así en la escritora más joven publicada por el sello Alfaguara.

En esta, su segunda obra, Nicolás y Balbina son los principales personajes, quienes junto con Cayetano y Valentina tratan de vivir entre la ciudad de México, Nueva York, Barcelona y Madrid. Son jóvenes cultos y educados, que experimentan todo tipo de desengaños: amorosos, existenciales, económicos y familiares.

La idea, dice la autora, “es mostrar los diferentes niveles de libertad que viven los personajes. No es que ellos vayan en busca de, sino son un cúmulo de imágenes que reflejan esa situación. Por ejemplo, Balbina cuenta con una libertad natural, debido a que en su familia son más liberales. Ella se encuentra más alejada de prejuicios, ideas y estereotipos, y tiene menos conflictos para entender muchas cosas. Es una joven que, metafóricamente hablando, se encuentra sedada, y de pronto despierta y se aferra a ciertas emociones que le ofrecen razones para vivir.

A Nicolás le cuesta mucho más adquirir ciertas libertades, pues pertenece a una familia más tradicional, con todo lo que implica en su educación y en su manera de ver las cosas.

Para Gisela Leal, si algo es muy claro (en la novela), es que el respeto a las propias emociones y sentimientos es lo que nos mantiene vivos y lo que nos hace ser y hacer cualquier cosa. En el momento en que esas emociones no se dejan fluir, viene la frustración.

Se trata de una novela que, entre otras cuestiones, implica cómo nos relacionamos, a quién aceptamos o rechazamos. Cómo ese rechazo o gusto, está basado en miedos o frustraciones. Y cómo una u otra persona vivirá una vida bastante trágica o infeliz.

En el día a día, explica la joven escritora, somos responsables de nuestro libre albedrío y sus consecuencias; sin embargo, al mismo tiempo pasan cosas ajenas a nuestras decisiones, que de alguna manera cambian las circunstancias. Ese conflicto de tener control sobre nuestra vida y al mismo tiempo no ser más que piezas de un rompecabezas que no sabemos quién controla, también es reflejado por los protagonistas.

En esta historia no se trata tanto de que los personajes persigan el amor, sino que éste es su razón para seguir vivos. La ausencia de esa emoción es la ausencia de vida y, por ende, sin amor no tienen motivo de seguir existiendo.

La novela, concluye Leal, articula distintos tipos de letra para cada personaje, así como un libro en forma de diario, un musical (rola del grupo Mecano) y el guión de una serie de televisión.