A cinco años de su fallecimiento, Carlos Monsiváis es más ubicuo que nunca: está en todo lugar, y esperamos que en todo cerebro; no sólo es parte de nuestra geografía, sino de nuestra ideología, y sustento de ella, si nos mantenemos bien informados. Así recordó a Monsi la escritora Elena Poniatowska durante el homenaje que se le rindió al cronista en el Faro de Oriente, como parte de los festejos por el 15 aniversario de esta fábrica de artes.

Nada le gustaría más a Monsiváis “que este recordatorio en Iztapalapa, la delegación más numerosa del Distrito Federal y una de las más pobres.

Quizá por eso aquí cada año resucita Jesucristo; pero es también una delegación donde brilla la inteligencia en los ojos de muchos jóvenes, dijo la Premio Cervantes.

Te lloramos, porque llorarte es parte de nuestra causa y el punto de partida de nuestra lucha. Imposible entender a México sin Monsiváis: brújula, guía moral, profeta, los lectores miraban hacia él y lo seguían para entender no sólo a México sino a ellos mismos, expresó la periodista, párrafos antes de terminar su discurso, que fue el último dentro de la ceremonia de homenaje, titulada Un amor perdido, en la que también participaron el titular de la Secretaría de Cultura del Distrito Federal, Eduardo Vázquez; el director del Museo del Estanquillo, Henoc de Santiago; el museógrafo Evelio Álvarez Sanabria; el escritor Emiliano Pérez Cruz, y el periodista Jenaro Villamil; también asistieron Beatriz, Rubén y Araceli Sánchez Monsiváis, primos del escritor.

Monsiváis, recordó Vázquez,  fue uno de los primeros en participar en la fundación del Faro y en la donación constante de libros para la biblioteca Alejandro Aura, a la que se llega después de pasar frente a un acuario donde los peces ya no se ven por lo sucio del agua, y de atravesar los pasillos y los salones donde este sábado sonaba música.

Como parte del recordatorio del escritor, cronista y coleccionista, en el patio se realizó un pequeño Tianguis de Lectura y los miércoles de julio se proyectará el ciclo de cine gratuito Las imprescindibles de Monsiváis.

Al iniciar la ceremonia, el funcionario resaltó que la cultura echa de menos a Carlos Monsiváis, y dado su entusiasmo en la fundación de el Faro es natural que este centro lo recuerde como el gran cronista de la ciudad, el que nos permitía reírnos de nosotros mismos sin dejar de vernos con lucidez; quien apostó muchas veces por las causas de la libertad y de la justicia.

Villamil se refirió a la necesidad de releer las tesis de Monsiváis acerca de la sociedad civil, en especial de que sin el impulso y frescura de los jóvenes ésta muere.

El historiador y conservador del Museo del Estanquillo, Evelio Álvarez, recordó cómo se convirtieron en realidad los planes para llevar las colecciones que reunió Monsiváis a lo largo de 30 años a un sólo espacio, desde la catalogación y limpieza de las piezas hasta la apertura del recinto, ocurrida en noviembre de 2006, y en la que ahora se prepara una muestra acerca del sismo de 1985, junto con otros espacios como el Museo de la Ciudad de México.

Henoc de Santiago dijo que es poco conocida la faceta de coleccionista de Carlos Monsiváis, cuya presencia “ha triunfado, porque nos sigue reuniendo y dándonos muchísimo trabajo. Además de su gran producción literaria, todos los objetos que fue coleccionando han quedado en muy buenas manos.

En las colecciones de Carlos Monsiváis los objetos hablan, nos relatan la evolución histórica, cultural y social de nuestro país; tienen un carácter cronista que reflejan los intereses y el pensamiento de Carlos. Es difícil catalogar al Estanquillo como museo de historia o de arte, yo digo que retrata a los mexicanos, y a través de ellas vemos cómo ha evolucionado nuestro país.

El escritor Emiliano Pérez Cruz, en un discurso leído por la responsable de la biblioteca del Faro, María Teresa Pérez, recordó una visita de Carlos Monsiváis a Ciudad Nezahualcóyotl.