La incipiente recuperación del poder adquisitivo del salario mínimo podría verse afectada por factores internacionales, como la situación en Europa, específicamente en Grecia.

En las tres décadas recientes, este indicador registró una pérdida de 75.4 por ciento de su valor, acorde con diagnósticos oficiales.

Según el gobierno federal, a partir de 2015 –con el antecedente de una inflación menor a 3 por ciento y un aumento de 4.2 por ciento– el minisalario sería por primera vez remunerador o se podría revertir su caída.

Sin embargo, el titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), Alfonso Navarrete Prida, ponderó la necesidad de atender diversos factores internos y externos.

Todavía no lo sé (la magnitud de la eventual recuperación), habrá que ver qué pasa el domingo con el referendo en Grecia y el sostenimiento de la zona euro, así como los programas emergentes que están por aprobarse, señaló ayer en entrevista.

Un país que sirve mucho de referencia a México es España, dijo, aunque también influye lo que ocurra en Estados Unidos.

“Todavía no es buen momento para generar un dato firme (en cuanto al poder adquisitivo del salario)… después de junio tendremos mejor perspectiva de lo que ocurrirá en el segundo semestre”, precisó.

A nivel doméstico, afirmó, la evolución del poder adquisitivo del minisalario tendrá que analizarse a la luz de otros elementos, como la baja de inscripción de trabajadores al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en mayo pasado.

El gobierno federal persiste en la proyección de los cambios; en principio, lograr en octubre compactar los pagos en una sola clasificación y, desde el Poder Legislativo, desvincular en este mismo año esa remuneración como medida de referencia a otras unidades de cuenta.

Tener un solo salario mínimo en el país requiere inflación controlada, aspecto presente. Adicionalmente, se analiza el desarrollo del consumo interno, así como las altas en el IMSS, por lo cual Navarrete dijo que no se puede imponer aumentos por decreto o por motivaciones políticas.

Los responsables de compactar el sueldo no son los integrantes del consejo de representantes de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos: 11 del sector obrero e igual número del empresarial, así como el presidente de dicha comisión, Basilio González, quien ocupa el cargo al menos desde 1990. Ayer rindieron protesta para el periodo 2015-2019.

En su mayoría, los consejeros pertenecen a las centrales obreras y patronales que han tenido siempre estos asientos.

El secretario Navarrete dijo que el proceso de elección de quienes tuvieron interés en participar fue abierto, transparente y plural.

Salvo una votación diferenciada (para compactar a una sola zona el minisalario), donde predominó la unión de enviados de las centrales obreras con el gobierno, el resto de los aumentos al deteriorado salario mínimo han sido aprobados por unanimidad.

Los consejeros reciben mil pesos al mes por asistir a la sesión de esta instancia; el dato motivó bromas durante la ceremonia realizada ayer en la STPS, como si ese emolumento fuera injusto.

A juzgar por los vehículos en que llegaron a la dependencia federal, es evidente que los líderes empresariales y sindicales no dependen de ese pago de la comisión de salarios mínimos.