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Familiares de los cuatro agentes municipales hallan similitud con el caso Ayotzinapa

Denuncian desinterés oficial ante la desparición de policías que en 2008 abatieron a sicario en Pachuca
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 27 de junio de 2015, p. 15

Pachuca, Hgo.

Familiares de cuatro policías municipales de la capital hidalguense, desaparecidos el 6 de abril de 2008 luego de haber abatido en un enfrentamiento a un sicario y detenido a otro, denunciaron la falta de interés de la Procuraduría General de Justicia de Hidalgo (PGJH) para esclarecer su paradero.

José Téllez Marañón, padre de Arturo Téllez Moncada y representante de los familiares de los otros tres policías (José Guadalupe Cuenca Durán, Julio César Celis Hernández y Salvador Juárez Coiffier), expuso que después de siete años, la PGJH ha omitido investigar sobre el paradero de los agentes.

En entrevista, indicó que existen evidencias de que policías municipales coludidos con Los Zetas, entregaron a sus hijos a El Mascafierros, jefe de plaza del grupo delictivo, cuyo nombre se desconoce, y destacó que las autoridades judiciales de la entidad no se han aplicado en desarrollar las indagatorias.

Ilustró: “En 2010 no nos hicieron las pruebas de ADN para compararlas con las de los cuerpos localizados en unas minas, descubiertos ese año después de que policías detenidos por colaborar con Los Zetas confesaron sus crímenes”.

Destacó que dichas pruebas las solicitaron al entonces procurador y hoy subprocurador Jurídico y de Asuntos Internacionales de la PGJH, José Alberto Rodríguez Calderón, quien lo único que hizo fue detener la investigación. Se nos dijo que en Hidalgo no había equipo ni personal para hacer exámenes de ADN y por ello se iban a llevar las pruebas al Distrito Federal, pero nunca nos informó si las hicieron y cuáles fueron los ­resultados.

Téllez destaca que hay tan poco interés del gobierno de Hidalgo por esclarecer la desaparición de los uniformados y castigar a los culpables, que en la página oficial que tiene la PGJH en Internet se puede consultar en el apartado de personas desaparecidas una liga donde se muestran las fotos de sus familiares –excepto uno–, cuyo uniforme e insignias están cubiertas con un marcador negro, además que se omite que laboraban en la Secretaría de Seguridad Pública estatal y otra información.

El actual procurador, Alejandro Straffon Ortiz, ha mostrado mucha insensibilidad y prácticamente dio carpetazo al asunto, aunque por muchos años fue presidente de la Comisión de los Derechos Humanos del Estado de Hidalgo.

Muertos o esclavizados

Tras mostrar el extenso expediente que se inició luego de la desaparición de los policías, el padre de Arturo Téllez sostuvo que hay algunas similitudes con hechos de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa, Guerrero.

En una ocasión, Rosa María Moncada, esposa de uno de los policías desaparecidos, le comentó a José Téllez que el ex compañero de su marido Francisco Amado Escamilla –detenido en 2009 luego de que su nombre apareció en la nómina de la banda de Los Cotorros, célula de Los Zetas dedicada al secuestro– le dijo que probablemente habían sido llevados a Colombia para trabajar como esclavos.

Moncada así lo consignó el 3 de noviembre de 2008 ante el agente del Ministerio Público (MP) Manuel García, a quien pidió que llamara a declarar a Escamilla, y se abriera otra línea de investigación.

Téllez Marañón comentó que en su visita a Hidalgo, padres de los normalistas de Ayotzinapa coincidieron en que hay similitudes con el caso de sus hijos, y que debería emprenderse una investigación a fondo. Sin embargo, por el tiempo transcurrido y la falta de interés de la PGJH, los familiares de los desaparecidos tienen pocas esperanzas de encontrarlos vivos. Pero les queremos hacer un funeral digno.

Los policías desaparecieron luego de que el 5 de abril de 2008 se enfrentaron a balazos con una célula de Los Zetas, hecho en que fue abatido el sicario Marcelino Lara Pérez, ex comandante de la policía municipal de Pachuca, conocido con la clave de Mercurio, pero tres de sus cómplices huyeron.

En lugar de asignarles protección, los policías desaparecidos fueron maltratados por el agente del MP encargado del caso, de acuerdo con versiones de los familiares.

Incluso el mismo día de la balacera, por la noche, desapareció el policía José Guadalupe Cuenca Durán, después que concluyó su declaración ante la agencia del MP. Su camioneta se encontró abandonada la madrugada del 6 de abril.

Más tarde, desaparecieron Julio César Celis Hernández y Arturo Téllez Moncada, luego de que algunos de sus compañeros, entre ellos Francisco Amado Escamilla, pasaron por ellos a su domicilio, bajo el argumento de que debían declarar nuevamente ante el MP.

Posteriormente, Amado Escamilla aseguró que había dejado a sus compañeros en una tienda Oxxo situada en la entrada de Villas de Pachuca. Tanto él como otros policías involucrados en la desaparición de los referidos agentes no han sido sometidos a proceso penal. Salvador Juárez Coiffier, el cuarto policía que participó en la balacera registrada en la zona comercial de la denominada Zona Plateada, desapareció varios meses después cuando patrullaba el Parque Hidalgo de Pachuca.