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A la mitad del foro

Dar tiempo al tiempo

T

odavía hay recuento de votos en algunos distritos y se les vino encima el horizonte a los deslumbrados con el fetiche de los presuntos independientes y la asunción de la señora Margarita Zavala de Calderón. Son cosas de la luminosa democracia electoral diría Enrique Peña Nieto, mientras anticipaba las cuentas de las 12 gubernaturas que se pondrán en juego en 2016 y esperaba tranquilamente la elección del gobernador de su tierra en 2017.

Las candidaturas no son hechizas, no son decisiones del poder omnímodo atribuido a los Tata-mandones de la dictadura perfecta. Del maximato a la penuria lastimosa del priato tardío, el sucesor se elaboraba a mano, se ponía a prueba ante los grupos de poder más distintos y distantes. Sí, el presidente en turno designa al sucesor, solía ilustrar Francisco Martínez de la Vega a los fascinados por los juegos del péndulo sexenal y el ilusorio poder sexenal de tlatoanis taumaturgos; efectivamente, pero eso no quiere decir que designaría al que en ese momento pasara frente a él, o que podría sacarse de la manga un desconocido delfín de última hora, aunque quisiera. Cosas del sentido común y de la cercanía de Paco Martínez de la Vega con el poder y quienes lo ejercían, algunos con la pasión de mandar, otros como quien carga un pesado lastre y al final del mandato desearía no haber nacido.

Sea lo que fuere. O haiga sido como haiga sido, como dicen que dijo Felipe Calderón, el soldado desconocido y esposo de doña Margarita, la muy restable dama que anunció contenderá por la candidatura panista a la Presidencia de la República. Madrugar, se dijo siempre. O dar un madruguete si era hora de encender los faroles, aunque brillara esplendorosamente un sol redondo y amarillo. Felipillo santo lanzó su candidatura a estas alturas, más o menos, del lamentable sexenio de Vicente Fox; era secretario de Energía y lo corrió el de la intemperancia verbal. Pero el candidato de Fox era Santiago Creel y ni uno ni otro supieron elaborar el fetiche sucesorio. El secretario de Gobernación pasaría al segundo nivel, donde destruiría el lenguaje con el burdo sospechosismo utilizado en lugar de suspicacia.

Pero esos son otros López. Andrés Manuel nunca ha dejado de ser aspirante, candidato a la Presidencia de La República, ni en los extraños tiempos que siguieron al extraño acto solemne en el Zócalo de la Capital, donde la princesa Poniatowska, doña Rosario Ibarra y damas de compañía le pondrían una banda presidencial elaborada para la ocasión en que se declaró presidente legítimo y procedió a designar su gabinete. Con su propia silla del águila, ésta de corte y trazo decimonónico para evocar a Juárez, al gran oaxaqueño al que a menudo se refería repitiendo la frase mítica y proverbial de lo que el aire le hizo a Juárez. Para uno que madruga, otro que no se acuesta, dirían los fieles que lo han seguido en el largo peregrinar de 18 años. El Peje será candidato en 2018. la tercera es la vencida, insiste.

Y ahí está el proceso de candidatos y de cándidos que han lanzado su sombrero al palenque. Todavía no salían del pasmo los panistas del maderismo que dividió al viejo partido que alguna vez fue señalado por ambicionar el monopolio de la oposición, y ya eran convocados a festejar el futuro en la Puebla de los Ávila Camacho. Ahí es gobernador Rafael Moreno Valle, nieto del doctor Moreno Valle, secretario de Salud de José López Portillo y luego gobernador del estado de Puebla. No es caso único. En Chiapas gobierna el nieto del doctor Manuel Velasco Suárez, quien también fue secretario de Salud y después gobernador del suriano estado de la biodiversidad y la enorme desigualdad. Rafael Moreno Valle amaneció un día candidato del PAN a gobernar Puebla; ganó y de inmediato encendió la hoguera de vanidades y empezó su campaña a la Presidencia de la República.

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El astronauta Rodolfo Neri Vela, en imagen de archivo, asegura que va a la delantera en la intención del voto de todos los destapados para el 2018Foto Cuartoscuro

El de Chiapas, nada ha dicho. Pero los sicofantes madrugan y los augures leen el vuelo de las aves sobre las antenas de la televisión: Las bodas de Fígaro, dijeron. Para colmo, el sureste se pinta de verde y la suma de los votos obtenidos en Chiapas y Veracruz equivalen a la tercera parte del total alcanzado por el PVEM, con lo que de mala fama tiene y con la fuerza que representa en un sistema electoral diseñado para que un solo partido no logre la mayoría absoluta, pero aliado, o coaligado con uno o dos más, sí. Por lo pronto no hay anuncios ni prisas por lanzarse al Cañón del Sumidero. Pudiera ser por el evangelio del sub Marcos o porque alguien recordó a Renato Leduc y su Sabia virtud de conocer el tiempo/ a tiempo amar y desatarse a tiempo/ Como dice el refrán, dar tiempo al tiempo...

Es tiempo de recoger varas, le repetía Graco Ramírez al presidente Peña Nieto, cada vez que el del Poder Ejecutivo de la Unión visitaba Morelos. Pero ya no hay un perredista, ni un discípulo de Rafael Aguilar Talamantes, capaz de medir con la misma vara los pactos palaciegos y los palos de ciego. Ni siquiera hay uno del PRD que se haya decidido a madrugar, que haya despertado con el griterío de los muchos que ya tiran cohetes. La derrota es huérfana. Y los chuchos se han visto reducidos a primera minoría en el Distrito Federal, coto de privilegios exclusivos para las izquierdas que unió Cuauhtémoc Cárdenas. Hoy es campo de batalla en la guerra intestina de perredistas y los fieles del profeta y predicador único de Morena.

Ahí le amaneció a Marcelo Ebrard en plena oscuridad de la noche. Y se hizo a un lado para que Andrés Manuel fuera candidato por unanimidad en las elecciones presidenciales de 2012. Ni modo: ganaron los malos. Yo me espero, diría Ebrard. Y ya no le queda esperanza alguna. Designaron candidato a jefe de Gobierno del Distrito Federal al abogado Miguel Mancera, cándido confeso de no militar en partido político alguno. Se vino el tiempo encima y el anatema del apóstol de Morena lanzó a Ebrard al desierto de la pluralidad: a perder el tiempo; a perder toda opción política y el triunfo imaginario de los independientes, permitió que Mancera llenara el vacío de la derrota: Querer, querer, sí quiero ser Presidente, dijo. Y el senador Barbosa se declaró adelantado del candidato de unidad que les obsequiaba el destino. Cosas veredes, Mío Cid.

De todo hay. Rodolfo Neri Vela, astronauta que ha visto amanecer desde el espacio exterior, afirma: tengo más votos que todos los destapados. Terca que es la realidad, Jorge Castañeda recibió burlas y ataques por precipitarse al vacío y hoy son candidatos independientes aunque dependan de los grupos de mayor poder económico, o tengan tatuado el logo del PRI. Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco, gobernador electo de Nuevo León, ya visitó al secretario de Hacienda para pedir apoyo para enfrentar la deuda pública del estado. Se hizo acompañar del otrora rector y candidato panista, Eduardo Elizondo: hay que hablar el mismo lenguaje que Luis Videgaray.

El de la austeridad en el gasto público y el libre flujo de inversiones financieras, entre otras ideas falsas que han adquirido vida propia. Hay más inversión extranjera en México que nunca. Pero hoy es noticia la fuga de depósitos, 4 mil millones de euros que ponen en riesgo al sistema financiero de Grecia; y nos informan que entre enero y mayo bajó en 24 mil 800 millones de pesos la inversión extranjera en México... por temor a una largamente esperada alza de las tasas de interés de la Federal Reserve del vecino del norte.

Acumular reservas de divisas extranjeras es la dicha inicua de perder el tiempo.