Opinión
Ver día anteriorJueves 18 de junio de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Ciudad Perdida

Los oficios de Barbosa

En su cruz lleva la penitencia

Mancera delinea horizontes

E

l senador Miguel Barbosa, irremediablemente chucho –diga lo que diga–, anda, nos cuentan, buscándoles chamba a sus cuates, y lo que se le ocurrió fue tratarlos de colocar en el Gobierno del Distrito Federal, que él supone débil después de la elección. Lo malo fue que todo mundo supo de sus muy malas intenciones, y aunque algunos de sus correligionarios insertos en el gobierno de la ciudad hicieron de la declaración un rumor, la especie murió en el buen juicio y razón de Miguel Ángel Mancera.

Algo más que horrible, desastroso para los habitantes de la ciudad, se estaba fraguando. La idea era tratar de presionar al jefe de Gobierno para que operara los cambios que le pedía el senador Barbosa, y para eso había que alimentar el rumor. La tarde del martes, Jesús Ortega se paseó por las instalaciones del gobierno de la ciudad y alguien explicó que su presencia se debía a que este sujeto estaba zopiloteando a Héctor Serrano, a quien el chuchismo daba por muerto.

Así, al empezar el miércoles, el rumor estaba desatado e incluía también a la secretaria de Desarrollo Social, de impecable trabajo en el gobierno de la ciudad de México. Y no pasó nada, Mancera se fajó los pantalones y mandó parar la especie.

Por su parte, Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Desarrollo Social, se concretó a decir: no me meto en chismes. Bueno, no lo dijo textual, pero quedaba claro que tenía en la mano la ratificación en el cargo firmada por Miguel Ángel Mancera y no estaba en su intención responder de otra forma a las chuchas intenciones de Barbosa.

Lo que a fin de cuentas queda claro es que, aunque fueron destruidos, los amarillos que lidera Ortega quieren buscar cualquier fisura en el aparato de gobierno para, desde allí, asestar su golpe. Golpe que no sería contra el gobierno de la ciudad, sino contra sus habitantes. O ¿alguien puede imaginar a Jesús Ortega como secretario de Gobierno de esta capital? Lagarto.

Miguel Ángel Mancera ya sabe, así lo hizo sentir, que su camino no es amarillo y que para hallar horizontes más amplios de gobierno iría por una opción fuera del seguro fracaso que le augura el PRD chucho. Bueno, parece que ya lo entendió. Enhorabuena.

De pasadita

Aguas con el problema del taxi. Además de las increíbles tonteras del secretario de Movilidad, se tiene que ver muy de cerca la posibilidad que ya tejen los líderes de las agrupaciones de taxistas. Si tener una plataforma como la de la empresa Uber significa no pagar el tarjetón, no pagar la revista ni tener que ceñirse al taxímetro, por el que también pagan; además de desmarcarse políticamente de algunas autoridades, pues nada, que todos se volverán Uber. Bienvenidos.