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Las víctimas de las bandas criminales, principalmente centroamericanas, señala

Alerta Solalinde sobre el creciente robo de órganos a migrantes de paso hacia EU
 
Periódico La Jornada
Viernes 12 de junio de 2015, p. 12

La venta y el tráfico de órganos, donde las víctimas son principalmente migrantes centroamericanos de paso hacia Estados Unidos, ha crecido y consolidado en el año reciente, aunque es un fenómeno gravísimo del que se tiene registro desde 2007, denunció el sacerdote Alejandro Solalinde.

Dijo que el modus operandi de estos criminales se ha venido modernizando, y si bien empezó a darse en Michoacán, ya hay hechos y denuncias que ubican a ciudades fronterizas con Estados Unidos como uno de los principales lugares donde operan.

En entrevista, el religioso, que se ha caracterizado por ayudar y defender a los migrantes centroamericanos, dijo que tiene testimonios y evidencias de este tipo de prácticas, del cual incluso ya dio cuenta el gobierno de Estados Unidos mediante un reporte de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), pero que el gobierno mexicano se ha empecinado en negar.

–¿Ha habido, entonces, omisión del gobierno mexicano?

–No solo omisión, hay complicidades. Nosotros sabemos perfectamente que en México no se comete ningún crimen de ningún cártel que no tenga su brazo político”, dijo en alusión de que funcionarios están involucrados en el tráfico de órganos.

Señaló que ya se percibe una red madura, mejor organizada, e incluso mejor conectada al mercado internacional, donde la demanda se ubica principalmente en Estados Unidos y Europa, pero también en México.

“Yo he denunciado el modus operandi, y casi todas las víctimas son migrantes”, dijo, para luego señalar que hay especial preferencia por mujeres que viajan acompañadas de un menor, donde con el pretexto de ayudarlas a cruzar hacia Estados Unidos, son engañadas y llevadas a la frontera, donde son sometidas.

Señaló que para los criminales este tipo de delitos es un gran negocio, muy por encima del secuestro, pues por un plagio se piden entre 3 mil y 7 mil dólares, mientras por un órgano de mujer, niño o joven, la cifra es de entre 100 y 150 mil dólares.

El sacerdote dijo que incluso la Quinta Visitaduría de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos debería estar recopilando información sobre estos delitos, que van en ascenso, de acuerdo con los testimonios recabados, y evidencias que se han recabado en varias entidades, donde han aparecido cuerpos humanos sin algunos de sus órganos.

Explicó que la manera más especializada de operar es que el retiro de órganos se realizaría en hospitales privados de la frontera con Estados Unidos, donde se tienen las mejores condiciones para conservar y transportar la mercancía, mientras que los cadáveres son cremados y registrados como donantes. Es una práctica de lavado de órganos, dijo.