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Es la continuidad del fracaso del neoliberalismo, señalan desde 2013

Maestros disidentes argumentaron en foros su rechazo a la reforma educativa
 
Periódico La Jornada
Viernes 5 de junio de 2015, p. 18

La evaluación integral de los docentes, la formación de alumnos basada en conocimientos científicos, tecnológicos y humanistas, así como un incremento sustancial del gasto público destinado a la educación, son parte de las propuestas planteadas por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) para construir un modelo alternativo de enseñanza en México.

En las memorias y resolutivos de foros, encuentros, mesas redondas y congresos realizados desde 2013 en diversos estados, el magisterio disidente insiste en que las modificaciones al artículo tercero y 73 constitucionales representan la continuidad del fracaso del modelo neoliberal, por su embestida contra la escuela pública y los derechos de los trabajadores.

En el documento denominado Hacia la educación que necesitamos los mexicanos, que la CNTE propone sea retomado por la Secretaría de Educación Pública para la construcción de un nuevo proyecto educativo, señala que los maestros hemos denunciado que la reforma educativa es la puerta de entrada a una etapa de supervisión y sanciones contra los docentes.

Consideran que las leyes del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación y del Servicio Profesional Docente sólo fortalecen la burocracia, el centralismo y la uniformidad. Se crea una nube de controles y reglas en torno a la escuela, apoyada en una evaluación formalista y vertical para perseguir maestros, pero incapaz de generar procesos de transformación. Es decir, una reforma administrativa y laboral, que está muy lejos de ser educativa.

Por ello, en los documentos con los resolutivos de los 10 foros estatales que realizaron en 2013, con apoyo de la Secretaría de Gobernación, apuntan que entre sus propuestas se incluye la verdadera transformación educativa, que arranque con un planteamiento desde el núcleo mismo del proceso de enseñanza, que sea capaz de movilizar en torno suyo a los actores y fuerzas sociales más importantes en el sector.

En un análisis pormenorizado de la reforma educativa, denuncian que el nuevo marco legal no retoma las grandes carencias que enfrentan las comunidades y los centros escolares, a los que no ofrece una respuesta más allá de medir. Nada ofrece desde la educación que sirva para apoyar los esfuerzos personales y colectivos que hacen gran parte de los mexicanos por salir de la pobreza y la subordinación.

Reiteran que se trata de un mecanismo que busca el despido de miles de maestros, la reforma educativa, que “no habla de rutas, de propósitos capaces de convocar a familias, maestros y estudiantes a modificar el deplorable estado en que se encuentra desde hace décadas la educación nacional. Básicamente ofrece –aunque ahora como mandato constitucional y legal– las mismas estrategias que se anunciaron y que se han aplicado sin éxito desde 1992: medir, vigilar, estimular y, ahora, castigar”.