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Exposición de la fotógrafa en la Galería Óscar Román

Lourdes Almeida adorna los pies de hombres e insectos con zapatos

En Laberinto de quimeras reúne sus piezas sobre ese tema que trabaja desde hace 14 años y concluirá en 2016, expresa a La Jornada

Foto
Lourdes Almeida exhibe 101 piezas, entre fotografía, fotomontaje digital y objeto, donde los zapatos son el hilo conductor para llevar al espectador por la muestra, con curaduría de Graciela Kartofel, que se puede visitar en la galería de Julio Verne 14, PolancoFoto cortesía de la artista
 
Periódico La Jornada
Sábado 30 de mayo de 2015, p. 5

Los zapatos son el hilo conductor para llevar al espectador por Laberinto de quimeras, título de la exposición de la fotógrafa Lourdes Almeida (DF, 1952) montada en la Galería Óscar Román.

Zapatos de mujer, de tacón alto, jamás inventados, siempre de diseñador, aunque éste sea desconocido, adornan los pies también de hombres e insectos.

Desde hace 14 años Almeida trabaja con zapatos, tema que concluirá en 2016, cuando sus nietas gemelas cumplan tres lustros y ella les regale los pasos por sus primeros 15 años de vida, dice a La Jornada.

Tres proyectos

Lourdes Almeida da vuelo a su imaginación y sentido del humor para resolver los enigmas de Laberinto de quimeras, formado por tres proyectos, de los que se exhiben 101 piezas, entre fotografía, fotomontaje digital y objeto.

El primero, El insectario probable del Dr. Jürgen, tiene como pieza principal una instalación sobre la pared de múltiples imágenes de coloridos escarabajos. Sin embargo, si el visitante se aproxima a ellas se da cuenta de que estos coleópteros tienen zapatos y algunos cabeza de mujer, pero no cualquiera, sino de geisha por su alusión a la sensualidad.

Como para los japoneses el cuello de la mujer es lo más sensual, se me ocurrió ponerles cuellos femeninos a los escarabajos, expresa Almeida, quien confiesa que entre sus cosas ocultas siempre quiso ser bióloga, pero la vida la llevó por otros derroteros.

La instalación cuenta con música compuesta por su hijo, el músico y actor Andrés Almeida.

Algunas de las fotografías de los coleópteros fueron tomadas por Lourdes Almeida y otras son apropiaciones.

En el segundo proyecto, Las apariencias engañan, esta manera de proceder se hace más pronunciada, pues trabaja con cuadros clásicos cuyos personajes son remplazados por fotos de hombres reales, también con zapatos. Luego les quita el sexo, entonces ya no son ni hombre ni mujer. La fotografía del cuadro intervenido siempre se hace acompañar de una imagen de la pintura original.

Asimismo, Almeida ha diseñado escenografías para cine; por ejemplo, trabajó con el director Jaime Humberto Hermosillo en cinco películas y es poseedora de tres Arieles.

En una pared montó una serie de fotografías de desnudo que hace tiempo tomó al bailarín Jorge Becerril. Originalmente en blanco y negro, les ha agregado color.

Como Becerril bailaba de puntas, le pude incorporar los zapatos perfectamente, dice.

El último proyecto, El túnel del tiempo, contiene obra menos reciente. Hay algunas fotografías que son intervenciones de cuadros y otras que sólo son foto digital. Hoy, apunta, hay tantas herramientas para realizar este tipo de trabajo.

Sin embargo, lo importante no son las herramientas, sino lo que uno tiene que decir.

Trabajo lúdico

–¿Qué representa para usted la fotografía?

–Es lo más divertido, lúdico. Trabajo mucho y siempre invento cosas. Me gusta mucho el trabajo manual, no nada más la fotografía, sino meterla en otras cosas.

Laberinto de quimeras, exposición curada por Graciela Kartofel, con textos de ésta, Rafael Pérez y Pérez y Luis Roberto Vera, se puede visitar en el recinto de Julio Verne 14, Polanco.