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Liberan en Argentina a 3 agentes de la dictadura
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 16 de mayo de 2015, p. 21

Buenos Aires.

En otra insólita acción de la justicia argentina dos de los tres jueces del Tribunal Oral 5 dejaron libre a tres agentes especiales de la pasada dictadura militar, entre ellos a Leandro Sánchez Reisse, el hombre de los negocios sucios de los dictadores y participante, bajo dirección de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés), en la guerra encubierta de Estados Unidos contra Nicaragua en los años 80.

A pesar de que tanto Reisse, como Rubén Osvaldo Bufano y Arturo Ricardo Silzle fueron autores de renombrados secuestros de empresarios en su lucha contra la subversión económica durante la dictadura e incluso en los tiempos de la Alianza Anticomunista Argentina conocida como Triple A que funcionó entre finales de 1973 hasta el 24 de marzo de 1976, -cuando pasaron a ser parte de la dictadura- dos de los tres jueces del tribunal los dejaron libres.

Estaban acusados de formar una asociación ilícita para realizar secuestros y los jueces Julio Panelo y José Martínez Sobrino, decidieron ordenar su libertad inmediata porque consideraron que se trataba de "cosa juzgada". Los tres ex agentes también son responsables de crímenes de lesa humanidad.

A pesar de la oposición de la jueza María del Carmen Roqueta, quedaron libres, lo que causó indignación entre las familias y algunos de los empresarios que fueron secuestrados y puestos en libertad tras pagar sumas millonarias bajo la impunidad que imperó durante la dictadura.

Bufano junto con otros agentes del Batallón 601 del ejército estuvo en el Centro Clandestino de Detención de Automotores Orletti por donde pasaron una buena parte de las víctimas, desaparecidos y sobrevivientes de la llamada Operación Cóndor.

La jueza Roqueta, declaró al diario Página 12 que para ella quedó probado que los acusados formaron parte de una organización ilícita con vértice en el Batallón 601, que estuvo integrada por personas que se agruparon para cometer delitos como los secuestros, sobre todo a empresarios de origen judío, en línea con el alegato de la fiscalía, que pidió entre 10 y 17 años de prisión para los acusados.

Sánchez Reisse fue el encargado de organizar las finanzas de los paramilitares argentinos con secuestros, tráfico de armas y drogas.

El 23 de julio de 1987, Sánchez Reisse declaró ante una subcomisión de Terrorismo, Narcóticos y Relaciones Internacionales del Senado de Estados Unidos sobre el control internacional de drogas y lavado de dinero.

En esos momentos el espía estaba detenido en una cárcel de Nueva York a petición de la justicia argentina, que solicitaba su extradición por el delito de "secuestro extorsivo" de Fernando Combal y Carlos Koldobsky.

En realidad, esta declaración llevaría a los negocios financieros y venta de armas montados por Argentina para financiar su presencia militar en Centroamérica entre 1978 y 1981.

Sánchez Reisse declaró que su misión era financiar desde Estados Unidos actividades argentinas en América Latina para apoyar a los "contras" nicaragüenses y otros grupos paramilitares, operación montada con otro agente del 601, Raúl Guglielminetti, a través de dos empresas que servían de fachada en Florida: Argenshow y Silver Dollar, una casa de empeños con permiso para vender armas.

Su declaración no dejó dudas de que Sánchez Reisse, trabajó con la CIA y los grupos cubanos terroristas de Miami.

Por otra parte, el ministro de Economía, Axel Kicillof, fue respaldado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y figuras políticas ante una falsa denuncia publicada el jueves por el opositor diario Clarín en la que se informó que ganaba 400 mil pesos por mes por su asesoría en Yacimientos Petrolíferos Fisclaes (YPF), además de su sueldo como de ministro.

Fernández de Kirchner sostuvo durante un acto en el sur del país, que Clarín actúa ahora contra Kicillof “`porque no lo pueden comprar".

De su lado, Kicillof dijo que "entre Clarín y la verdad hay un océano de diferencia", después de desmentir por enésima vez al diario cuyo principal titular fue esta denuncia.