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El caricaturista fue parte fundamental del cómic mexicano; tenía 81 años

Murió Sixto Valencia, dibujante del clásico Memín Pinguín

Con el personaje de Vargas Dulché alcanzó su máximo nivel

También fue autor de la serie Balam y dirigió la revista Mad en México

Para algunos expertos fue un parteaguas en la lucha por los derechos de autor

Fui su alumno... estoy hecho trizas, expresó Carlos Lobo, ilustrador de Marvel

Foto
Bohemio y fan del creador de Flash Gordon, impulsó el respeto a los derechos de autor y fue maestro de varias generaciones de historietistasFoto cortesía de Mónica Valencia Noguez
 
Periódico La Jornada
Viernes 24 de abril de 2015, p. 8

Sixto Valencia, dibujante de la historieta clásica Memín Pinguín, murió la madrugada de este jueves víctima de un paro cardiaco, a la edad de 81 años. Con él se va una parte fundamental del cómic mexicano, al que dedicó la vida entera.

Memín es ahora huérfano. Su mamá, Yolanda Vargas Dulché –escritora de la revista Lágrimas y Risas, autora de clásicos como María Isabel, Rubí, El pecado de Oyuki y Yesenia, entre muchos otros–, falleció en agosto de 1999. El primer dibujante del negrito fue Alberto Cabrera, en la década de 1940, pero Valencia le dio su imagen definitiva, a partir de 1963.

Después de una desgastante batalla legal, Valencia recibió en febrero de 2013 un laudo del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, el cual determinó que el personaje y sus características distintivas son su propiedad única.

Valencia nació el 28 de marzo de 1934 en Villa de Tezontepec, Hidalgo, cuyo ayuntamiento lo declaró hijo predilecto de la localidad. Su pasión por el dibujo fue mítica. A falta de papel, comenzó a dibujar en las pencas de maguey de su entorno y en los tablones de la carpintería propiedad de su familia. Su viuda, Victoria Noguez, dijo alguna vez: Este loco sería capaz de dar dinero a cambio de dibujar.

Luego de ingresar a la Academia de San Carlos obtuvo su primer trabajo profesional como ilustrador en el directorio telefónico, para el cual realizó anuncios publicitarios. Luego trabajó y recibió instrucción con Guillermo Marín.

A mediados de los años 50 trabajó en diversas editoriales, entre ellas La Prensa, para la cual realizó Halcón Negro, una versión pirata del personaje homónimo de DC Comics, con las aventuras de un grupo de aviadores en la Segunda Guerra Mundial. Esto obligó a Editorial Novaro, que tenía los derechos del personaje, a llamarlo Halcón de Oro.

Las colaboraciones entre Vargas Dulché y Valencia comenzaron a principios de la década de 1960, cuando se integró a Editorial Argumentos (Edar), propiedad de la escritora y de su esposo, Guillermo de la Parra, a su vez autor de Rarotonga. En Edar realizó Libro único, Criollo, el caballo invencible, El látigo negro, Biografías selectas, El charrito de oro y Milagros de Cristo, que el monero llamaba jocosa, cariñosamente Milagros de Sixto.

El dibujante alcanzó su nivel máximo como autor y profesional con Memín, al cual comenzó a ilustrar en 1963. No recibió los primeros pagos hasta tres meses después de la primera publicación, de tal manera que cambió su salario en billetes de un peso, los llevó a su estudio y junto con doña Vicki, su esposa, y sus colaboradores, se bañó en billetes al más puro estilo McPato.

Además de Memín, cuya popularidad fue tal que su revista se distribuyó en toda Latinoamérica, Irán, Filipinas, Indonesia e Italia, ilustró para Edar la serie Balam, con guión de Pedro Zapiain (también escritor de Chanoc). En Editorial Toukán publicó La serpiente desplumada, parodia de la política mexicana de los años 90 ambientada en la gran Tenochtitlán, y dirigió la revista Mad, en México, para Publicaciones Citem. También hizo la historieta Los amigos de Fox, antes de las elecciones de 2000, en las cuales Vicente Fox obtuvo la Presidencia de la República.

Maestro inolvidable

Bohemio, cantor como nadie de Como un perro, popularizada por María Victoria, fan irredento de Alex Raymond –creador de Flash Gordon–, impulsó el respeto a los derechos de autor y fue maestro de varias generaciones de historietistas.

Luis Gantus, autor junto con Melina Gatto del libro Sixto Valencia, una vida en viñetas –editado por el gobierno del estado de Hidalgo–, dijo: Su trabajo representa al historietista mexicano; su vida fue dibujar, su alegría era contar historias; su reto, defender sus derechos de autor; bohemio y alegre, logró el reconocimiento mucho tiempo después, como la historieta mexicana.

Jorge Tovalín, editor de la revista Comikaze, especializada en historietas, consideró que la pérdida de Sixto Valencia nos recuerda el trato injusto de las editoriales a muchos de los artistas que contribuyeron a su riqueza y que no se vieron justamente retribuidos, por lo que no siempre han visto llegar el fin de su vida con la dignidad merecida, si bien Valencia fue celebrado y reconocido en vida como uno de los grandes entretenedores mexicanos.

Perdimos un pedacito de alma

Ulises Vázquez, fundador de la primera comicteca mexicana, en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, acotó que Valencia estableció un parteaguas por la lucha de los autores para el reconocimiento por sus creaciones; representa el choque cultural entre lo que en México veíamos sin malicia y lo que los afroamericanos consideraron ofensivo de Memín, gran personaje.

Óscar Bazaldúa, mejor conocido en México por sus portadas, quien hoy publica en Francia en Humanoïds Associés, la editorial de cómic gala más importante, y con la empresa gringa Space Goat Productions, dijo de Valencia: “El Mais significó mucho más que quien me inició (como ilustrador); trabajé con él por años, gracias a él soy el artista que soy hoy y sigo tratando de ser mejor cada día. Me enseñó a ser profesional; fue como mi segundo papá”.

Carlos Lobo Cuevas, ilustrador para los cómics de la firma estadunidense Marvel, afirmó: Me enseñó la diferencia entre trazo, tinta y color. Fui su alumno... estoy hecho trizas. Augusto Mora, creador de la serie Muerte querida y de la historieta Grito de Victoria –que hace un símil de la represión del halconazo en 1971 y el movimiento #YoSoy132 en 2012–, comentó que la obra de don Sixto fue y seguirá siendo una pieza clave de la historieta mundial.

A su vez, Paco Medina, ilustrador de populares series de Marvel Comics, aseguró: Todos perdimos un pedacito de alma hoy.