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En su novela, la autora Liliana V. Blum aborda el feederism o placer por engordar

Pandora explora parafilias, relaciones límite y critica el culto a la apariencia

Me gustan los temas escabrosos, la naturaleza humana y el origen de nuestros actos, comenta

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Sin tener una posición feminista, veo que somos juzgadas por nuestro cuerpo, dice la escritora en entrevistaFoto Luis Humberto González
 
Periódico La Jornada
Viernes 17 de abril de 2015, p. 5

En Pandora, segunda novela de la escritora Liliana V. Blum, a quien le gustan los temas escabrosos, explora una parafilia poco conocida: el feederism (en inglés) o el placer por engordar y hacer engordar, donde se involucra el feeder, que puede traducirse como cebador o el que alimenta, y feedeer, la parte que se dedica a comer y engordar.

El mundo de esta parafilia es más grande de lo que pensamos, dice en entrevista. Encuentras foros donde dan consejos para engordar, por ejemplo meter un tubo por la boca hasta el estómago. Es algo que les hace clic al revés, en este mundo donde nos dicen que se trata de consumir menos calorías.

Mediante los personajes –Pandora, Abril y Gerardo, en medio de las dos–, Liliana Blum hace una crítica a la sociedad en la que vivimos. Abril, esposa de Gerardo, vive sometida a dietas rigurosas y ejercicio, con la idea de que eso quieren los hombres. Gerardo, el doctor más guapo del hospital, a quien no le interesan las relaciones sexuales con su mujer, porque es demasiado flaca, y quien encuentra en Pandora, una mujer obesa, todo lo que busca para despertar su deseo sexual, que lleva al extremo.

Juzgar por la apariencia

Dos extremos: la delgadez y la obesidad.

–Es una crítica muy fuerte a la sociedad en la que vivimos. Por una parte, Abril y su necesidad de ser delgada, y por la otra Pandora y la obesidad, que la hace invisible a los demás...

–Se dice que la obesidad es el problema, pero no por eso somos más abiertos ni más tolerantes. Sabemos que es un problema por los efectos en la salud; hay gente que a lo mejor está un poco pasada de peso o gordita, pero está sana, sin embargo, es totalmente infeliz. Abril vive una lucha diaria, vive haciendo ejercicio y en dieta perpetua y Pandora ya se dio por vencida, pero no está tampoco a gusto consigo misma, porque no tiene amigas, nadie le tira un lacito, por eso lo de la invisibilidad, que también es todo un tema para las mujeres de cierta edad para arriba.

“Sin tener una posición feminista, veo que somos juzgadas por nuestra apariencia y nuestro cuerpo, así seas Hillary Clinton y vayas a ser presidenta de Estados Unidos habrá alguien que diga: ‘¡ay mira!, ya engordó’, o ‘qué bonito su traje’, cuando nadie se fija en los trajes de Obama. Puede ser la mujer más poderosa de tu país y seguir siendo juzgada por el físico, no por las cosas que haga, piense o diga. Y quizá las mujeres somos las primeras que ayudamos a perpetuar eso, porque nos juzgamos.”

Pasamos la vida diciendo que no nos importa lo que digan los demás, pero es lo contrario: nos preocupa, añade Liliana, quien ha publicado varios cuentos.

En Pandora (Tusquets) se habla de una relación límite, peligrosa, donde cada personaje encontrará una salida, o tal vez no, porque en la literatura las cosas no tienen por qué ser bonitas. A nadie interesa leer algo sin conflicto, donde todo es perfecto. Al contar historias puedo entenderme a mí y al mundo. Me intriga mucho la naturaleza humana, por qué hacemos las cosas que hacemos, o si sería posible hacer cosas diferentes, si no estuviéramos restringidos por la sociedad. O vives reprimido toda la vida o te vuelves un monstruo que hace daño. Me interesa ver cómo se mueven los personajes con lo que son, en el mundo que les tocó vivir.