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Marcelo Pavón vio nacer al jugador

Ángel di María, el crack que costó 20 balones de futbol

ManU pagó por el argentino 75 millones de euros

 
Periódico La Jornada
Viernes 10 de abril de 2015, p. a15

Rosario, Argentina.

No seremos como Real Madrid o Manchester United, pero a Ángel di María lo vendimos por 20 pelotas a Rosario Central cuando tenía siete años, contó Marcelo Pavón, cuidador del club de barrio El Torito, quien vio nacer al astro argentino.

Vender a Di María por esos balones era una fortuna, reveló Pavón en una entrevista cerca del predio donde el Fideo comenzó a jugar futbol con apenas cuatro años de edad.

La anécdota ilustra la historia de trabajo y sacrificio del ex futbolista de Rosario Central, club con el que debutó en 2005 a los 17 años en la primera división argentina, para luego saltar a Europa, donde brilló con Benfica de Portugal, Real Madrid y ahora con Manchester United, equipo al que le costó 75 millones de euros.

La biografía del futbolista de 27 años, narrada por sus amigos y vecinos, destaca una infancia humilde pero feliz, marcada por el comercio familiar de venta de carbón y los trayectos de más de 10 kilómetros en bicicleta que su mamá Diana hacía para llevarlo a entrenar a Central.

Sin embargo, el barrio Unión de Rosario, ciudad cuna de la estrella del Barcelona, Lionel Messi, se considera el feudo de Di María.

Entre las calles con veredas que apenas se ven, el Flaco es recordado en las camisetas albicelestes, con el 7 en la espalda que visten los chicos del lugar, y un mural donde el delantero aparece haciendo el gesto característico de un corazón con las dos manos cuando festeja un gol.

“Todo bien con Messi, pero acá somos hinchas del Fideo”, confesó un grupo de vecinos que se amontonó en la esquina de la casa donde se crió el jugador de la selección albiceleste, un ídolo mimado también por el personal de la escuela a la que acudió: Natividad del Señor.

Tanto el colegio como la casa de los Di María, que tenía la carbonería en el fondo del patio, están sobre la calle Perdriel.

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El astro Ángel di María, actual jugador del Manchester United, tuvo una infancia humilde, marcada por el comercio familiar de venta de carbónFoto Jam Media

Nacer allí fue, es y será lo mejor que me pasó en la vida, se tatuó el astro del futbol en el brazo izquierdo, al igual que los nombres de sus cinco mejores amigos de la infancia.

Ellos son los mismos a los que les mandó pasajes y entradas para asistir a la final del Mundial de Brasil 2014, que Argentina perdió contra Alemania.

El gesto que tuvo con sus compañeros de toda la vida marca el tipo de persona que es, afirmó su vecina Claudia Galat.

Acá lo queremos porque él nunca se olvidó de sus orígenes, relató Liliana Laveggi, con más de 20 años de trabajo en la escuela donde recuerdan con cariño a Angelito y a sus padres, Miguel di María y Diana Carreño, y sus hermanas Vanesa y Evelyn.

Galat agregó que Angelito era un niño tranquilo, respetuoso y que ayudaba al papá con el trabajo en la carbonería, pero que todo el día le daba a la pelota.

El papá le decía que tenía que ayudarlo a armar 100 bolsas antes de salir a jugar con el balón. Entonces la mamá lo ayudaba para que terminara más rápido, recordó Galat.

Al Fideo también lo idolatran en Rosario Central, desde donde dio el gran salto al futbol europeo en 2007, cuando fue transferido junto a su compañero Andrés Díaz por 6 millones de euros al Benfica de Portugal.

Según Ariel Cuffaro, quien fue ayudante del ex técnico de Central Angel Zof, quien hizo jugar a Di María en primera, él era un chico que no decía nada desde lo físico pero que traía encima la picardía de los grandes jugadores.

Zof le decía al presidente del club que ese chico iba a valer muchos millones, dijo Cuffaro. Nosotros en ese momento nos reíamos, pero era sabio el viejo, apuntó el ex futbolista que considera que Di María reunía talento, técnica y toque.