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La escritora oaxaqueña publica su nuevo poemario amoroso en la editorial Fontamara

En Húmeda luz, Antonia Robles nombra de una y mil maneras el símbolo fecundo

En el acto sexual debe dominar lo espiritual sobre el impulso físico, para erradicar la violencia, afirma

 
Periódico La Jornada
Domingo 8 de marzo de 2015, p. 3

La editorial Fontamara publica Húmeda luz, el nuevo libro de Antonia Robles Aragón (Nachihuí, Sola de Vega, Oaxaca, 1958), quien explica a La Jornada: Ha sido muy placentero escribir este libro donde puedo decirlo todo, donde puedo nombrar de una y mil maneras el símbolo fecundo. La poesía me otorga libertad para expresar, con lenguaje exuberante, el encuentro de dos cuerpos.

Poemas breves de gran intensidad como una respiración contemporánea de El cantar de los cantares.

La relación sexual no es sólo empuje y vaciamiento. El tema que me conmueve hoy es hablar de la relación sexual saludable.

Es 8 de marzo. Antonia recuerda una experiencia; una conversación con una señora: Después de cuatro años de tortuoso matrimonio, el marido terminó por abandonarla. Ella no sabía trabajar; había estado en total dependencia. Entró en profunda depresión y planeó arrojarse a las vías del Metro.

La mujer narró a Antonia el episodio así: “Tomé a mi niña pequeña en brazos y me encaminé a la estación más cercana donde el Metro nos haría pedazos a las dos. Ya a unos centímetros de la línea naranja mi niña, como presintiendo, puso sus manitas en mis mejillas y me dio un beso. Me eché a llorar y fue así como decidí no morir por un hombre que ya se paseaba ‘feliz’ con otra más muchachita que yo”.

Ahora, cuenta Antonia, la mujer que un día intentó suicidarse, puso una sastrería y ajusta los pantalones a muchos hombres.

La violencia contra las mujeres, el sometimiento, la misoginia, el machismo disfrazado.

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La poesía me otorga libertad para expresar, con lenguaje exuberante, el encuentro de dos cuerpos, expresó la autora oaxaqueña en entrevistaFoto Pablo Espinosa

Es por ello que Antonia dice: Convoco a las mujeres mexicanas que todavía viven en el sometimiento, a las que aún están experimentando violencia sexual, que dialoguen con el marido, con el hombre que tienen de pareja para que puedan alcanzar, mutuamente, el disfrute amoroso.

Su nuevo poemario está preñado de poesía amorosa. Ella no espera recibir calificación alguna (la erótica infinita, poeta del erotismo...). Sólo deseo que se comprenda la importancia que tiene magnificar los instintos sexuales del hombre por medio de la palabra escrita y cantarla, para que el mundo se derrame amoroso, apartado de la violencia sexual contra la mujer, violencia que hasta el día de hoy se vive en muchos hogares de México, a escalas regional y urbana.

Es necesario un buen gobierno que ponga las bases para una excelente educación que llegue a los lugares más recónditos de nuestro país, que tiene urgencia de salir del estancamiento, del hambre, de la sed de justicia. Yo concito a las mujeres a apegarse a una cultura educacional, a romper la burbuja opresiva que a muchas encapsula y debilita.

Poesía amorosa entonces porque la parte espiritual debería dominar, durante el acto sexual, a los impulsos físicos que a veces parecieran viciarse en la espiral de los deseos. La violencia sexual crece por el miedo a desvanecerse y perder la fuerza física, aunque sea momentáneamente. No hay como la hermosa trilogía: mente, cuerpo, espíritu. Así la vitalidad permanece.