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Influyen baja escolaridad, malos salarios y poca inversión empresarial

Mexicanos, de los más rezagados en productividad laboral: BID

Sólo 36% de la población en edad de trabajar terminó la secundaria

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Trabajadores limpian vidrios en la avenida Universidad de la ciudad de MéxicoFoto Cristina Rodríguez
 
Periódico La Jornada
Viernes 6 de marzo de 2015, p. 22

A pesar de los avances para incrementar la escolaridad de la población en edad de laborar, los trabajadores mexicanos se encuentran entre los más rezagados en productividad, revela un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Señala que en ese rubro se alcanzó un crecimiento promedio anual de 0.5 por ciento entre 2005 y 2012, lo que socava cualquier intento por mejorar la competitividad del país.

El informe Construyendo un sistema de aprendizaje a lo largo de la vida en México, elaborado por las investigadoras Consuelo Ricart, Tzitzi Morán y Christina Kappaz, señala que la fuerza laboral en México tiene un promedio de 8.8 años de escolaridad, frente a la media de 11.9 años de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Destaca que sólo 36 por ciento de la población en edad de laborar (25 a 64 años) concluyó la secundaria, y 44 por ciento en el sector de 25 a 34 años, mientras en las naciones más desarrolladas el porcentaje es de 74 y 82, respectivamente.

En cuanto a la formación universitaria, indica que únicamente 17 por ciento de la fuerza laboral cursó estudios superiores, en comparación con 31 por ciento de la OCDE, a lo que se suma que, una vez en el mercado, sólo 40 por ciento de los empleados reciben capacitación a lo largo de su vida en el trabajo.

Al respecto, Rodolfo Tuirán Gutiérrez, subsecretario de Educación Media Superior, quien acudió a la presentación del informe, señaló que uno de los retos en la vinculación empresa-escuela es que la cultura empresarial no está acostumbrada a invertir en la formación de capital humano. No sólo en cuanto a capacitación de los trabajadores, sino de quienes aún no han egresado.

Esto, dijo, nos debe llevar a una cultura diametralmente distinta, donde se considere como algo redituable la inversión que se destine en los jóvenes que todavía no concluyen su formación. Destacó que uno de los esquemas más desarrollados en México para vincular empresa-escuela son las prácticas profesionales, aunque, indicó, se ha realizado sin una visión articulada, por lo que resulta azarosa, desorganizada y caótica.

Agregó que todos los actores –escuela y empresas– tenemos una responsabilidad para mejorar esto, y no se trata de decir que corresponde sólo a uno de los actores; es de todos, pero debe definirse con claridad qué toca a cada quien y el papel que debe jugar.

El estudio revela que a pesar del incremento en los años de escolaridad de la fuerza laboral mexicana la productividad no aumentó en las pasadas tres décadas. Asegura que para elaborar lo que genera un trabajador estadunidense se requiere el esfuerzo de cuatro empleados mexicanos, dos para hacer lo mismo que un trabajador de Corea del Sur y cinco para alcanzar lo que produce uno de Irlanda.

La limitada generación de empleos de calidad y la persistencia de los bajos niveles salariales en nuestro país también están relacionados con la calidad y productividad de la fuerza laboral. México enfrenta un dilema como nación de ingreso medio con una fuerza de trabajo poco calificada, pues un creciente número de jóvenes que ingresan al mercado laboral no poseen las habilidades requeridas por el sector productivo.

Agrega que las tendencias actuales del mercado de trabajo predicen que más de 60 por ciento de las vacantes laborales en las economías desarrolladas requieren al menos de dos años de educación media superior y un diploma de formación técnica, mientras las plazas para quienes no hayan cursado su bachillerato o formación superior seguirán decayendo.