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Angélica Rivera y la reina, primera plana del Daily Telegraph

Inversiones, objetivo de la visita
Enviada
Periódico La Jornada
Jueves 5 de marzo de 2015, p. 4

Londres.

Consecuente con las prácticas actuales de los jefes de Estado de combinar diplomacia con promoción de inversiones en sus viajes al exterior, el presidente Enrique Peña Nieto pasó su tercer día de visita de Estado al Reino Unido entre el boato, las ceremonias y el esplendor británicos y su empeño por persuadir a los empresarios de las oportunidades para llevar a México sus capitales.

‘‘Porque a final de cuentas no se trata sólo de que haya una relación fraternal y cordial entre dos gobiernos. Se trata de que nuestros connacionales encuentren espacios de oportunidad, de crecimiento, de realización personal, en los negocios de quienes participan de esta relación bilateral’’, dijo Peña Nieto a los asistentes al Foro de Negocios México Day.

El jueves, y luego del fasto de la gran cena en Buckinham, el resultado en la prensa inglesa de la visita mexicana quedó simbolizada en la primera plana del Daily Telegraph, con una gran fotografía de la reina Isabel II con Angélica Rivera. ‘‘Dos sonrientes primeras damas’’, reza la cabeza, mientras en el pie informativo se ubicó a la esposa de Peña Nieto como una ‘‘ex actriz de telenovelas’’.

Por cierto, trascendió que ella tuvo como una de sus actividades de este día una visita a los estudios de grabación de la serie dramática Downton Abbey.

Y aunque el intercambio académico y el impulso al turismo estuvieron en diversos momentos de la agenda, los foros –públicos y privados– donde participó hoy fueron espacios tomados por el presidente Peña para exaltar las reformas estructurales, la solvencia macroeconómica y la solidez institucional y democrática que, insistió, distinguen a México

Para empezar el día, el mandatario asistió a la conclusión de un almuerzo y primera sesión del recientemente creado Grupo Económico de Alto Nivel, cuyos integrantes son propietarios y directivos de las principales firmas mexicanas y británicas. El encuentro fue cerrado y no se dieron a conocer los nombres de los asistentes.

En el foro organizado por ProMéxico, en Mansion House, el mandatario insistió en su esperanza de obtener de ahí ‘‘oportunidades de crecimiento, de inversiones recíprocas, de ampliar negocios y con ello contribuir a lo que, a final de cuentas, buscamos como gobierno: prosperidad y desarrollo para nuestras sociedades’’.

No pudo, sin embargo, omitir un hecho: ‘‘No hemos crecido lo suficiente ni como lo hubiésemos deseado, (pero) sí es cierto que hemos crecido más que otros países y que otras regiones del mundo; más que la región europea; hemos crecido por encima del promedio de lo que ha crecido toda la región latinoamericana. Y, al final de cuentas, 2014 mostró que tuvimos un mayor crecimiento económico al que alcanzamos en el año 2013’’.

Y tampoco pudo eludir los señalamientos expresados nada menos que por el viceprimer ministro Nick Clegg, con quien por cierto se reunió en privado, quien en un artículo en The Guardian, al alimón con Richard Branson, puso a México de ejemplo de las luchas perdidas contra el crimen organizado.

En esa publicación afirman que a propósito de la visita del presidente mexicano al Reino Unido habría que recordar que en México, de 2006 a la fecha han muerto 100 mil personas a causa de la violencia y ‘‘trágicamente’’ las acciones contra el narcotráfico no han dado resultados.

La última actividad en Londres del presidente mexicano ocurrió también entre capas, terciopelos, tiaras, pelucas, condecoraciones y demás ornamentos de la nobleza británica: una cena ofrecida a 700 personas en Guildall por el Lord Mayor (alcalde) de Londres, Alan Yarrow.

Un banquete como de viaje en el tiempo o, si se quiere, el eterno dilema de los ingleses por no abandonar el siglo XVI.