Opinión
Ver día anteriorSábado 21 de febrero de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Para reír (o quizás para llorar)
E

l día 17 de enero del presente año, en este diario apareció una notita (página 28) esperanzadora. Se decía que la delegación Cuauhtémoc dio banderazo a nuevos camiones recolectores de basura y que esto se haría en horario nocturno. No sé qué pasará con el programa de recolección de basura, pero la razón de mi entusiasmo es que yo esperaría que esa práctica de recolección nocturna se extendiera a toda la ciudad, pues, contando una anécdota, resulta que hace unas semanas transitaba yo por la calle de Bolívar, alrededor de las 15 horas de un miércoles, saliendo de una reunión, cuando al cruce con Madero nos topamos con un camión recolector de basura, y los trabajadores tenían toda la basura esparcida por calle y banqueta, como acostumbran hacer para separarla.

De inmediato pensé que esto formaba parte de una estrategia para estimular el turismo, en particular el extranjero. A las tres de la tarde, con un tráfico endemoniado, el servicio de limpia bloqueando y ensuciando el centro de la ciudad. Pero resulta que este acto es común, lo hacen en Insurgentes y en toda clase de avenidas y en horas pico, sin que les importe el impacto negativo que tiene en varios rubros. Por eso estaba tan entusiasmado pensando que quizás con el tiempo se transformaría el sistema de recolección de basura. Rogaremos por que así sea.

Pasando a otra clase de curiosidades nacionales, una persona muy cercana a mí decidió sacar su tarjeta del Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (Inapam). Después de cuatro intentos, finalmente logró sacar ficha para llevar a cabo los trámites necesarios. Esta tarjeta hoy día es imprescindible para obtener los descuentos que otorgan a los adultos mayores de 60 años. Bueno, pues resulta que para obtener esa tarjeta del Inapam se requiere presentar la credencial del Instituto Federal Electoral (IFE). En ese documento está claramente indicada la edad del interesado. Yo me pregunto: ¿para qué se necesita una tarjeta especial que demuestre la edad que se tiene, si está claramente estipulado en el documento oficial que se requiere para obtenerla? O sea, que nos tenemos tanta desconfianza que se necesita una tarjeta que acredite que la otra tarjeta que demuestra la edad es válida. No sé si se piensa que los ciudadanos no tenemos otra cosa que hacer, más que perder el tiempo haciendo trámites inútiles.

Lo mismo ocurre con el asunto de la renovación de la tarjeta de circulación. Yo no estoy en contra de renovarla, lo que no se entiende bien es por qué la necesidad de llevar 11 documentos –sí señor, 11 diferentes documentos– para poder renovar la dichosa tarjeta. La probabilidad de que algo falte o esté mal es altísima y las colas para perder el tiempo también son extensas. A muchos les dará flojera hacer el trámite y no lo harán, con lo cual el objeto de regularizar se verá frustrado. Simplificar no parece ser parte de nuestras vidas.

Claro más frustración se tendrá cuando durante los tiempos en que estamos haciendo cola, queremos usar nuestro celular, el cual si es de Telcel, seguro que no funcionará, pues el servicio de esa empresa debe ser uno de los peores del mercado y de los más caros, además.