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Busca sobrevivir, pero está en bancarrota

La fama y el dinero se le han negado a Robinson Castellanos

Intenta ser retador oficial de Jhonny González

 
Periódico La Jornada
Miércoles 21 de enero de 2015, p. a11

La vida de un boxeador no es como muchos imaginan. El mundo de ensueño de la fama y los millones de dólares no tiene las puertas abiertas para todos. Robinson Castellanos, un peleador que no pudo hacer valer su condición de retador al título mundial en 2013, por no tener respaldo económico, habla sobre esta otra forma de mantenerse en un deporte que mueve fortunas, pero también en el que miles apenas sobreviven. Él, por ejemplo, está en bancarrota.

Debo dinero porque el tiempo que estuve inactivo pedí un préstamo al banco para sobrevivir. Uno aquí y otro allá, y si no peleo en tres meses se me acaba el dinero y luego ya no tendré ni para comer. dice sin ánimo de conmover.

Sin embargo, se expresa con la dignidad de un peleador que se ha ganado oportunidades de manera legítima. Está emocionado porque el próximo 26 de enero disputará ante el estadunidense Rocky Juárez el derecho a convertirse en retador oficial del campeón mundial pluma del Consejo Mundial de Boxeo, Jhonny González.

No es la primera vez que se gana el derecho de retar a un campeón del mundo. En abril de 2013 venció al panameño Celestino Caballero para merecerlo, pero a la hora de las negociaciones con el monarca pluma del CMB de aquel momento, Abner Mares no tomaron en serio la oferta de la empresa en la que trabajo (Boxeo de Gala) y se cayó la pelea.

Con cierta amargura, Robinson dice que incluso perdió un puesto en la clasificación, en la que ocupaba el primer sitio y se quedó sin la oportunidad de pelear por el título: El campeón buscaba grandes bolsas económicas y nosotros no las podíamos ofrecer.

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Castellanos enfrentará el próximo 26 de enero al estadunidense Rocky Juárez para aspirar a ser campeón del mundoFoto Jam Media

Perder esa posibilidad lo desmotivó y su cuerpo expresó su estado de ánimo: en poco tiempo subió 12 kilogramos. No sabía a dónde dirigir su carrera y sin ofertas atractivas aceptó lo que le llegó para sobrevivir. El boxeo es su trabajo y no ejercerlo significa quedarse sin ingresos.

Yo soy pugilista y peleo contra quien me digan y cuando medigan. No me sentía bien, pero subí a pelear y por eso me fue mal, pero a nadie le interesó, recuerda sobre la derrota que sufrió ante René Alvarado a principios de 2014.

Busqué apoyos pero a nadie le interesó invertir. De qué me servía prestar mi imagen en campañas publicitaria si ni para una preparación me podían apoyar, dice con cierto resentimiento.

Por eso buscó a un funcionario público para venderle un espacio en los calzoncillos en su próxima pelea. No le importaba el partido al que perteneciera: Me sirvió para salir del apuro, pero estoy en quiebra por el dinero que pedí cuando estuve inactivo.

Por eso le emociona ganarse otra vez el derecho para aspirar a campeón del mundo si vence al peligroso Rocky Juárez.