Cultura
Ver día anteriorSábado 17 de enero de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

De septiembre al martes pasado la visitaron 300 mil personas, cifra inusitada para el recinto

Ante el éxito de la muestra de Kusama, el Museo Tamayo abrirá 36 horas continuas
Foto
Obsesión infinita es la primera retrospectiva en América Latina de una de las artistas japonesas más relevantes de nuestro tiempoFoto Elizabeth Vega
 
Periódico La Jornada
Sábado 17 de enero de 2015, p. 6

Ante el inusitado éxito de la exposición Yayoi Kusama: obsesión infinita, el Museo Tamayo mantendrá abiertas sus puertas durante 36 horas continuas en este, su último fin de semana en ese recinto, ubicado en Paseo de la Reforma.

La institución confirmó el pasdo miércoles que el Maratón Tamayo, como denominó a esta extensión en sus horarios, responde a la demanda que ha tenido la exhibición, además de ser un esfuerzo para atender al mayor número de visitantes.

Así, el museo permanecerá abierto a partir de las 9 horas de hoy hasta las 21 horas del domingo 18, último día de la exposición en el recinto.

Hasta el martes 13 la exposición retrospectiva Obsesión infinita de la artista japonesa Yayoi Kusama, famosa por su uso del punto y su concepto sicodélico, había sido visitada por 303 mil personas, cifra fuera de toda proporción para el Museo Tamayo de Arte Contemporáneo. Los 2 mil 80 boletos disponibles diariamente suelen agotarse en las primeras horas de la mañana.

Inaugurada el pasado 26 de septiembre, Obsesión infinita es la primera retrospectiva en América Latina de una de las artistas japonesas más relevantes de nuestro tiempo. Se trata de un recorrido exhaustivo mediante más de 100 obras creadas entre 1950 y 2013, que incluyen pinturas, trabajos en papel, esculturas, videos, slideshows e instalaciones.

Máquina de mercadotecnia

El propósito es presentar la trayectoria de la artista desde el ámbito privado a la esfera pública, desde la pintura al performance, del estudio a la calle.

Sofía Provencio, responsable del área de comunicación del museo, analiza el éxito de la muestra: Considero a Yayoi (1929) una gran máquina de mercadotecnia. Se ha sabido posicionar desde joven. Hizo muchos vínculos con la moda y la música, que resultó en que personajes de diferentes caminos la ayudaran a llegar a otros ámbitos fuera del arte contemporáneo.

Por ejemplo, el vínculo que en algún momento hizo con Mark Jacobs, al frente del diseño de Louis Vuitton, fue un proceso muy acorde con su trayectoria. Por un lado, se interesaba en la moda, ya que desde que vivía en Estados Unidos confeccionaba su ropa.

Por otro lado, sabía que esa colaboración generaría que en las grandes ciudades del mundo habría un gran escaparate con una figura humana de la artista, con un vestido, una bolsa y un par de zapatos, todos con puntos. Y, salir de la tienda con uno de estos artículos era llevar a Yayoi a la calle.

De esta manera, la expositora refrendaba su afán desde niña de ser famosa, y a la vez volverse de cierta manera omnipresente. Lo mismo pasa con el fenómeno de los selfies, parte importante de la exposición. No se permite sacar fotografías en las salas, pero sí dentro de las denominadas inmersiones, ya que de esta forma Yayoi se filtra a la red social del mundo. Sus piezas evidentemente anteceden la época del selfie.