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Quique Escamilla promueve 500 años de noche desde Canadá, donde es una estrella en ascenso

En México no hay opción para las propuestas distintas a lo comercial

Las letras de sus temas, la voz de los olvidados, y el ritmo, los sonidos de AL, que combina con rock, reggae y jazz, entre otros

El país no debe acostumbrarse a vivir en la descomposición social, afirma en entrevista el cantautor y multinstrumentista

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La portada del nuevo álbum y el chiapanecoFoto Marco Antonio Cruz
 
Periódico La Jornada
Martes 13 de enero de 2015, p. 6

Quique Escamilla nació y se crió en una familia de clase media de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.

Comenzó a cantar a los cuatro años de edad en reuniones familiares. A los seis, en un restaurante lleno y acompañado por un mariachi, interpretó una versión completa de El rey, de José Alfredo Jiménez, frente a una audiencia, con la que descubrió la poderosa magia de la música en vivo.

En 2007, luego de una fallida estancia en el Distrito Federal, donde acudió a una escuela de música privada, a la que sólo le importaba el negocio, decidió emigrar a Canadá. Era época invernal.

Al tercer día de llegado a ese país, guitarra en mano, salió a la calle a buscar suerte. En la desolada avenida (en un día de nieve en el que los canadienses no salen de su casa), sólo encontró un pequeño bar con unas tres personas, en el cual se ofrecía micrófono abierto por las noches para quien quisiera cantar.

Asistió, sacó su lira e interpretó unas rolitas, que gustaron tanto al dueño del pequeño local, que lo invitó a presentarse en otra ocasión. Hizo su show, por el cual pudo obtener un pago de 20 dólares, su primer salario en aquel país.

Hoy día, Quique Escamilla, multinstrumentista, cantautor y productor –quien se fue a probar suerte, a encontrarse con lo que le gustaba escuchar, una escena cultural–, convertido en una estrella en ascenso en el mundo de la música canadiense.

En 2011 fue descubierto por un productor de radio CBC y desde entonces se volvió uno de los favoritos de la emisora. Con disco nuevo en mano, es uno de los artistas folk que no faltan a las decenas de festivales musicales que se hacen a lo largo de Canadá. De hecho, fue reconocido en noviembre como World Artist of the Year 2014, de los premios Canadian Folk Music, y con su grupo, cuyos miembros son canadienses, recorrió el país en una extensa gira.

Dijo a La Jornada que sus letras expresan la voz de los olvidados, y su ritmo se dirige por los sonidos de Latinoamérica. Sus letras llevan mensajes poderosos inspirados en diversos temas sociales y políticos, como la reforma migratoria y los derechos civiles e indígenas, la conservación mundial, así como contra el racismo, la discriminación y la opresión.

Voz poderosa y apasionada

Ha roto las barreras del idioma con su acústica y voz poderosa y apasionada, que contribuye a la fusión de estilos tradicionales mexicanos, como la música ranchera o el huapango, que combina con sonidos actuales de rock, reggae, ska, pop, jazz, cumbia, bolero y una gran variedad de otros ritmos latinoamericanos, que promueve en su álbum 500 años de noche.

Pese a la distancia de su tierra natal, Quique permanece apegado a sus raíces.

Afirmó que se fue porque quería encontrar su identidad en cuanto a la música. También buscaba “una escena en la que no sólo se le diera importancia a la música comercial –que no está mal, y con la que no estoy en contra–, pero creo que no hay opción para la gente que como yo tiene otro tipo de propuesta.

“No buscaba un sueño de fama –insiste–; sólo tocar y sentirme feliz, expresando mis ideas con la música. Me dije: ‘si voy a Canadá y no hago nada, al menos tendré la oportunidad de expresarme’”, comentó en la charla con este medio.

Al frío no se acostumbra, como tampoco a lo que sucede en su país.

Afirmó sentir frustración por lo que pasa en México, que no debe acostumbrarse a vivir en la descomposición social. Cómo es posible que la gente esté tan acostumbrada a esta última. Cómo puede vivir con abusos. No se trata de acostumbrarse a los miedos. En todo el país ya ven a muertos y balaceras, pero la gente no dice nada. Eso no puede ser. En Chiapas, por ejemplo, la gente está olvidada y desconectada con la realidad. En la provincia las personas viven su vida, acostumbradas ya a esos problemas.

Abundó: En los estados piensan que las protestas en la ciudad de México son en vano y que son puro desmadre, aunque ellos tengan esos problemas en la esquina de su calle. Viven con chingadera y media por causa de la irresponsabilidad del gobierno y no se dan cuenta.

Quique cree que esos problemas se deben a la desinformación de la gente, lo que está cabrón. De verdad, es una frustración ver todo ello. Creo que el problema es la falta de unión, el individualismo. Hace falta un chingo de unión, de trabajar juntos.

Desea que la gente pueda entender su frustración, que también espero que se refleje en estas canciones, que no son sólo más que mi apoyo a esa gente que no debería ser discriminada... y a un chingo de cosas que ahí medio van diluidas en la música.

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