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Músicos lamentan aumento de rentas en Williamsburg; cierran salas de espectáculos

Barrio de Brooklyn que acunó a indies, en riesgo de transformarse en hipster
 
Periódico La Jornada
Sábado 10 de enero de 2015, p. 6

El efervescente y multiétnico barrio de Williamsburg en Brooklyn, que ha visto surgir a las principales bandas de rock de Estados Unidos desde la década de los 90, podría estar a punto de perder su estatus como cuna de la escena musical mundial.

Los mismos factores que han convertido esta zona de Nueva York en un paraíso hipster –por su cercanía a Manhattan y su vibrante vida nocturna, por ejemplo– han elevado los precios de los alquileres y puesto en riesgo el futuro de la música independiente.

En 2014, al menos cinco salas de concierto en Williamsburg o en el vecino Brooklyn cerraron o anunciaron planes de mudarse, lo cual deja en duda a cada vez más músicos sobre adónde deben ir para lanzar sus carreras.

Molly Hamilton, cantante y guitarrista de la aclamada banda de rock indi Widowspeak, creció en Tacoma, Washington, y se estableció en Brooklyn en 2008, atraída por una escena musical tan intensa que sólo en los años recientes ha producido bandas como Grizzly Bear, Yeah Yeah Yeahs y TV on the Radio.

Barrio sin igual

Pero ahora Brooklyn, donde las rentas mensuales alcanzan 3 mil dólares, se ha vuelto simplemente imposible para un músico de tiempo completo, dijo Hamilton. Cuando llegué, sentí que tenía la puerta abierta de par en par, dijo antes de tocar en uno de los últimos espectáculos en Glasslands, sala de conciertos en Williamsburg que cerró luego de ocho años.

No será fácil duplicar el fenómeno que se dio en Williamsburg, donde artistas y fans iban a diferentes espectáculos cada noche para descubrir talentos nuevos y ver a los conocidos. No puedes tener una banda si no puedes pagar la renta, dijo Hamilton.

David Byrne, leyenda de Talking Heads, dijo en 2013 que Nueva York seguía siendo todavía un lugar estimulante y emocionante para vivir y trabajar, pero la vida cultural ha sido usurpada por el uno por ciento, en referencia a la clase social más alta.

Si los talentos jóvenes y emergentes no pueden encontrar un punto de apoyo, entonces (Nueva York) se convertirá en una ciudad más parecida a Hong Kong o Abu Dhabi que al lugar fértil que históricamente ha sido, escribió.

A pesar de la última oleada de hipsters que recibió, Williamsburg sigue siendo un barrio de judíos, polacos, puertorriqueños y otras comunidades.

Los cambios son un reflejo de otras transiciones que ocurrieron en el pasado, a lo largo del East River, en el antes marginado vecindario Lower East Side, que se convirtió en lugar artístico de moda y aún tiene numerosos escenarios musicales gracias a que varios clubes de punk abrieron allí en los años 70.

Los locales que cerraron en Williamsburg, como Glasslands, buscan establecerse en otras zonas más económicas de Nueva York o buscan un futuro más brillante y más barato en otra parte.