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La instancia representa pérdida de libertad académica y conflictos de intereses

Intelectuales exigen a tres universidades canadienses cerrar instituto minero
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 6 de enero de 2015, p. 16

Zacatecas, Zac.

Un grupo de prestigiados escritores y profesores universitarios –como Naomi Klein, Glen Coulthard, Stephen Collis y David Suzuki– firmó una carta de petición, dirigida a tres universidades canadienses, para que disuelvan el instituto minero, petrolero y de gas cuyo centro de operaciones está en la Universidad de Columbia Británica.

La misiva, difundida a medios internacionales desde Vancouver vía correo electrónico por la organización internacional Alerta Minera Canadá, está acompañada por las firmas de más de mil personas y organizaciones, que hacen dicha petición a los directivos y las juntas administradoras de las universidades de Columbia Británica y Simon Fraser, así como de la Escuela Politécnica de Montreal.

Escritores y profesores consideran que el instituto minero constituye para las tres universidades pérdida de la libertad académica, representación parcializada, conflictos de interés y falta de credibilidad, de confianza y de rendición de cuentas.

También firman el documento académicos, investigadores y organizaciones de varios países, entre ellos el editor de la revista Lucha Indígena de Perú, Hugo Blanco; el economista y ex miembro de la Asamblea Constituyente de Ecuador Alberto Acosta; el periodista uruguayo Rául Zibechi y el profesor Boaventura de Sousa Santos, de la Universidad de Coímbra, en Portugal.

Los signatarios aseguran que el Instituto Canadiense de los Recursos Internacionales y el Desarrollo (CIRDI, por sus siglas en inglés), que ha sido objeto de oposición constante tanto por académicos como de la sociedad civil, es financiado con 24.6 millones de dólares por el gobierno federal canadiense y 21 millones adicionales erogados por las universidades de la coalición y sus socios estratégicos.

Consideran que son dañinos los vínculos de universidades con una industria que se encuentra rechazada por varias comunidades en Canadá y en todo el mundo por sus impactos destructivos en comunidades y en el medio ambiente.

En su pronunciamiento recuerdan que el CIRDI es un proyecto con orígenes en la oficina del primer ministro de Canadá, cuando en 2013 la coalición de tres universidades firmó un acuerdo con el gobierno federal para gestionar el instituto con el mandato de intervenir en las políticas, leyes, desarrollo e implementación regulatorio, capacitación, asistencia técnica e investigación aplicada relacionada a sus propios sectores extractivos de los países en vías de desarrollo.

Agregan que “es hora de establecer un precedente y disolver el CIRDI y promover en su lugar (una) investigación sobre el papel y los impactos que tiene el extractivismo canadiense en el extranjero y que sea realmente libre de conflictos de intereses.

“Un instituto apropiado debería rendir cuentas a las comunidades impactadas por proyectos extractivos, y enfatizaría sus derechos al consentimiento libre, previo e informado, el cual incluye el derecho de rechazar cualquier proyecto extractivo.

El enfoque apropiado de tal instituto sería sobre la responsabilidad de Canadá en los conflictos causados por la extracción de recursos, tanto en Canadá como en el extranjero.