Cultura
Ver día anteriorLunes 24 de noviembre de 2014Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

La pareja se ha dedicado por más de cuatro décadas a la danza butoh

En Moon Rabbit, Hiroko y Koichi Tamano proponen un viaje libre dentro del cuerpo

En su interior están la eternidad, el pasado y el futuro, y uno puede hablar de ellos, explican

Foto
La danza butoh es un arte escénico performativo a escala internacional, aseguraron en entrevista Hiroko y Koichi Tamano, quienes dirigen la Harupin Ha Butoh Dance Company, en San FranciscoFoto cortesía Museo del Chopo
 
Periódico La Jornada
Lunes 24 de noviembre de 2014, p. a11

Adentro del cuerpo están la eternidad, el pasado y el futuro. Uno puede hablar de ellos porque el tiempo es un viaje libre dentro del cuerpo, dice en entrevista Koichi Tamano (Shizuoka, Japón, 1946), quien con su esposa, Hiroko Tamano (Fukuoka, Japón, 1952), presentó este domingo la obra Moon Rabbit, en el Museo Universitario del Chopo.

Con más de cuatro décadas de dedicarse profesionalmente a la danza butoh, los Tamano aseguran que el tiempo puede entenderse como un vacío, donde no se espera nada y no hay expectativas, pero las cosas suceden y pasan a través del cuerpo, en una experiencia de espacio y cambio, elementos que retoman en su propuesta coreográfica Moon Rabbit.

“En la danza la energía se libera desde la profundidad del cuerpo, es decir, desde un lugar muy lejano de la oscuridad; es como una larga cola que va profundo, hacia dentro, donde hay un viento oscuro que sopla desde la lejanía. La energía se libera del cuerpo y cuando uno baila, esta energía sopla afuera del cuerpo a través de la piel, entre todas las células de ese espacio.

“Adentro del cuerpo está el universo, y este universo –que es tiempo y espacio– sale al mundo y es la forma como llega y se transmite al público”, explica Hiroko, cofundadora con Koichi de la compañía Harupin ha Butoh Dance Company, en San Francisco, California.

Discípulos del maestro Tatsumi Hijikata por casi 10 años y pioneros de la diseminación del butoh fuera de Japón, los Tamano utilizan la metáfora de la luna que se eleva en la oscuridad de la noche para reflejar la luz interior del individuo, compuesta por desos, sueños, tristezas y dolor.

Foto
En la coreografía, el maestro Koichi sostiene el espacio e Hiroko (en la imagen) tiene la encomienda de apoyarloFoto cortesía Museo del Chopo

En esta obra, los bailarines de butoh plantean que así como existen el Sol y la noche con la presencia de la Luna, en el ser humano habitan la luz y la sombra. Si vemos el mundo, está lleno de color y de luz; el tiempo es la velocidad de la luz, pero si cerramos los ojos llega la oscuridad y con ello la memoria. Afuera está la luz y adentro la sombra, desde la posibilidad de cerrar lo ojos, explican los Tamano.

En la coreografía, el maestro Koichi sostiene el espacio e Hiroko tiene la encomienda de apoyarlo. Juntos sostienen el espacio y el tiempo. Encuentran un equilibrio de lo bueno y lo malo en la vida. Crean una atmósfera mágica que provoca una sensación de ensueño.

La danza butoh, en opinión de los bailarines japoneses, se ha convertido en un arte escénico performativo a escala internacional, ya que otras culturas han aceptado una pasión por la danza de oscuridad, pero existe una transformación de acuerdo con la historia de cada cultura.

La pareja Tamano actualmente radica en San Francisco, California, donde dirigen la agrupación Harupin Ha Butoh Dance Company, nombre elegido por Hijikata para ellos en 1972, pues harupin ha significa: los que bailan butoh alcanzarán la consciencia de estar vivos.

Hiroko y Koichi –quienes recibieron el premio de danza Isadora Duncan en 2005, en colaboración con el Laboratorio Escénico Danza Teatro Ritual– ofrecerán dos talleres. El primero se realizará del 24 al 28 de noviembre, y el segundo del 3 al 7 de diciembre en el Butoyólotl, Centro de las Artes del Movimiento (Oaxaca 152, colonia Héroes de Padierna, en la delegación Magdalena Contreras).