Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Suplemento Cultural de La Jornada
Domingo 16 de noviembre de 2014 Num: 1028

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Revueltas y Paz:
la confrontación
postergada

Evodio Escalante

Pájaros de barro
Juan Antonio González León

Neoliberalismo,
educación y juventud

Miguel Ángel Adame Cerón

Ayotzinapa
Mariángeles Comesaña

Las normales
de Warisata y
Ayotzinapa: puentes

Boris Miranda

Columnas:
Perfiles
Ricardo Guzmán Wolffer
Jornada Virtual
Naief Yehya
Artes Visuales
Germaine Gómez Haro
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Paso a Retirarme
Ana García Bergua
Cabezalcubo
Jorge Moch
Prosaismos
Orlando Ortiz
Cinexcusas
Luis Tovar


Directorio
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La Jornada Semanal

 

Germaine Gómez Haro
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artbo: la feria de arte de Bogotá

En días pasados se llevó a cabo la décima edición de la Feria Internacional de Arte de Bogotá, conocida como ARTBO. Comenzó tímidamente sin llamar mucho la atención pero cada edición ha sido más ambiciosa y actualmente se puede decir que cuenta con un prestigio que la coloca en la mira internacional. Sin la pretensión de ser un evento inabarcable como otras ferias que resultan desbordantes, ARTBO ha logrado reunir una seria selección de sesenta y seis galerías, en su mayoría latinoamericanas –Perú, Brasil, Argentina, Venezuela, México, Chile, Panamá–, que ofrecen un vasto panorama del quehacer contemporáneo de la región. También hubo presencia de España, Holanda, Suiza, Estados Unidos, Italia, Alemania, Eslovenia y Portugal. De México participaron OMR, Arróniz Arte Contemporáneo, Enrique Guerrero, la española Travesía Cuatro recién instalada en Guadalajara y la joven Marso. La apuesta de los galeristas es incidir en el mercado sudamericano y, en este sentido, al parecer esta feria cumple con el objetivo.

La sección “Proyectos” realizada por el curador José Roca tuvo como tema “El uso estético del objeto” invocando el diálogo entre el diseño y las artes aplicadas. De nuestro país fueron invitadas la OMR con algunas piezas de Atelier van Lieshout, creador holandés que desarrolla una poética estremecedora con sus esculturas taciturnas, y Travesía Cuatro, que presentó las lámparas del cubano Jorge Pardo, obras que oscilan entre la escultura y el objeto utilitario.

Paralelo a la feria se llevan a cabo hasta 130 eventos en galerías, museos y algunos espacios alternativos, así como otras ferias pequeñas como la del Millón, Odeón y Sincronía, que buscan otros fines. El propósito de Odeón es acoger galerías más jóvenes que no son recibidas en ARTBO, mientras que Sin  emergentes ofrecen directamente su trabajo al público, así como en la Feria del Millón, que además no vende obra que exceda el millón de pesos colombianos (alrededor de $500 dólares). Uno de los organizadores –Diego Garzón– afirma que su apuesta es la desmitificación del arte en términos de ponerlo al alcance del gran público:  “Vemos a jóvenes que llegan con su primer sueldo a comprar una obra de 200 mil pesos ($100 dólares). Esto no pasa en las grandes ferias en las que sólo los más adinerados pueden acceder al arte. Y nosotros vendimos el noventa y dos por ciento de lo exhibido.” Esto es consecuencia de la creciente aparición de espacios autogestionados en Bogotá y en otras ciudades del país, así como otros proyectos independientes liderados por destacados profesionales del medio, como el renombrado artista Óscar Muñoz y el curador José Roca, creador de Flora, un centro cultural que cuenta con una biblioteca, varias salas de exhibición y talleres a los que invitan a artistas recién egresados de la facultad a hacer residencias.


Atelier Van Lieshout, Swing

Dentro de los eventos organizados por fundaciones privadas, el proyecto más espectacular para quien esto escribe fue el de Rafael Lozano-Hemmer (México, DF, 1967) –Signos e índices– presentado por la OMR en NC-arte, un soberbio espacio que alberga un centro cultural auspiciado por el matrimonio Claudia Hakim y Nayib Neme quienes, a su vez, poseen una de las más importantes colecciones de arte del país. La exposición consta de cuatro instalaciones, entre ellas la espectacular Almacén de corazonadas que considero una obra maestra de la creación digital, y que consiste en la colocación de más de un centenar de focos suspendidos del plafón en hileras, los cuales parpadean al compás del latido del corazón de los visitantes, mismo que es captado a través de un sensor que el público sujeta durante 15 segundos para registrar su ritmo cardíaco. Es una pieza interactiva que propicia una carga fuertemente emotiva al hacer que cada persona pase a ser colaboradora de la pieza y se sienta literalmente parte de ella.

El arte contemporáneo colombiano está atravesando un gran momento. Hay una producción muy potente que ya ha alcanzado el reconocimiento internacional. La próxima edición de la Feria de Arco en Madrid que se llevará a cabo el próximo mes de febrero tendrá como invitado especial a Colombia con diez galerías participantes y el trabajo de alrededor de cuarenta artistas en exposiciones en diversas instituciones y museos. Seguramente ARTBO ha tenido que ver en el posicionamiento del arte colombiano contemporáneo y se ha convertido en una importante referencia en el circuito comercial en América Latina.