Sociedad y Justicia
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Da el Vaticano su acuerdo a un documento renovado

Aprueban nuevo reglamento interno de la Legión de Cristo

Se han eliminado capítulos, artículos y números, para hacerlo más concreto

 
Periódico La Jornada
Domingo 2 de noviembre de 2014, p. 33

Ciudad del Vaticano

El Vaticano aprobó las nuevas Constituciones de los Legionarios de Cristo, el reglamento interno de la congregación, resultado de un proceso de reformas, el cual busca dejar atrás la estructura que permitió los actos inmorales del fundador, Marcial Maciel Degollado.

Según informó la oficina de prensa del instituto religioso en Roma, la noticia fue dada a conocer por su director general, Eduardo Robles-Gil, con una carta dirigida a todos los miembros, fechada ayer.

La aprobación definitiva de las Constituciones fue comunicada con una misiva del 16 de octubre pasado firmada por José Rodríguez Carballo y Sebastiano Paciolla, secretario y subsecretario de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica del Vaticano, respectivamente.

Tenemos ahora en nuestras manos el texto de nuestras Constituciones, que describe para cada uno de nosotros el modo específico de vivir la vida religiosa en la legión, indicó Robles-Gil en su carta sobre el nuevo texto, que ya está en vigor.

El documento contiene las normas fundamentales de la congregación, las normas esenciales sobre su identidad y misión, su gobierno y disciplina; la incorporación y formación de los miembros.

Con respecto a las anteriores Constituciones, las nuevas han eliminado muchos capítulos, artículos y números para facilitar la distinción de fondo entre lo esencial y lo accidental y permitir una “mayor adaptación a las circunstancias de tiempos y lugares.

Han pasado de 872 artículos en las Constituciones anteriores a 235 en las recién aprobadas. Se busca armonizar los elementos normativos con los espirituales, eliminando el tono exhortativo, explica una nota de la legión.

El anterior, obra de Maciel

El escrito previo había sido realizado por el fundador, Marcial Maciel Degollado, cuya doble vida, que incluyó abusos sexuales contra menores, uso de drogas y otros actos inmorales, había sido facilitada por la estructura rígida y aisladora producto –entre otras cosas– de esas Constituciones.

De hecho, la apenas aprobada es la sexta versión que existe de las Constituciones. La primera data de 1948 y fue autorizada en México. En todas las ocasiones fueron aprobadas por las autoridades eclesiásticas competentes.

Los legionarios explicaron que este nuevo documento no necesitó incluir una referencia explícita a la figura de Marcial Maciel, porque según la ley de la Iglesia católica, éste sólo contiene normas de funcionamiento generales.

Además, aclaró que sobre los actos del fundador ya se tomó una postura institucional el 6 de febrero pasado, en un comunicado del capítulo general, el máximo órgano de gobierno de la congregación. Esa nota calificó sus comportamientos como gravísimos y objetivamente inmorales.

Durante ese mismo capítulo, los legionarios aprobaron las nuevas Constituciones, que sufrieron diversas modificaciones a petición del Vaticano antes de llegar a esta aprobación definitiva.

Las observaciones del Vaticano fueron incluidas en el texto final que, no obstante, fue enmendado una vez más antes de su aprobación definitiva. Estos cambios, incluidos directamente por las autoridades católicas, incluyeron dos de sus pasajes.

Varios números (1,2; 16; 112; 130.2) en los cuales las Constituciones se refieren a la relación entre los legionarios y el Regnum Christi no fueron aprobados, porque la naturaleza de ese movimiento de laicos dentro de la Iglesia está todavía por definirse.

En efecto, el Regnum todavía se encuentra inmerso en un proceso de reflexión interno que lo llevará a redactar, a su vez, unos nuevos reglamentos internos. Esto tomará todavía varios años y se estima que concluya en 2020.

Por otra parte, el 198.2 fue aprobado, pero con cambios. Originalmente habían propuesto que el puesto de administrador (ecónomo) en los respectivos territorios pudiera ser de un laico consagrado miembro del Regnum Christi y con carrera de administración.

El Vaticano rechazó esta posibilidad y ordenó que ese artículo quedase redactado: El administrador territorial sea un sacerdote, miembro del instituto, al menos de 30 años de edad.