Sociedad y Justicia
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Elude confrontar intereses de compañías de comida y refresqueras

Un fracaso, estrategia contra la obesidad, advierte Alianza por la Salud Alimentaria
 
Periódico La Jornada
Viernes 31 de octubre de 2014, p. 43

A un año del lanzamiento de la Estrategia Nacional para la Prevención y el Control del Sobrepeso, la Obesidad y la Diabetes, integrantes de la Alianza por la Salud Alimentaria aseguraron que esta política es un fracaso total debido a sus múltiples fallas de origen y a que está bajo la influencia de la industria alimenticia.

En conferencia de prensa, Xaviera Cabada, de El Poder del Consumidor; Alma Meneses, de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), y Jorge Ramírez, de la Fundación Interamericana del Corazón (FIC), precisaron que el gobierno lanzó un falso discurso de prevención sin confrontar a los intereses privados y las tácticas de la industria alimenticia y refresquera.

Añadieron que la regulación sanitaria es limitada y permisiva; tiene como base criterios elaborados de la industria, además de que los poderes Ejecutivo y Legislativo han “incumplido su palabra de asignar la recaudación del impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS) a prevención en torno a estas problemáticas de salud.

Al respecto, detallaron que el monto propuesto para 2015 para la prevención de la obesidad y la diabetes presenta un ridículo incremento de apenas 2 por ciento pues asciende a 336 millones 732 mil 221 pesos, cuando lo recaudado por el IEPS sobre bebidas azucaradas este año ascendió a 12 mil 400 millones de pesos, y se prevé que para 2015 ascenderá a 18 mil 271 millones de pesos.

Cabada señaló a La Jornada que había el compromiso de designar parte de ese recurso a la instalación de bebederos en todas las escuelas, pero hasta ahora ese proyecto no se concreta y añadió que en la propuesta de paquete económico de 2015 se calcula destinar mil 360 millones de pesos para ese rubro, con lo cual se tardarían en aplicar la estrategia en el país alrededor de 12 a 15 años.

Refirió que lo único positivo de la estrategia hasta el momento es que de acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Pública en los pasados 12 meses el consumo de agua habría aumentado 13 por ciento y en contraparte el de bebidas azucaradas habría caído 10 por ciento.

No obstante esto, Ramírez refirió que siendo las escuelas y sus entornos elementos claves para el éxito de la estrategia, lamentó que aunque hay criterios nutricionales adecuados y basados en evidencia científica para el expendio de productos y alimentos en estos espacios, estas acciones prácticamente no se han aplicado por falta de capacitación de los directores, profesores y vendedores, así como una ausencia de campañas de orientación para padres de familia y alumnos.

El epidemiólogo expuso también que el ambiente alrededor de las escuelas sigue siendo sumamente obesogénico, no es compatible con lo que se está diciendo, con lo que se está haciendo; el combate a la obesidad no es una prioridad nacional, como sí lo fue el tabaco.

Señalaron que entre las fallas de origen de la estrategia están que los criterios nutrimentales y regulaciones elaborados por la industria son limitados y regulación sanitaria permisiva. De acuerdo con Cabada sigue el mismo patrón, la industria detrás moviendo los hilos.

Meneses comentó que la publicidad de los productos no saludables sigue siendo accesible a la audiencia infantil. Dijo que en otros países ésta se prohíbe en televisión, cine, Internet, radio, materiales impresos, publicidad y en escuelas.

Sobre el etiquetado insistieron en que no es claro ni fomenta decisiones saludables, sino todo lo contrario.