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La empresa Atayde llevó a cabo la premier de En escena, en calzada de Tlalpan

Sí, se extraña a los animales en el circo, pero hay que continuar

Luchadores enmascarados y familias revivieron el amor por este espectáculo

Se debería castigar a quienes maltratan a la fauna, pero no generalizar; me gusta la tradición: mago Frank

 
Periódico La Jornada
Domingo 26 de octubre de 2014, p. 7

Antes de prohibir el uso de animales en los circos, los que legislan debieron preguntar a los niños y a los ancianos; yo estoy por el circo tradicional. ¡Imagínense, trabajo con un conejo!, expresó en entrevista el mago Frank, al final de la premier de gala del espectáculo En escena del Circo Atayde Hermanos, el pasado viernes, ante una entrada numerosa que hizo nacer la esperanza de que un día cambie la situación y vuelvan los tigres y elefantes.

Ese viernes todo fue alegría. A diferencia de funciones previas, en las cuales la asistencia fue baja, la algarabía irradió por todos lados y los niños volvieron a pelar los ojos ante la expectativa de ver algo grandioso.

Los invitados especiales dieron realce a la gala. Entre ellos, multitud de payasos que saludaron a diestra y siniestra, provocando risas, aunque no faltó el chamaco llorón. Los luchadores enmascarados, dueños del pancracio, fueron a sentarse en otra zona, hasta donde llegaron sus admiradores para apretarles la mano y tomarse la foto del recuerdo.

Familias enteras y hasta la abuelita en silla de ruedas acudieron para revivir el gusto por el circo y aplaudir a quienes hacen con su cuerpo lo que la mayoría de los mortales no puede. Y es que ya un pensador dijo alguna vez que nadie sabe la potencia de un cuerpo.

Todo es organización, sincronía. El Atayde tiene 126 años de historia y sabe cómo divertir y dar continuidad a una producción.

Un viaje imaginario

Se apagaron las luces y la imaginación estaba a punto de ser provocada hasta los días de candidez e inocencia.

Apareció el payaso Rulo, experimentado tras 25 años de chistosadas. Tiene sangre ligera y sus rutinas sorprenden incluso a sus colegas. Ante la prohibición de usar animales en los circos, so pretexto de que son maltratados, la empresa más que centenaria ha tenido que hacer cambios para sobrevivir. Sin animales, el espectáculo se centra en las artes circenses alternativas, con el acento en actos aéreos, malabarismos…

Como primer cuadro apareció una niña con un animal de peluche; Rulo le quita el juguete de las manos y ella le ruega que se lo deje, pero la decisión está tomada. Se recuesta en una banca y Rulo esparce unos polvos que la harán soñar. Entre nubes de Morfeo, la pequeña despierta y es una contorsionista que dobla la cintura hasta límites sobrehumanos: toca la parte posterior de su cabeza con los talones.

Rulo sale con un látigo y hace pasar a la pista a un papá, a quien le pondrá globos que romperá con un ligero engaño. Gemelas harán la ilusión de verse frente a un espejo y subirán y bajarán del trapecio formando simetrías plenas de sensualidad.

Vuelve el payaso; ahora roba palomitas de maíz a un vendedor descuidado. Entra una pareja que hará alarde de fuerza y erotismo. El sostendrá largos tubos y ella llegará a la cima. El público abre al máximo los ojos. Otra pareja ejecuta un acto similar y muestra que con un tubo se puede hacer geometría. Un trío de jóvenes sube con aparente facilidad por otro tubo. Son maestros de la fuerza y el control corporal. Un malabarista hace proezas con cuatro pelotas, luego con cinco, seis… Nada se le cae. Lo mismo hace con pinos y pelotas. Entran artistas con un espectáculo de fuego. Llamas giran en un aro y la lumbre forma estelas en el piso. Tres muchachos con músculos definidos girarán y subirán en telas. Crean la ilusión de que lo que hacen es fácil.

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El Atayde tiene 126 años de historia y sabe cómo hacer divertir y dar continuidad a una producciónFoto María Luisa Severiano

En el último acto, Rulo regresa y halla a la niña durmiendo. La despierta y ella está feliz, aunque su juguete, un animal de peluche, ya no está con ella. El público aplaude, los payasos de las gradas gritan ¡Atayde, Atayde, Atayde! El elenco sale y se despide. Su misión fue cumplida.

Aquí, el único animal soy yo

Un sondeo rápido arrojó lo siguiente: Charro del Misterio Jr. (La Leyenda Continúa): Estoy muy contento. Lo que vimos es espléndido. El Circo Atayde es un orgullo de México para el mundo. Yo lo veía cuando era niño porque mi padre me traía de vez en cuando. Cuando había animales era muy bonito y los cuidaban muy bien, pero así como está hoy es digno de verse. Es triste no ver a los animales, y lo que pase ya depende de las autoridades. Soy técnico, rudo y cantante.

Édgar, de Flow Fabric Art (Arte Tejido con Flujo): “Trabajamos con fuego y las quemaduras son normales. Lo que hoy vieron es el circo contemporáneo, y el circo con animales… las cosas cambian. Yo lo llegué a ver. Estamos viviendo el cambio y eso lleva a adaptaciones.”

Trío Elemé: Somos aeralistas y hacemos acrobacia en telas y trapecio y un poco en aro. La técnica ayuda a no utilizar tanta fuerza, pero la fuerza siempre está ahí. Esto es una fusión entre el circo joven con el clásico. Vi el circo con animales cuando fui niño. Me gustaba. La nostalgia llega.

Payaso Payasín: Un payaso ayuda a sacar la alegría. Ahora el Circo Atayde se está adaptando a las circunstancias. Sí se extrañan los animales, los tigres, pero hay que seguir.

Mago Frank: A mí me gusta mucho el circo tradicional, y los animales son parte de esta tradición. Yo estoy muy en desacuerdo con esa ley que prohíbe trabajar con animales en circos. No se puede generalizar. Yo trabajo con un conejo, Blas, y puedo decir que lo trato muy bien. Del mismo modo, en muchos circos se trata bien a los animales. Deberían castigar a los que los maltratan, pero no generalizar, porque no sólo hay maltrato animal, sino infantil, intrafamiliar. No todas las familias vejan a los niños y no todos los circos lo hacen con los animales. El circo con animales es una cultura, una tradición. ¿Dónde se va a poder ahora ver a una jirafa, a un tigre? Esa ley se tiene que rectificar y revisar circo por circo.

Payaso Chichín: Si algún día se termina la vida de los circos sería muy triste. Ahí siempre ha habido payasos, elefantes y otros animalitos. Debieron preguntar antes y buscar un consenso. Era necesaria una encuesta.

Payaso Morfi: Tengo 35 años como payaso y es un gusto servir a los pequeños. Vine a apoyar al Atayde, que es una tradición para los mexicanos. Con esa ley para prohibir el uso de animales nos pusieron como a los equilibristas. Quisieron que nos cayéramos, pero esto no se va a caer, porque antes que todo está la risa y la alegría. Hay personas en el circo que sí cuidan a los animales, mejor que en un zoológico. Un circo con animales es más padre. Ya sabemos que los gobiernos van cambiando y cambian sus ideas. Más adelante, estoy seguro, nos permitirán de nuevo tener animales.

Payaso Rulo: Aquí, el único animal soy yo.

El Circo Atayde se presenta en la Calzada de Tlalpan 855, a unos pasos del Metro Villa de Cortés. Funciones: viernes y sábado, a las 17 y 20 horas y domingos a las 12, 17 y 19 horas. Boletos desde 50 a 300 pesos.