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Damián Alcázar es uno de Los Ángeles de Acero en la película de Gustavo Moheno

“En Eddie Reynolds... se trataba de hacer el rídiculo y lo disfrutamos”

La cinta, que se proyectó en el festival de Morelia, le saca lo foreveryoung a unos músicos que ya pintan canas

Fuera de competencia se exhibió la filipina On The Job, de Erick Matti

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Sebastián Zurita, Vico Escorcia, Damián Alcázar, Dolores Heredia, Gustavo Moheno, Jorge Zárate y Álvaro Guerrero, durante la presentación del filme en el encuentroFoto Iván Sánchez
Enviado
Periódico La Jornada
Lunes 20 de octubre de 2014, p. a13

Morelia, Mich., 19 de octubre.

Después de dos días de sequía creativa en la competencia de ficción del 12 Festival Internacional de Cine de Morelia, hoy llegó, por lo menos, la risa con la comedia Eddie Reynolds y Los Ángeles de Acero, una historia donde los otrora mozalbetes roqueros vuelven a juntarse ya pintando canas cuando reciben la noticia de que U2 quiere grabar el one hit wonder del grupo mexicano.

El protagonista del filme Damián Alcázar confesó: Yo sí soy bien egoísta y en dado caso de que fuera músico no pertenecería a ningún grupo; yo sería solista.

Alcázar dijo, sobre esta experiencia de roquear en cine, que se trataba de hacer el ridículo y fue muy disfrutable. La pasamos muy bien, tocando, ensayando y tocando fuerte.

El actor Jorge Zárate, otro Ángel de Acero, por su lado, confesó: A mí me ha gustado el rock desde siempre y eso me sirvió muchísimo para desarrollar el personaje, desde un punto de vista muy lúdico, porque, como la hago de bajista, que es de un perfil muy bajo, me pidieron que me inspirara en el de Metallica y quedó este personaje. Mi instructor me dijo que adquirí el rango de pedantería y de soltura del estereotipo de los bajistas... De haber sido músico me hubiera gustado pertenecer al grupo de Rockdrigo González o a Deep Purple.

El baterista de la banda, encarnado por el actor Álvaro Guerrero, dijo: Cuando era chico siempre soñé en ser estrella de rock y, gracias a la actuación, se me cumplió dar un concierto de rock, aparte de que tuve que estudiar batería. Fue grandioso. Me hubiera encantado acompañar a Hendrix en la batería.

Como todo buen cerebro de la banda, el guitarrista se mantuvo alejado de los reflectores y no asistió al estreno mundial de la cinta. Nos referimos al cuarto Ángel de Acero: el actor Arturo Ríos.

La que sí estuvo fue la actriz Dolores Heredia, quien la hace de ex groupie frustrada. A la pregunta del hipotético caso de quién sería groupie, dijo: Nunca he sido muy róquer, pero mis hermanas son la inspiración, así que eso es lo que seguirá hasta la muerte, la inspiración.

Por su lado, Gustavo Moheno, director de la cinta, mencionó: La película hay que verla tras el último disco de U2, e imaginar que después de que mucha gente le devolvió el último disco a Bono, él entra en una tienda de discos antiguos y así descubre a Eddie Reynolds. Todo fue parte del gran chiste que es la premisa de la película.

Independientemente de todo el escarnio, del rock y comedia de la película, Damián Alcázar redireccionó el tema central de la película y precisó: Tenemos el rock como tema, pero creo que lo más importante son los seres humanos que aparecen en la cinta, los valores que se manejan como la amistad, el ego del personaje, que tiene que sufrir el castigo y vergüenza frente a sus amigos y la mujer amada para volver a ser reconocido. Me parece que ese es el meollo de nuestra historia, porque realmente no es una película musical, no tenemos la calidad de un grupo extraordinario.

También, fuera de competencia, llegó la película filipina On The Job, del director Erick Matti, una historia basada en hechos reales, en la que presos están al servicio del poder para salir a cometer asesinatos para beneficio del poder estatal.

En entrevista con La Jornada, el director filipino mencionó que la historia nació hace unos 10 o 12 años cuando conoció a un taxista; él acababa de salir de prisión y conforme nos hicimos amigos comenzó a contarme que pertenecía a un grupo de asesinos, que salían de prisión a matar por instrucciones de un intermediario gubernamental y los regresaban de nuevo a la cárcel. El taxista era una persona muy bajita, como Joe Pesci.

Continuando con su explicación, el director agregó que esta idea le rondó por la cabeza de manera imaginaria, hasta hace cinco años que filmé una parte y otras escenas con lo que me había comentado el taxista. Los mandé a los estudios para que aceptaran mi proyecto.

Realidad y ficción

Después de que le aceptaron el proyecto, Matti se puso a investigar ocho meses para realizar el guion y dio por resultado On The Job, en la que se mezcla realidad y ficción: “La película completa es una agrupación de diferentes historias; la del senador es verídica, pues él contrataba a los presos asesinos para que mataran; al final fue aprendido.

La historia de Francis Coronel también es verdadera. Se trata de un general del ejército que se suicida porque se le vinculó con la corrupción que existe en la milicia. Para la historia de la prisión tuvimos cuatro consultores; uno de ellos fue quien nos explicó el mecanismo de a qué presos se les asignaba tal o cual asesinato, cómo los sacaban y finalmente cómo los devolvían a prisión. Además, claro, de todos los inmiscuidos en la cárcel y el que recibe la llamada. Y finalmente, para la historia política, el compositor musical de la película pertenece a una familia de políticos en mi país, fue mi consultor secreto.

El director también mencionó que las similitudes con nuestro país son considerables: Filipinas es el México de Asia; cuando me invitaron a este festival me dijeron que la película era muy mexicana, así que me invitaron.