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Balance de la Jornada

Jimenez, Layún y el América acaparan luminarias

A

pesar del ‘póquer’ de Miguel Layún la nota de la semana es el gol de Raúl Jiménez, quien anotó su primer tanto vistiendo la playera del Atlético de Madrid. Con pocos minutos en la cancha, el ex americanista logró el sábado trascender en un partido, que, si bien parecía resuelto, Jiménez entró para convertir una simple victoria en goleada.

No es fácil llegar al equipo campeón de la Liga de las estrellas y de inmediato escuchar rechiflas y abucheos. El Atleti desde hace rato acapara reflectores y por fin se precipitó con singular alegría en el tobogán de los desembolsos millonarios al estilo del Real Madrid y el Barcelona; al menos eso indica la inversión de 100 millones de euros en refuerzos.

Hoy los 10.5 millones de euros invertidos en el atacante mexicano comenzaron a redituar y apaciguaron los reclamos. Jiménez, de 23 años y nacido en Tepeji del Río, no sólo conformó al impaciente público que lo vio debutar el 16 de agosto ante la Sampdoria, sino que respondió a la confianza del Cholo Simeone, que en adelante podría darle más tiempo en la cancha.

Antes del al arranque del certamen, Simeone ya jugaba su partida, se sacudió presión cuando se desmarcó de los dos grandes y dijo que su lucha era más bien por el tercer lugar, directa con Sevilla y Valencia, aunque por ahora los colchoneros marchan segundos.

Giovani y Jonathan dos Santos, del Villarreal, con menos de media hora en la cancha, poco pudieron hacer ante el Real Madrid, donde el Chicharito se quedó rumiando en la banca. Igual suerte corrió el malagueño Guillermo Ochoa; desde el área técnica vio caer a su equipo, que no le gana ni al Getafe. Y Carlos Vela nada pudo hacer ante el Valencia.

Todo indica que el polémico estratega Pedro Caixinha gastó más tiempo en sacar datos del América, y de los supuestos arbitrajes que lo han beneficiado en siete (de 9 fechas), que en alistar a sus guerreros. Una tarde de inspiración y fortuna del volante Miguel Layún bastó para cerrarle el pico.

Entre abril y mayo de 2011 todo era negro para Layún, al entonces técnico de las Águilas, Carlos Reinoso, le llovían tuits pidiendo la salida del ex jugador del Atalanta de Italia. Entonces surgió el hashtag: Todo es culpa de Layún. No sean malos, son buenos chavos y buenos profesionales, defendía Reinoso, sacando la cara no sólo por Layún, sino también por Matías Vuoso. Los sostuvo contra viento y marea.

El giro ha sido drástico y con una dosis de fortuna. Layún, enemigo de salidas y fiestas –cosa rara en un futbolista joven–, se fortaleció mentalmente y creció. En la tanda de penales hizo el tiro decisivo que dio el último título a los amarillos en la final frente al Cruz Azul, luego el Piojo Herrera lo llevó a la selección nacional y recientemente Mohamed lo convirtió en el capitán del América.

Todo se dio para que el ahora carismático jugador, que no tardó en ser buscado por firmas comerciales, esté convertido en un consentido de la afición americanista, más aún tras la tarde inolvidable del sábado, cuando marcó cuatro tantos que lo ubican como el máximo romperredes del equipo.

La Máquina retornó a la victoria y se ilusiona con una semana crucial en la que espera cosechar otro par de victorias que la metan en zona de calificación, la dificultad es que los rivales son Xolos y el superlíder América. Todo dependerá de ver hasta dónde puede llegar la motivación de Mariano Pavone, quien por fin pudo celebrar su primer tanto del torneo.

Pumas, que también aspira a ubicarse entre los ocho mejores, sigue sin ganar en casa. El plantel dirigido por Guillermo Vázquez no consigue manejar su ventaja y de nuevo se dejó empatar miserablemente. Cierto que el Pikolín II cometió una pifia, pero desde antes el equipo ya había perdido la iniciativa y tendría que agradecer que Chiapas no le metió otro tanto, hubiese sido el desastre.

Las Chivas están inmersas en el caos y el argentino Carlos Bustos vive sus últimas horas en el timón rojiblanco porque pronto será relevado, quizá hasta antes de la fecha doble en puerta. Luego de agotar la lista de estrategas locales, la baraja de posibles relevistas se trasladó a España, aunque el dueño Jorge Vergara no acaba de entender que el problema es él; hasta ahora ha sido incapaz de darle estabilidad a una directiva y a un cuerpo técnico.

Es una pena ver por los suelos a uno de los equipos más queridos del futbol mexicano, hoy ubicado al borde del descenso y con su estadio desolado, casi vacío. El Rebaño estaba obligado a vencer al Puebla –ambos equipos con problemas de porcentaje–; sin embargo lucen impasibles, indolentes, esperanzados en que la UdeG, con su inercia perdedora, les evite la quema.