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Astillero

El IPN en turno

‘‘Modernización’’ impugnada

Proyectos sepultureros

Manos ‘‘externas’’

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RUMBO A LA CÉDULA. El presidente Enrique Peña Nieto instruyó al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong (a la derecha), para revisar las condiciones presupuestales que propicien la expedición de una clave única de identidad para todos los mexicanos. Lo anterior ocurrió luego de la clausura del foro Sumemos más causas, donde también asistió el jefe de la Oficina de la Presidencia, Aurelio NuñoFoto Jesús Villaseca
E

s de suponerse que al general Lázaro Cárdenas del Río no le causaría extrañeza la arremetida contra el Instituto Politécnico Nacional (IPN), que con el propósito explícito de ‘‘llevar a cabo los postulados de la Revolución Mexicana en materia educativa’’ fue creado en 1936, bajo la presidencia del michoacano (aunque desde 1932 trabajaban en el proyecto el abogado Narciso Bassols y los ingenieros Luis Enrique Erro y Carlos Vallejo).

El IPN, según su propia página de Internet (http://bit.ly/1xomTiV ), fue concebido como ‘‘un motor de desarrollo y espacio para la igualdad apoyando, por una parte, el proceso de industrialización del país y, por la otra, brindando alternativas educativas a todos los sectores sociales, en especial a los menos favorecidos’’. Tales propósitos y proyectos están en desventaja en estos momentos sepultureros del ideario y la obra de la mencionada Revolución. La administración federal en turno es abiertamente contrarrevolucionaria, con semejanzas notables con las peores facetas del porfirismo. La modernización reformista de Peña Nieto busca privilegiar los intereses extranjeros, sobre todo en áreas como las energéticas, y no desea generar cuadros profesionales nacionales si sabe que el control de las principales áreas productivas irá quedando cada vez de manera más abierta en manos foráneas. Tampoco le mueve alguna idea de reivindicación o tutelaje de las clases populares, sino el crudo predominio de las élites.

Convencido de que está en presencia de extraordinarias condiciones políticas y sociales que le permiten empujar e imponer iniciativas que anteriores ocupantes de Los Pinos no pudieron llevar adelante, Peña Nieto (cada presidente de la República ha sido el jefe político real en el IPN, nombrando o removiendo a sus directores, aunque el proceso formal lo realicen los órganos formales de ‘‘gobierno’’ de ese instituto que ni autonomía tiene) podría ver materializado lo que intentó en su periodo Felipe Calderón (durante su gestión fue nombrada la actual directora del IPN, Yoloxóchitl Bustamante) una forma de desmantelamiento del Politécnico, maniobras de nomenclatura devaluatoria para expedir títulos de ‘‘técnicos superiores’’ y una serie de arreglos a los planes de estudio pensados en función de los intereses empresariales y no de los de la nación.

Flor Goche (@flor_contra, en Twitter) escribió en la revista Contralínea, casi cuatro años atrás (el 7 de noviembre de 2010), lo que en esos tiempos del calderonismo se cocinaba y que coincide con lo que ahora se ha aprobado: ‘‘Considerar ‘usuarios de servicios educativos’ a los alumnos, reconocer los estudios parciales mediante ‘certificados de competencias técnicas’ o ‘títulos de técnicos superiores’ y promover la migración de los estudiantes más talentosos, son algunas de las reformas en puerta en el Instituto Politécnico Nacional’’. Desde aquel 2010 se apuntaba que ‘‘desmantelar al Instituto Politécnico Nacional (IPN) para convertirlo en un centro privado de capacitación técnica al servicio de las trasnacionales es el verdadero objetivo del Proyecto de Reglamento General de Estudios (PRGE) impulsado, desde mayo pasado, por la actual administración politécnica a cargo de Yoloxóchitl Bustamante Díez, concluyen profesores y estudiantes de esta institución educativa’’ (http://bit.ly/1CpWJMK ).

A pesar de la larga historia de divisionismo, infiltración y amedrentamiento contra las movilizaciones estudiantiles, el reglamento interno aprobado este miércoles por el consejo consultivo del IPN provocó marchas, protestas y paros de actividades en el Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos (Cecyt-10) Carlos Vallejo Márquez; en la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura (ESIA), Unidad Zacatenco; en la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Ingeniería y Ciencias Sociales y Administrativas (Upiicsa), y en la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (ESIME), Unidad Zacatenco, según un comunicado de prensa extrañamente titulado ‘‘Posicionamiento del IPN ante los acontecimientos registrados en esta Casa de Estudios’’.

Los innombrables ‘‘acontecimientos’’ llevaron a las autoridades del instituto a remarcar (a la defensiva o con aire de culpabilidad) que ‘‘el IPN es y seguirá siendo una institución educativa pública, del Estado mexicano, comprometida con el mejoramiento de la calidad de vida de los mexicanos y la equidad social fincada en el desarrollo socio-productivo de México’’ (http://bit.ly/1uKCHI6 ). Ya no se habla de ‘‘los postulados de la Revolución Mexicana’’, la ‘‘igualdad’’, las alternativas educativas especialmente dirigidas ‘‘a los menos favorecidos’’ u otras antiguallas parecidas, sino de la muy competitiva y empresarial ‘‘equidad social fincada en el desarrollo socio-productivo’’.

Las protestas en las que participan estudiantes, profesores y personal administrativo crecían ayer frente a autoridades politécnicas que pretendían hacer guiños de arreglo al mencionar que el nuevo reglamento interno fue ‘‘aprobado’’, pero no entrará en vigor hasta que sea publicado en la gaceta de la institución. Al mismo tiempo, la directora Bustamante hacía declaraciones con tufo diazordacista, hablando de ‘‘manos externas’’ tras las protestas: ‘‘Yo veo algo extraño en este movimiento, una estrategia muy bien argumentada y organizada para crear las inquietudes que saben que prenden en los muchachos y que han tomado como pretexto un problema académico que ya no existe para querer parar las escuelas’’. En ese contexto hubo amenazas de dar de baja a alumnos que participen en una marcha sabatina anunciada.

En otro tema, interesante lo que plantea Amayrani Salazar (@mayi_sal , en Twitter): ‘‘Han pasado más de cien años de historia fílmica estadunidense y jamás, como ahora, se registró un cambio de ánimo (propagandístico) tan abrupto, en relación con otro país. Hollywood va transformando, o mejor dicho, corrigiendo, el paradigma mexicano que en sus películas difundió por décadas. Y en algunos casos, no sólo enmendando estereotipos, ¡sino hasta promoviendo la cultura mexicana!’’ (http://bit.ly/1pfaR3e ). ¡Feliz fin de semana!

Twitter: @julioastillero

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