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Requiere el país cultura de prevención de corto y largo plazos: experto

Nadie atendió alerta de la UNAM sobre riesgo de Manuel en Guerrero

Se pueden reducir daños con infraestructura adecuada y planeación urbana

 
Periódico La Jornada
Domingo 21 de septiembre de 2014, p. 15

Investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) advirtieron el año pasado que a causa del huracán Manuel habría grandes inundaciones en Guerrero.

Lo vimos con claridad, pero no se tomaron las medidas necesarias, indicó en entrevista Jorge Zavala Hidalgo, jefe del Servicio Mareográfico Nacional del Instituto de Geofísica, quien indicó que ante fenómenos naturales cuyos impactos son previsibles es necesario desarrollar en el país una cultura de prevención de corto y largo plazos.

Sin embargo, de acuerdo con Daniel Rodríguez, académico de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM y presidente de la Red Mexicana de Estudios Interdisciplinarios para la Prevención de Desastres, la cultura preventiva no existe en México porque la lógica del libre mercado domina el desarrollo urbano.

A diario, el Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM emite un pronóstico para cinco días (http://goo.gl/qYRJVq) en el que se puede ver el desplazamiento previsto de un ciclón, entre otras variables meteorológicas. Al explicar el funcionamiento de este sistema de previsión, Jorge Zavala indica que el año pasado pudieron ver que Guerrero se inundaría.

A largo plazo, añadió, se puede disminuir la vulnerabilidad de los asentamientos humanos con la construcción de infraestructura que permita minimizar los daños, así como con la planeación del crecimiento urbano. Otra medida adecuada, dijo, es aprender a convivir con los fenómenos naturales, lo que implica educar a la población.

Por ejemplo, la gente tiende a concentrarse en la hora en que llegará el ojo de un huracán a determinado punto, pero un ciclón tiene unos 300 kilómetros de radio de influencia, y por ello las afectaciones producidas por una tormenta pueden presentarse antes de lo que indican los pronósticos relacionados con el arribo del mismo. Además, es necesario que se sepa que los pronósticos tienen un margen de incertidumbre, sostuvo.

Daniel Rodríguez, uno de los pioneros en la investigación social de desastres naturales en el país, dijo en entrevista que luego de que ocurren, reconstruir es un negocio al que se destinan millonarios recursos públicos de manera poco transparente, además de que encabezar dicha tarea o el rescate de la población genera gran rentabilidad política a los gobernantes. Esto, y el que el libre mercado decida la planeación territorial son algunos de los factores por los que no tenemos una cultura de prevención, afirmó.

Recordó que una función básica de todo Estado es procurar la seguridad de la población, y eso implica la prevención de desastres.

Por ello, dijo, el criterio que debería aplicarse en materia de desarrollo urbano es el contenido en el atículo 27 constitucional, que dice que la nación tiene el derecho de imponer a la propiedad privada el interés público. Esto se traduciría en que más que pensar en reconstrucciones cosméticas, debería haber rectoría del Estado sobre la planeación del territorio.

El doctor en ciencias sociales y maestro en urbanismo subrayó lo poco transparente que son los manejos de los recursos del Fondo de Desastres Naturales (Fonden). En sus lineamientos de operación se menciona que tendría que haber devolución de los recursos que se erogan para reconstrucción de infraestructura asegurada. Pero en todos los informes presidenciales que he revisado, nunca se habla de esta devolución. Quizá existe, pero hace falta que se aclare, dijo.

Explicó que desde la creación de dicho fondo (1999), 60 por ciento de los recursos salidos de él se han destinado a la reconstrucción de infraestructura pública, que debería tener los mejores estándares de calidad y estar asegurada.