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Obra que realizó el coreógrafo Tadashi Endo durante una residencia artística en México

Espejo negro retoma el mítico viaje de Quetzalcóatl al Mictlán en danza butoh

Interpreta el Laboratorio Escénico Danza Teatro Ritual en el Museo Universitario del Chopo

Foto
Eugenia Vargas fundó el Laboratorio Escénico Danza Teatro Ritual en 2008Foto Luis Humberto González
 
Periódico La Jornada
Viernes 12 de septiembre de 2014, p. 4

De la oscuridad emerge la luz, de la realidad aflora la esencia de la vida misma y de la muerte vuela el espíritu en Espejo negro, coreografía de Tadashi Endo, que el Laboratorio Escénico Danza Teatro Ritual estrenó este jueves en el Museo Universitario del Chopo.

En la penumbra, cuatro siluetas femeninas se desdibujan; cada una traza sus sueños y un nuevo comienzo donde sus cuerpos no bailan, sólo siguen el espíritu del butoh.

La obra, que el coreógrafo nacido en Pekín, naturalizado japonés, creó en residencia artística en México, retoma el mítico viaje que realiza Quetzalcóatl al Mictlán con el espejo de obsidiana para ir al inframundo y reconocerse, enfrentarse consigo mismo y resurgir.

En escena, las intérpretes mexicanas Eugenia Vargas, Ireli Vázquez, Aura Gómez Arreola y Malú Macareno marchan hacia el inconsciente para mirarse en la oscuridad y desde la sombra reinventarse. Se trata de una exploración personal para encontrarse con la propia existencia.

Con música ecléctica del compositor Eduardo González, los cuerpos femeninos se mueven en todas las direcciones, sus manos con delicadeza se extienden en el espacio, se miran entre ellas y sonríen; también representan costumbres de oriente, como el uso de palillos para comer; todo ocurre antes de que se desplome su cuerpo en el suelo.

Se crea un silencio, una breve pausa indica un cambio. Los cuerpos se mueven lentamente en el piso, se arrastran como arañas. Sus gestos, de tiernos, cambian a sombríos; su mirada se vuelve dispersa y los dedos de sus manos se contraen.

La música mexicana envuelve el ambiente y las mujeres comienzan a danzar; aquí, las intérpretes reconocen su historia, sus orígenes. Se mueven en pareja y una de ellas continúa en solitario su viaje interior mientras da vueltas. Los cuerpos femeninos no sólo reflejan la raíz mexicana del baile, también está marcada la violencia que se vive en el país, simbolizada con un intercambio de bofetadas y empujones.

¿Qué es México? fue la pregunta que detonó la propuesta Espejo negro, y las intérpretes comenzaron a mirarse y a indagar sobre todo aquello que nos representa con la intención de resurgir, de transformarse y transitar de la muerte negra a la blanca a partir de ese reconocimiento.

Al verse reflejadas en la oscuridad más profunda intentan escapar, corren por todos los rincones para salir de su realidad y un beso les devuelve la calma. En este rompimiento renacen de manera distinta. En el inframundo de su ser aparece el dolor y la energía. El espectador puede ver cómo el dolor y la tristeza se transforman en el cuerpo de la intérprete, que se contorsiona hasta liberarse y escupir sangre.

En ese viaje a la oscuridad, también hay una confrontación, una lucha de poder. Con el cuerpo completamente desnudo, las mujeres –con desplazamientos felinos– pelean para conocerse a sí mismas y renacer desde su fuerza interior.

Todo es silencio, una tenue luz roja marca este momento. Nadie del público se mueve, su mirada está fija en los cuerpos que se esconden detrás de las enormes pantallas de papel, de las cuales sale una mujer vestida de negro, con un jarrón de obsidiana del que brotan pétalos rojos, que grita mientras esparce las hojas de la flor en el lugar.

Los gritos terminan en la tierra de los vivos y las cuatro mujeres escriben finalmente en las pantallas de papel las palabras piedra, flor, sangre y sueño en caligrafía japonesa, los símbolos que originaron la pieza.

Laboratorio Escénico Danza Teatro Ritual, que fundó en 2008 Eugenia Vargas, presenta un espectáculo que surge de la memoria y de los sueños donde se mezclan la tradición oriental y la mitología prehispánica.

Espejo negro, de Tadashi Endo, es la reinvención y el rescate de lo humano, a partir de esa luz interior que existe en todos los individuos.

El estreno de Espejo negro, obra interpretada por Laboratorio Escénico Danza Teatro Ritual, se realizó este jueves con el apoyo del Programa de Residencias Artísticas para Creadores del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes.

Se presenta este viernes a las 20 horas, sábado a las 19 horas y domingo a las 18 horas en el Foro del Dinosaurio del Museo Universitario del Chopo (Dr. Enrique González Martínez 10, colonia Santa María la Ribera).