Economía
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La consolidación llevará unos tres años y hasta 2018 no se verán beneficios, definió

Pese a reformas, no todo se ve bien en México y menos a corto plazo: Moody’s

Los cambios elevarán 1% el potencial de crecimiento económico, no 6% como dice el gobierno

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El vicepresidente de Moody’s, Mauro Leos; el director general de la firma en México, Alberto Jones, y la directora de Moody’s, Susan Knapp, en la 15 reunión anual de la empresaFoto Guillermo Sologuren
 
Periódico La Jornada
Jueves 11 de septiembre de 2014, p. 26

En un momento en que fuera del país hay optimismo por la perspectiva de un mayor crecimiento derivado de las reformas económicas, no todo se ve tan bien en México, aseguró este miércoles Alberto Jones, director general de Moody’s México, en la reunión anual de esa firma de calificación de inversiones.

El crecimiento no se va a destapar de la noche a la mañana, expuso por su parte Mauro Leos, vicepresidente de esa firma financiera, al participar en la 15 reunión anual de Moody’s.

A pesar de lo bien que se ve la economía, en especial en el comportamiento de algunos sectores, como la industria manufacturera, existen claroscuros, expuso Jones. No todo se ve bien y menos a corto plazo, como puede pensarse por la aprobación y promulgación de las reformas económicas, dijo. Sigue habiendo riesgos, derivados de la ejecución e implementación de los cambios, añadió.

El gobierno federal espera que el crecimiento de la economía, que rondaría un promedio de 2.6 por ciento anual entre 2013 y 2015, aumente a un promedio anual de 5.1 por ciento al año entre 2016 y 2018, el segundo tramo del sexenio, de acuerdo con los Criterios generales de política económica 2015, entregados por Hacienda al Congreso el viernes pasado. El mayor crecimiento esperado por Hacienda se sustenta en un aumento de la inversión privada derivada de las reformas, así como en incrementar la producción de petróleo.

Nuestra diferencia con el pronóstico de mediano plazo de las autoridades en cuanto al crecimiento es que ellas piensan que el proceso de transición de las reformas va a ser más rápido, y nosotros pensamos que la consolidación de los cambios estructurales llevará dos o tres años, a partir de 2015, y después ya veremos los beneficios, expuso Mauro Leos, vicepresidente de Moody’s Investors Service, al participar en la 15 conferencia anual de esa firma financiera.

Las reformas, aseguró, aumentarán en un punto porcentual el potencial de crecimiento de mediano plazo de la economía, que ahora es 2.5 por ciento al año, de acuerdo con mediciones del Fondo Monetario Internacional.

Para Moody’s, detalló, el periodo posterior a las reformas, es decir, la forma en que comenzarán a generar mayor crecimiento una vez que fueron aprobadas y promulgada su legislación secundaria, comprende tres fases:

La primera, que está culminando, es la aprobación de las reformas en su aspecto de cambios constitucionales y su posterior legislación secundaria, lo que ocurrió entre 2013 y 2014. Después viene la fase de transición, pasarán dos o tres años en que todos los agentes económicos se ajustan a las nuevas reglas y toman decisiones, lo que, consideró, ocurrirá entre 2015 y 2017; la tercera fase, a partir de 2018 (último año del gobierno del presidente Peña Nieto), cuando se comenzará a consolidar el proceso de reforma y a expresarse en mayor crecimiento y empleo.

Nuestra diferencia con las autoridades es que ellas piensan que el proceso de transición va a ser más rápido, y nosotros pensamos que la consolidación llevará dos o tres años, y después ya veremos beneficios, dijo Leos.

Cuando hablamos del beneficio de las reformas, de que habrá más crecimiento, empleo, etcétera, suena como que va a haber un cambio súper radical. Nosotros, como lo planteamos, es que si antes el crecimiento promedio de México andaba entre 2 y 3 por ciento anual, después de las reformas va a ser de entre 3 y 4 por ciento. Nuestro mensaje es positivo, pero no a decir que el PIB va a crecer 6 por ciento. El aumento, respecto de lo actual, va a ser de un punto. Esa es otra diferencia importante con el gobierno, además del tiempo que va a tomar el periodo de transición, dijo.

Lo que más llama la atención respecto de México es el elemento de pesimismo o de escepticismo que hay dentro del país, que contrasta con el optimismo que se percibe fuera. En cambio, planteó, la perspectiva para 2015 y 2016 es vista como una vuelta a la normalidad, porque ya no habrá la resaca de la falta de crecimiento, el gobierno está gastando, las empresas de la construcción se están recuperando y Estados Unidos está creciendo, estamos en un periodo de transición de las reformas.

Para la segunda mitad del sexenio, abundó, la perspectiva es que con las reformas y el aumento esperado en la inversión, el crecimiento será de entre 3 y 4 por ciento.