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Ramiro Osorio, responsable del programa infantil y juvenil de artes escénicas de la OEI

El acto teatral puede combatir la monotonía y la mediocridad

Hoy día, ante el acoso escolar, las expresiones vivas son apropiadas para combatirlo, porque hace que yo respete y admire a mi compañero, sostiene

Mañana es el último día del FITIJ

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Al vivir en sociedades cada vez más digitalizadas, las artes vivientes, como el teatro, la danza y la música, son fundamentales porque representan experiencias reales de vida, que nos agitan y estimulan, señaló Osorio en entrevistaFoto María Meléndrez Parada
 
Periódico La Jornada
Sábado 6 de septiembre de 2014, p. 2

La especificidad del acto teatral, es decir, el encuentro único e irrepetible entre público y actor, transforma la vida, combate la mediocridad y la monotonía de la vida diaria, de los niños y los adultos, si se hace de forma seria, expresa Ramiro Osorio, responsable del Programa de Teatro Infantil y Juvenil, dependiente de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), al que pertenecen 22 países hispanoparlantes, además de Brasil y Portugal.

Entrevistado en vísperas del Congreso Iberoamericano de Teatro Infantil y Juvenil, efectuado los primeros días de septiembre en el teatro El Galeón, y del Festival Iberoamericano de Teatro Infantil y Juvenil (FITIJ) que se realiza hasta el día 7 en los espacios y plazas del Centro Cultural del Bosque, Osorio califica como proceso fundamental cuando los niños retoman los lenguajes del teatro para hacer actividades.

Eso se debe a que los chicos aprenden a trabajar en equipo, asumen tareas individuales y colectivas que promueven la autoestima y el reconocimiento de los otros por su labor. Acota: “En estos momentos, en los que hay temas tan graves como el acoso escolar –que al final es un desprecio por el otro–, procesos como la actividad teatral son extraordinariamente apropiados para combatirlo, porque hace que yo respete y admire a mi compañero”.

En el congreso participan 300 expertos en pedagogía artística. En la 17 Conferencia Iberoamericana de Cultura, celebrada el 29 de agosto, se aprobó que el FITIJ se vuelva a hacer en 2016, aunque todavía no se sabe en qué país. Ahora participan 40 compañías, 20 de México y 20 de igual número de países.

También se manifestó por que se siga fortaleciendo el Programa de Teatro Infantil y Juvenil y por la creación de módulos de mayor especialización de los cursos en línea para docentes de la educación formal, así como un programa que permita que los profesionales se preparen en pedagogía para hacer una labor en la educación formal.

Osorio recuerda que hace dos años en una reunión de la OEI en Río de Janeiro se propuso la creación del Programa de Teatro Infantil y Juvenil con el tema de promoción de la educación en valores, desarrollo de competencias emocionales y ciudadanas, y conocimiento y valoración de la diversidad cultural iberoamericana, por medio de actividades centradas en el teatro.

También de gran relevancia era el desarrollo de áreas, o el fortalecimiento de las existentes, de una educación artística en los ministerios de educación y de cultura, a la vez que establecer una relación de éstas. Para el promotor cultural, este es un tema fundamental. No vamos a resolver nunca los contenidos de la educación artística en la educación formal, si no hay realmente una conexión entre ambos ministerios.

Igualmente, se propuso crear un banco de recursos y buenas prácticas. Hoy día, la OEI, mediante su sitio web www.oei/teatro, cuenta con un banco de toda la dramaturgia iberoamericana, de las mejores experiencias educativas relacionadas con las artes escénicas y de los mejores festivales.

–¿Cómo era la situación del teatro infantil y juvenil en América Latina antes de la creación del programa?

–Había picos: países como Argentina, con una experiencia de más de 100 años, o México cuya experiencia es casi centenaria. También España tiene un movimiento relevante. Aquí lo importante es que estos países, que tienen mucha experiencia, sirven para remolcar a otros que tienen menos.

Para Osorio, en la medida en que “vivimos en sociedades cada vez más digitalizadas, en que todos pertenecemos a redes, además de vivir en ciudades muy complejas que nos someten a sistemas de vida muy duros, las artes vivientes, como el teatro, la danza y la música, son fundamentales, porque representan experiencias reales de vida, que nos agitan y estimulan.

Cuando nació el cine dijeron que se iba a acabar el teatro, cuando vino la televisión dijeron que se iban a acabar el cine y el teatro. Pues ahora se abren en el mundo muchas más salas para teatro y las artes escénicas. Claro, porque las personas necesitamos tener experiencias vivas en las que nos encontramos con otros seres humanos, donde podamos compartir nuestras ideas y sensaciones.