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Estados Unidos bombardea edificios supuestamente ocupados por el Estado Islámico

Irak lanza ofensiva para recuperar una ciudad sitiada por milicianos

Anuncia John Kerry que buscará integrar una coalición internacional para combatir a los yihadistas

Los combatientes retan a Bagdad y Damasco al proclamar la formación de una provinicia

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Chiítas iraquíes, la mayoría mujeres y niños, intentan abordar un helicóptero militar que llevó ayuda a la localidad de Amerli.Foto Ap
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Sirios que denunciaron bombardeos presuntamente ordenados por el presidente Bashar Assad en AlepoFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Domingo 31 de agosto de 2014, p. 20

Kirkuk, 30 de agosto.

Las fuerzas armadas iraquíes, con apoyo de milicias y civiles kurdos, lanzaron hoy una ofensiva sobre comandos de la organización religiosa-militar Estado Islámico (EI), las cuales sitiaron desde el 18 de junio la localidad de Amerli, en un intento por recuperar la región del norte de Irak sin la ayuda directa de la aviación estadunidense, que ha bombardeado la zona desde principios de agosto.

Los soldados gubernamentales avanzaron hacia el sur de Amerli y los kurdos armados –conocidos como peshmergas– se desplazaron hacia el norte, cerrando una pinza contra el EI, el cual ha buscado matar de hambre y sed a los residentes musulmanes chiítas de la localidad, a quienes consideran herejes.

Al caer la noche, las tropas gubernamentales, con respaldo de helicópteros y aviones iraquíes, no habían logrado capturar la ciudad y la situación era de total incertidumbre, porque los habitantes de Amerli –así como representantes de la Organización de Naciones Unidas (ONU)– temían que el EI desatara una matanza de chiítas, ante la imposibilidad de desbaratar el cerco militar.

Las fuerzas armadas iraquíes no dieron a conocer los detalles de la operación sobre Amerli ni se tienen datos precisos sobre la cantidad de peshmergas involucrados en el asalto sobre las posiciones del EI, pero Karim Nuri, portavoz de los milicianos kurdos, aseguró que son miles los combatientes de la provincia autónoma del Kurdistán iraquí que participan en los combates.

En la misma región, pero lejos de Amerli, la fuerza aérea estadunidense bombardeó sitios donde los combatientes del EI se establecieron después de haber sido expulsados de la presa de Mosul, a principios de este mes.

El Comando Central de Estados Unidos, con sede en Tampa, Florida, informó que naves estadunidenses destruyeron un edificio ocupado por los milicianos musulmanes, así como vehículos y armas. Con el de hoy suman 115 los ataques lanzados desde el 8 de agosto, cuando Washington comenzó con estas acciones en apoyo del gobierno iraquí.

En el plano diplomático, el secretario de Estado estadunidense, John Kerry, anunció hoy que Washington usará la cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) de la semana entrante para tratar de formar una nueva coalición internacional que responda unificadamente al EI y evite su propagación en otros países.

Pese a las embestidas aéreas, el EI no ha dado señales de buscar la retirada de la región norteña de Irak. Por el contrario, hoy desafió nuevamente la autoridad de este país y de la vecina Siria, al proclamar la formación de una provincia a la que denominan valiato (término originado del imperio Otomano, provincia cuyo gobernante se conocía como valí), que no respeta la frontera política de estos dos estados reconocidos por la ONU.

Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), que afirma tener informantes en el terreno, manifestó que el EI integró en un valiato las ciudades de Bukamal, en el este de Siria, y Al Qaim, en el noroeste de Irak, así como pequeñas poblaciones ubicadas en la zona, a la que en conjunto llamaron Al Furat, que en árabe significa Éufrates, el nombre del río que, junto con el Tigris, baña Irak de oeste a este, hasta unirse en el sureste y desembocar en el golfo Pérsico.

Respuesta a la creación del califato

Esta nueva medida política se deriva de la decisión del EI de proclamar un califato con capital en Raqqa, Siria, que reclama el reconocimiento de la autoridad religiosa y política de todo el mundo musulmán.

El EI asegura que así rompe las fronteras creadas por los acuerdos Sykes-Picot, dijo Abdel Rahman en referencia a los acuerdos de la diplomacia franco-británica sobre el reparto del Medio Oriente a finales de la Primera Guerra Mundial. El nuevo califato se extiende desde Aleppo, en el oeste de Siria, hasta la provincia iraquí de Dilaya, y su líder es Abu Bakr Bagdadi.

Desde que el EI apareció en la guerra civil siria, que comenzó en 2011 a raíz de la llamada Primavera Árabe, las acciones de la organización islámica armada se han caracterizado por su crueldad, forzando la conversión religiosa de sirios e iraquíes o ejecutándolos a sangre fría si se niegan.

El OSDH, que tiene su sede en Londres, afirmó hoy que unas 300 mujeres yazidíes (miembros de una religión precristiana y premusulmana con más de tres mil años de antigüedad) que fueron capturadas en los últimos dos meses en territorio iraquí fueron obligadas a profesar el islam y luego se les vendió para ser tomadas en matrimonio por sunitas de Aleppo y Raqqa, en Siria.

Las mujeres, que permanecen en poder de los combatientes del EI, fueron declaradas prisioneras de guerra, de acuerdo con la versión del OSDH. El EI es temido en la región porque lleva a la práctica una doctrina del islam que es rechazada por la mayoría del mundo islámico, por aplicar castigos como la lapidación, las decapitaciones y las crucifixiones.

En otro punto de conflicto, en la frontera de Siria con Israel, Líbano y Jordania, 32 cascos azules de la ONU, de nacionalidad filipina, fueron rescatados del sitio bajo el cual fueron sometidos el jueves pasado, sin precisar la manera en que salieron del asedio.

Los 32 filipinos forman parte de un conjunto de 72 –originalmente se informó de un total de 81– cascos azules que fueron sometidos, pero que se resistieron a deponer las armas. Otros 44 –primero se dijo que 43– siguen secuestrados y desarmados en la misma región, pero la ONU no ha dado cuenta de su situación ni de las presuntas negociaciones para conseguir su liberación.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, condenó los ataques contra cascos azules.